YO DIGO SÍ A LA PAZ

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viernes, 27 de mayo de 2016

¿A QUÉ JUEGA EL ELN?

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


Sin conocer aún un comunicado que explique las circunstancias en las que se produjeron las retenciones de los periodistas de RCN y de la columnista de EL TIEMPO, Salud Hernández-Mora, bien vale la pena reflexionar sobre las dificultades que afronta el inicio de la fase pública de las negociaciones de paz entre las delegaciones del Gobierno y la propia del grupo subversivo.

Con cada secuestro de civiles y el cobro millonario por sus liberaciones, el ELN pierde espacio político y queda, dada la actual coyuntura política del país, como una guerrilla intransigente y torpe y, su lucha revolucionaria (armada) se va vaciando de sentido hasta quedar aún más anacrónica. Además, aporta a la polarización política que en torno al proceso de paz de La Habana vienen generando de tiempo atrás Álvaro Uribe Vélez y ahora, con mayor ahínco, el Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado[1].

Con una prensa presta a convertir en noticia la más mínima acción político-militar del ELN, la dirigencia de esta guerrilla se equivoca al insistir en el secuestro de civiles, así se trate de políticos corruptos que “deben” pasar por su “justicia revolucionaria[2]”. No son estos los tiempos para insistir en el “juzgamiento” de políticos o de empresarios corruptos o auxiliadores del paramilitarismo.

Al no leer bien la actual coyuntura política, el ELN le facilita las cosas a los “enemigos” y detractores de la búsqueda negociada del conflicto armado interno. Tanto así, que en lugar de posicionar en las audiencias y en los sectores societales urbanos la Mesa Social como instancia que alimentará la Mesa Política, una vez se inicie la fase pública del proceso de negociación, lo que va quedando en las retinas de esas mismas audiencias y de los sectores sociales urbanos, es la idea de una guerrilla pertinaz y dogmática.

Si el COCE logra legitimar la Mesa Social como un proceso de discusión política desde abajo, en aras de proponer cambios o ajustes al modelo económico y político, entonces la sociedad colombiana podría comprender que las dificultades para superar las circunstancias históricas que provocaron y legitimaron el levantamiento armado en los 60 radican en un obstinado Establecimiento, que insiste en mantener esas condiciones y evitar que se dé una especie de revolución comunitaria desde abajo agenciada por el ELN[3].

Ahora bien, si hay dudas alrededor de lo acordado en La Habana y más aún en la implementación de lo que finalmente acuerden Farc y Gobierno, entonces el ELN debería de anunciar el aplazamiento de la fase pública, para disponer en los territorios en donde hace presencia, de todos los mecanismos comunitarios, sociales y políticos (participativos) con el fin de ir evaluando los alcances de las transformaciones institucionales que se darán en el contexto del posacuerdo con las Farc. Una vez evaluados los programas, las políticas públicas y los cambios institucionales alcanzados, entonces retomar el proceso de discusión desde abajo, para consolidar los temas de la Mesa Social, para cuando decidan, con otro Gobierno, entablar nuevas negociaciones.

El componente tiempo juega en contra del ELN. Lo más probable es que su dirigencia no tenga afán, pero no lograr un acuerdo con el actual Gobierno no solo haría que el país disfrutara de una paz a medias, sino que podría dar lugar a una embestida militar sin atenuantes por parte de las Fuerzas Militares, dadas las ventajas que estas tendrían por la consecuente desaparición de las Farc como actor armado, una vez se desmovilicen.

Ojalá la dirigencia del ELN valore el actual momento histórico por el que atraviesa el país y abandone prácticas político-militares que resultan a todas luces inaceptables. Habrá que esperar el comunicado que emita esa guerrilla y las declaraciones de los periodistas de RCN y el propio testimonio de Salud Hernández-Mora, para saber qué fue lo que realmente pasó con sus detenciones. De lo que digan los periodistas dependerá en buena medida el inicio o no de la fase pública de la negociación. ¿A qué juega el ELN?






1 comentario:

natural mente dijo...

Resultado de las malas políticas del Gobierno y desinformaciones de Uribe !!