COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA
La
actual coyuntura político-electoral que atraviesa Colombia demanda de sus
ciudadanos una especial atención, en tanto que el país deberá definir el 15 de
junio de 2014 si se la juega por el proceso de paz de La Habana y la enorme
posibilidad que hay de ponerle final al conflicto armado interno; o si por el
contrario, da continuidad al discurso guerrerista que se impuso entre el 2002 y
el 2010, con el que millones de colombianos sufrieron por el desplazamiento
forzado, la detonación de minas antipersonales y la muerte de guerrilleros,
paramilitares y militares, todos seres humanos que merecieron vivir y morir en
otras condiciones y circunstancias.
Quienes
firman este comunicado creen profundamente en la imperiosa necesidad de detener
el derramamiento de sangre, en el
contexto de una lucha fratricida de 50 años. Estamos ante la oportunidad
histórica de ponerle fin al conflicto armado con las Farc, hecho político y
militar del que no podemos marginarnos, dejándonos llevar por aquellos que de
tiempo atrás se vienen lucrando de la guerra.
No
son tiempos estos para consolidar una polarización política que solo insiste en
la dicotomía expresada en la relación entre Buenos y Malos. Falsos dilemas
estos que impiden darnos cuenta de que los problemas de Colombia son más
complejos y que no se pueden reducir a simples dilemas morales. Por ello,
pacificar el país por la vía de la negociación política debe ser el imán al que
todos deben dejarse atraer. El tiempo de la guerra ya pasó. Por el contario, el
tiempo de la paz llegó en forma de diálogo y de reconocimiento de los graves
problemas estructurales que debemos resolver como Estado y como sociedad.
Los
ciudadanos que suscriben esta misiva invitan a estudiantes, profesionales, hombres
y mujeres a votar este 15 de junio por la opción política que esté más cerca de
ponerle fin al conflicto. Ya hay un camino recorrido que no podemos permitir
que otros lo echen a perder con un discurso que claramente nos llevaría a
retroceder en los tres puntos ya acordados hasta el momento.
Y
aunque somos conscientes de que firmar el fin del conflicto no garantizará la
paz de forma inmediata, reconocemos que ese suceso la ambientaría y ayudaría al
diseño de escenarios de posguerra y de posconflicto, a los que todos, en su
momento, debemos aportar.
La
actual coyuntura político-electoral de Colombia hace que tanto el voto el
blanco, como la abstención sean decisiones que pueden terminar legitimando la
opción política que la ultraderecha encarna.
David Quintero Ángel
Elizabeth Gómez Etayo
Guido Germán Hurtado Vera
Hernando Uribe Castro
Germán
Ayala Osorio
Santiago
de Cali, 30 de mayo de 2014
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