miércoles, 21 de octubre de 2015

EL PROYECTO POLÍTICO DE LAS FARC

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

Convertidas las FARC-EP en movimiento político, la lucha armada por el control territorial y poblacional queda proscrita para dar vida a la disputa democrática de esos territorios en los que los líderes farianos creen que tienen el suficiente respaldo y legitimidad para hacerse con el control político de asambleas, concejos, alcaldías y gobernaciones. La Presidencia será un objetivo de largo plazo.

Los objetivos político-electorales de las FARC-EP no se pueden reducir a ocupar algunas curules en el Congreso de la República. Sin duda llegarán a esa Corporación,  así inicialmente lo hagan por disposición legal. Pero los intereses de la cúpula fariana son más amplios: hacerse con el control político de aquellos territorios que disputaron militarmente con los paramilitares y la fuerza pública.

El reto es mayúsculo no solo en términos de conservar la vida de sus líderes desmovilizados, sino en demostrar que están capacitados para administrar con eficiencia, transparencia y eficacia los recursos públicos que en el pasado lograron capturar por la vía de la intimidación y la cooptación de esos poderes locales en donde el Estado siempre fue débil.

Para ello deberán capacitar cuadros dirigentes[1] que puedan competir con candidatos a cargos públicos que cuenten con el apoyo de los partidos tradicionales y que son financiados por poderosas empresas privadas. Deberán, entonces, exhibir candidatos con estudios de especialización y maestrías y entrar en el juego del marketing político para cautivar a los votantes. De allí que el acceso a los medios de comunicación resulte clave para las aspiraciones locales y regionales de los dirigentes del Movimiento Bolivariano para la Nueva Colombia[2], asunto que quedó negociado ya en el punto 2 de la Agenda.

En términos de Paz Territorial, las FARC-EP darán continuidad al trabajo político y comunitario que en lo local y regional alcanzaron a desarrollar con la Unión Patriótica[3] (UP). Deberán apelar a la memoria histórica de aquellos dirigentes y militantes  que sobrevivieron al genocidio, para revisar lo actuado, reconocer errores y afianzar las estrategias y acciones que les dieron positivos resultados en aquellos años.

Desde allí y poco a poco, intentarán minar el poder del centralismo bogotano y por esa vía construir instituciones e institucionalidad en los 368[4] municipios en los que ellos fungieron como “Estado”, o en aquellos que disputaron el  control social, económico, territorial y político con fuerzas paramilitares al servicio de élites tradicionales y poderes económicos y políticos regionales.

De esa manera, la perspectiva de Paz Territorial de la que se habla en La Habana no es más que el camino que las FARC-EP recorrerán para hacerse con el poder local y regional de territorios estratégicos y con los cuales establecieron en el pasado una fuerte relación simbólica. 

Quienes lideren ese proceso deberán estar prestos a recibir el rechazo de las fuerzas sociales y políticas que no comparten el modelo de Estado y de sociedad que guiará la acción política del movimiento político que recogerá las banderas de las FARC-EP. Igualmente, deberán estar vigilantes ante los planes de aniquilamiento[5] que los paramilitares ya anunciaron que pondrán en marcha una vez se concrete la desmovilización de las estructuras farianas. 

Sin duda, con las FARC-EP convertidas en partido político y jugando con las reglas de la democracia, veremos un escenario político y electoral distinto. Y si el grueso de la sociedad colombiana así lo acepta, podremos consolidar los escenarios de tolerancia y pluralidad ideológica que esta democracia restringida jamás pudo garantizar durante estos años de vida republicana.  



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Imagen tomada de www.elnuevosiglo.com.co


[1] Lo más probable es que de tiempo atrás ya lo estén haciendo. Esos nuevos cuadros remplazarán a aquellos que cuenten que una  no muy grata recordación en poblaciones en donde antes operaron militarmente.

[2] Este Movimiento Político fue lanzado por las Farc en la clandestinidad en el 2000, durante el proceso de diálogo con el Gobierno de Pastrana.

[4] En reciente debate (2014), la senadora Claudia López habló de que son 368 municipios que el Estado nacional deberá posar las acciones de reconstrucción y consolidación estatal, en perspectiva de posconflicto. https://www.youtube.com/watch?v=0pJKfoNaak4

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