Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
Al ver que Santos viene aceitando muy bien la maquinaria que garantizará su reelección, el ex presidente Uribe, nuevamente, adquiere protagonismo, esta vez por los audios publicados por el noticiero CM&, de Yamid Amat.
Sin duda, Uribe Vélez está desesperado. Sin poder político, sólo le queda esperar que una acción interesada de un periodista como Yamid Amat, aliado mediático en sus dos administraciones, le permita volver a sonar políticamente, para insistir en su malestar por la forma como Santos viene manejando los asuntos internos y externos del Estado.
Reunido con un grupo de opositores al dictador Chávez Frías, Uribe aparece en escena dando línea y aupando a éstos, para que fustiguen a Santos por el tipo de relación que viene sosteniendo con el sátrapa venezolano, aprovechando el encuentro bilateral a darse este 28 de noviembre de 2011.
Nefasto resulta el papel que ahora quiere jugar Uribe en las relaciones diplomáticas y comerciales entre Colombia y Venezuela, buscando a toda costa torpedearlas, pero lo mismo se puede decir del interés periodístico y político de Yamid Amat, que por un lado aplica los siempre perversos valores de noticiabilidad, y por el otro, cumple el rol de heraldo para entregarle a Santos el mensaje de extrema molestia de un Uribe que está preparando ya el terreno para oponerse a su reelección. De igual forma, resulta a todas luces, inconveniente que Uribe intervenga en asuntos domésticos del vecino país desde su posición de detractor y opositor de Santos.
Es posible que la actitud periodística de Amat sea el inicio de un pulso que medios como el noticiero CM& le van a proponer a Santos, para ambientar en la prensa, lo que será su reelección. Santos deberá estar muy atento a qué tipo de relaciones va, en lo consecutivo, a construir con la prensa colombiana, muy dada a apoyar gobiernos, bien a través del intercambio de favores, es decir, tratamientos noticiosos benignos, a cambio de pauta publicitaria y otras prebendas, o al estilo Uribe, a través de la cooptación o de la amenaza y la presión.
Hay que exigirles a los medios masivos y a los periodistas y editores que evalúen muy bien los pronunciamientos de los ex presidentes, incluyendo, por supuesto, los de Uribe, pues terminan siendo idiotas útiles de causas perdidas, que pueden resultar dañinas, dado, para el caso, el delicado trasfondo ideológico que subsiste en las relaciones entre la Venezuela de Chávez y la Colombia de Santos.
Es hora ya de que la prensa colombiana asuma con madurez y seriedad su rol como actor político, pues deja mucho que desear el elevar al estatus de noticia los pronunciamientos y malquerencias de un ex presidente hacia el mandatario de turno.
La prensa debe cerrarle ya los espacios a las siempre vociferantes y altisonantes intervenciones de Uribe Vélez. Baste con recordar sus dos funestas administraciones para iniciar un veto a quien tanto daño le hizo a la democracia y al propio periodismo. Se trata de un asunto de simple coherencia, señores periodistas. Quien ayer los manipuló, los usó y los presionó, no merece la atención periodística y política que Yamid Amat le dio al ex presidente colombiano.
Me pregunto: ¿Yamid Amat y Uribe Vélez van juntos contra la reelección de Santos, o se trató, simplemente, de un ejercicio noticioso del primero, para asegurarle rating y visibilidad a su noticiero?
Al ver que Santos viene aceitando muy bien la maquinaria que garantizará su reelección, el ex presidente Uribe, nuevamente, adquiere protagonismo, esta vez por los audios publicados por el noticiero CM&, de Yamid Amat.
Sin duda, Uribe Vélez está desesperado. Sin poder político, sólo le queda esperar que una acción interesada de un periodista como Yamid Amat, aliado mediático en sus dos administraciones, le permita volver a sonar políticamente, para insistir en su malestar por la forma como Santos viene manejando los asuntos internos y externos del Estado.
Reunido con un grupo de opositores al dictador Chávez Frías, Uribe aparece en escena dando línea y aupando a éstos, para que fustiguen a Santos por el tipo de relación que viene sosteniendo con el sátrapa venezolano, aprovechando el encuentro bilateral a darse este 28 de noviembre de 2011.
Nefasto resulta el papel que ahora quiere jugar Uribe en las relaciones diplomáticas y comerciales entre Colombia y Venezuela, buscando a toda costa torpedearlas, pero lo mismo se puede decir del interés periodístico y político de Yamid Amat, que por un lado aplica los siempre perversos valores de noticiabilidad, y por el otro, cumple el rol de heraldo para entregarle a Santos el mensaje de extrema molestia de un Uribe que está preparando ya el terreno para oponerse a su reelección. De igual forma, resulta a todas luces, inconveniente que Uribe intervenga en asuntos domésticos del vecino país desde su posición de detractor y opositor de Santos.
Es posible que la actitud periodística de Amat sea el inicio de un pulso que medios como el noticiero CM& le van a proponer a Santos, para ambientar en la prensa, lo que será su reelección. Santos deberá estar muy atento a qué tipo de relaciones va, en lo consecutivo, a construir con la prensa colombiana, muy dada a apoyar gobiernos, bien a través del intercambio de favores, es decir, tratamientos noticiosos benignos, a cambio de pauta publicitaria y otras prebendas, o al estilo Uribe, a través de la cooptación o de la amenaza y la presión.
Hay que exigirles a los medios masivos y a los periodistas y editores que evalúen muy bien los pronunciamientos de los ex presidentes, incluyendo, por supuesto, los de Uribe, pues terminan siendo idiotas útiles de causas perdidas, que pueden resultar dañinas, dado, para el caso, el delicado trasfondo ideológico que subsiste en las relaciones entre la Venezuela de Chávez y la Colombia de Santos.
Es hora ya de que la prensa colombiana asuma con madurez y seriedad su rol como actor político, pues deja mucho que desear el elevar al estatus de noticia los pronunciamientos y malquerencias de un ex presidente hacia el mandatario de turno.
La prensa debe cerrarle ya los espacios a las siempre vociferantes y altisonantes intervenciones de Uribe Vélez. Baste con recordar sus dos funestas administraciones para iniciar un veto a quien tanto daño le hizo a la democracia y al propio periodismo. Se trata de un asunto de simple coherencia, señores periodistas. Quien ayer los manipuló, los usó y los presionó, no merece la atención periodística y política que Yamid Amat le dio al ex presidente colombiano.
Me pregunto: ¿Yamid Amat y Uribe Vélez van juntos contra la reelección de Santos, o se trató, simplemente, de un ejercicio noticioso del primero, para asegurarle rating y visibilidad a su noticiero?
Nota: publicada en el portal www.hechoencali.com, http://www.hechoencali.com/columnas/%C2%BFuribe-yamid-amat-contra-la-reeleccion-de-santos/
2 comentarios:
Hola. Germán. Muy bueno el artículo.
Una pregunta, el libro sobre la historia del Paramilitarismo es tuyo? Cómo lo puedo adquirir?
Carlos E.
Hola Uribito:
¡Buen día!
Creo que las declaraciones a las que te refieres, lo que indican es la esquizofrenia que padece el ex. Me parece que el espacio de Yamid lo que propicia es una reacción contraria a la que planteas pero, tu sabes de periodismo, yo no.
Un abrazo,
Luis F.
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