YO DIGO SÍ A LA PAZ

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viernes, 5 de febrero de 2010

¿EL TIEMPO CANJEÓ LA REVISTA CAMBIO?


Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

El cierre de un medio de comunicación debe considerarse como un golpe a un régimen democrático, especialmente si es víctima de un gobierno que desea controlar la información y la opinión. Cuando ello sucede, las alarmas se encienden y de forma inmediata se reconoce el perfil del sátrapa que está detrás de esa decisión. Chávez, por ejemplo, sabe qué se siente cuando se da la orden de cerrar un medio que le hace oposición, que le critica. En Colombia Uribe suele lograr los mismos objetivos, pero de maneras más sutiles.

Pero cuando un medio es clausurado o silenciado, ya no por la voluntad arbitraria y antidemocrática de un Presidente, sino por la decisión editorial de la corporación, empresa o propietarios que lo sostienen, la situación es más compleja en la medida en que detrás de una posible inviabilidad económica del medio que desaparece o que es clausurado, se esconden intereses económicos y electorales. Ese podría ser el caso del cierre de la revista CAMBIO.

La decisión de la Casa Editorial EL TIEMPO de desaparecer de manera abrupta e intempestiva la revista CAMBIO, de su propiedad, deja entrever que detrás de la supuesta inviabilidad económica de la publicación, se esconden los intereses de Planeta en el tercer canal de televisión, a pesar de la fallida licitación, o, por el contrario, guarda relación dicha decisión con la aspiración presidencial de Juan Manuel Santos, que el mismo periódico viene madurando ocultando información o haciendo tratamientos amañados tal y como lo denunció en su momento la columnista Claudia López, quien fue inmediatamente retirada del listado de colaboradores de EL TIEMPO .

En cualquier sentido, la salida de circulación de la revista CAMBIO no sólo se lamenta en un contexto democrático, sino que ella misma genera suspicacias alrededor de las razones reales que sostienen la decisión adoptada por la casa matriz. Acaso se trata de una especie de exigencia política de altos funcionarios del Gobierno o del Presidente mismo, para vengarse de alguna manera de la osadía periodística de destapar la olla podrida que había detrás de la política pública Agro Ingreso Seguro.

¿Será posible que EL TIEMPO, sus directivas y Planeta hayan decidido acabar con la revista porque realmente molestó al gobernante y al gobierno? Todo es posible cuando de por medio está en juego el poder presidencial que tanto viene buscando Juan Manuel Santos y por supuesto, la insistencia de Planeta en el tercer canal de televisión. ¿Será acaso que EL TIEMPO canjeó la continuidad de la revista, en una transacción política que confirmará que es un medio en el que las audiencias no pueden volver a confiar?

Lo cierto es que hoy el periodismo colombiano afronta tal crisis de credibilidad, que su ejercicio está cada vez asociado a los intereses políticos y electorales del gobierno de turno, lo que viene convirtiendo a los periodistas que deciden jugar al lado del uribismo, en estafetas de un régimen ilegítimo, y con visos claros de retroceder en materia de libertades ciudadanas, y por supuesto, de todo lo que concierne a la libertad de opinión y de prensa.

De esta manera anunció la Casa Editorial EL TIEMPO, la desaparición de su publicación: “…En el caso de Cambio, el declive mundial de las revistas de actualidad y política derivado de un cambio en los hábitos de los lectores y, como consecuencia de ello, el viraje en las decisiones de inversión de los anunciantes de este tipo de revistas, se ha producido ese ajuste. Consciente de esas nuevas circunstancias, el nuevo modelo de la revista estará centrado en temas cercanos a sus lectores, tales como viajes, salud, deporte, medio ambiente y noticias nacionales e internacionales tratadas a manera de análisis de especialistas[1].
Que forma ‘elegante’ de zafarse EL TIEMPO de la responsabilidad política que le cabe como medio de comunicación, al preferir el cierre de la publicación, que enfrentar periodísticamente los desafíos que impone un régimen abiertamente enemigo de la prensa crítica, de la prensa vigilante de la cosa pública.

Ya se sabe que el medio bogotano cerró filas en torno al Gobierno y que ha decidido, por ese camino, autocensurarse y servir a los intereses económicos de Planeta y a los propios de un Presidente que hará todo lo que esté a su alcance para mantener el poder y el control de las fuerzas militares, así sea permitiendo que Juan Manuel Santos llegue a la Presidencia, en lo que sería un gobierno de transición, si la Corte Constitucional finalmente declara inexequible la ley que dio vida al referendo reeleccionista, lo que obligaría a Uribe a presentarse en 2014.

Queda claro que las circunstancias económicas que expuso la Casa Editorial para explicar la decisión de acabar con la revista CAMBIO, no alcanzan a ocultar que detrás hay claras apuestas políticas, que ponen de presente el mínimo valor que le otorgan los Santos y Planeta al periodismo, como un oficio que debe estar al servicio de la democracia y para defender la constitución política y los derechos de amplias mayorías.

[1] Casa Editorial EL TIEMPO anuncia cambios en dos de sus medios de comunicación. www.portafolio.com.co
Nota: esta columna fue publicada en la revista Cierto (febrero 08 de 2010).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesantes y críticos desde luego sus artículos.Gracias.
No se si tengas alguno sobre el "Salario Mínimo" (miserable?) en Colombia.
JORGE B

Anónimo dijo...

Me encantó tu columna Germán!

Un abrazo,

"el mono

Anónimo dijo...

Maestro, gracias por sus reflexiones a muy buena hora.

Me gustaría saber usted que opina de los periodicos institucionales. ¿Considera que son vitales en una institución educativa? ¿Por qué?
Gracias por sus comentarios

Sandra