Por Germán Ayala Osorio, comunicador
social y politólogo
Con
el ‘guiño’ del Partido Conservador, se da por descontado que, a partir de hoy,
el jefe del Ministerio Público será precandidato presidencial por esa
colectividad. Al parecer, los conservadores harán, en su momento, una consulta
interna de la que harán parte Martha Lucía Ramírez y Mauricio Cárdenas.
Sin
que Ordóñez haya aceptado la invitación del Partido Conservador, miremos qué
escenarios jurídico-políticos deberían darse y qué posibilidades tendría el
actual Procurador Ordóñez para llegar a la Presidencia, una vez haya aceptado
participar de la consulta interna y por supuesto, obtenido la victoria sobre
Ramírez y Cárdenas. Sobre estos dos eventuales contendores, la verdad es que
Ordóñez llegaría con grandes ventajas, dado el poder clientelar acumulado
durante más seis años de ejercicio al frente de la Procuraduría General de la Nación.
El
primer escenario jurídico-político que será determinante para la eventual
carrera hacia la Presidencia de Ordóñez Maldonado, corre por cuenta del Consejo
de Estado, instancia que deberá fallar ante la demanda interpuesta por un grupo
de abogados, contra su espuria reelección como Procurador General de la Nación.
Su poder clientelar ha impedido que dicha Corporación haya tomado una decisión
en derecho, sobre la polémica reelección.
El
segundo escenario jurídico-político está directamente relacionado con el
Proceso de Paz de La Habana. En particular, lo que tiene que ver con las
circunstancias en las que operará la justicia transicional que se diseñe, para
procesar judicialmente a los máximos líderes de las Farc, por los delitos
políticos cometidos y por la comisión de delitos de lesa humanidad. Será esa la
oportunidad política y electoral, para que Ordóñez se erija como el líder moral
de los sectores sociales y políticos que se oponen a que se otorguen penas
alternativas a la privación de la libertad, a los miembros de la cúpula de las
Farc.
Ahora
miremos qué sectores de la opinión podrían apoyar una eventual candidatura del
jefe del Ministerio Público. Las familias de los militares y policías activos y
retirados, pueden sentirse representados por quien en reiteradas ocasiones ha
defendido la institucionalidad castrense y se ha opuesto tanto al Marco
Jurídico para la Paz, como al Proceso de Paz de La Habana.
Una
vez Ordóñez Maldonado sea candidato presidencial, previo triunfo en la consulta
interna conservadora, la población colombiana que no está de acuerdo con las
conversaciones de paz y que no acepta que los guerrilleros de las Farc
participen de la vida política del país, podría sentirse atraída por quien muy
seguramente utilizará, en su beneficio, electoral y político, lo acordado en La
Habana.
Ordóñez
desde ya se perfila como el líder moral que se opone a que haya una justicia
transicional que haga posible que, a través de una justicia política, haya en
el país Verdad sobre lo acontecido durante años de guerra interna y se logre la
reparación integral a las víctimas de un degradado conflicto armado interno.
Más que verdad y reparación, Ordóñez exige que los líderes farianos paguen
penas efectivas de cárcel. Esa es la bandera que Ordóñez ya tomó y con la que
muy seguramente buscará llegar al Solio de Bolívar.
Otros
sectores sociales que podrían acompañar una eventual aventura presidencial del
ladino Procurador Ordóñez, son aquellos que se oponen a la eutanasia, al aborto
en los tres casos autorizados por la Corte Constitucional, al matrimonio y a la
adopción de parejas del mismo sexo. Ya cuenta en el Congreso[1]
y por fuera de él, con la Fundación Marido y Mujer. Y claro, con un importante
sector de la población del país que siente que “los valores se han perdido”, de
allí que Ordóñez tenga todo para erigirse como ese líder moral que nos llevará
de regreso a la Constitución de 1886 y a las circunstancias contextuales que
ese marco jurídico definía para un país tradicionalmente conservador y godo.
De
igual manera, el uribismo podría apoyar
la candidatura de Ordóñez, dadas las simpatías y coincidencias ideológicas,
morales, económicas y políticas que existen entre Uribe, los miembros del
Centro Democrático y el actual Procurador. Como Jefe del Ministerio Público,
Ordóñez acompañó a Uribe, lo que sin duda se tradujo en un respaldo total a su
gestión, a pesar de escándalos y versiones que comprometían al entonces
Presidente Uribe, sus amigos congresistas procesados por la entonces Corte
Suprema de Justicia, con el proyecto político, económico, social y cultural que
agenciaron los paramilitares.
La
columnista Cecilia Orozco lo expresa de esta manera: “Que recuerde, Alejandro Ordóñez nunca
enfrentó al entonces presidente Álvaro Uribe, ni como miembro del Consejo de
Estado ni como procurador, cuando Uribe intentaba someter a las dos cortes,
Suprema y Constitucional, a sus planes de megalómano. ¿Será que lo olvidé?
¿Alguna vez Ordóñez aseguró que la Casa de Nariño de aquella época estuviera
intentando reducir las cortes a “cortesanas”? Pues no, ignoraba la viga en el
ojo uribista mientras el suyo estaba ciego, por completo, porque ambos
coinciden en agenda[2]”
Además,
hay una vieja declaración, que en varios espacios de la red le han sacado a
Ordóñez, cuando fungía como Concejal, con la que claramente defendía a las auto-defensas
(ver foto). En ella, el entonces edil dijo: “impedir que los ciudadanos de bien reaccionen es obligarlos a que sean
muertos, extorsionados o lacerados en su vida, honra y bienes. No podemos
desconocer que las auto-defensas se ajustan a las normas de la moral social, del derecho natural y de
nuestra legislación positiva. Pensar lo contrario es, por decir poco, una
absurda ingenuidad”[3].
Con
todo y lo anterior, es claro que Ordóñez quiere llegar a la Casa de Nari (no de
Nariño). Y queda, también claro, que el Partido Conservador quiere ser, después
de haber sido subsumido por Uribe, una verdadera opción de poder. Y en esa
colectividad saben que el Procurador Ordóñez es quien mejor representa sus
ideas políticas.
Si
Ordóñez llega a la Presidencia, será quien lidere el proyecto político que la
derecha y la ultraderecha desde ya preparan, para impedir la implementación de
los acuerdos a los que llegue Santos y la cúpula de las Farc.
Que
los Gobiernos y Estados que hoy apoyan el Proceso de Paz de La Habana, sepan
que Ordóñez Maldonado es el alfil y el líder moral del proyecto conservador que
Uribe, militares y policías, entre otros, están estructurando para oponerse a
la implementación de los compromisos, que en el marco de los acuerdos, asume el
Estado colombiano si se firma el fin del conflicto entre las Farc y el gobierno
de Santos Calderón. Intuyen aquellos, que ya no basta con oponerse a un proceso
de paz que parece no tener reversa. Reconocen que la única forma de dar al
traste con lo acordado en Cuba, es recuperar el poder. Por ello, Ordóñez sería
una especie de Uribe III.
Nota: imagen tomada de http://polocritico.blogspot.com/2015/01/el-pasado-en-presente-el-procurador.html
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