Por Germán Ayala Osorio, comunicador
social y politólogo
El Ejército de Liberación Nacional
cumplió: liberó de su cautiverio al ex congresista Odín Sánchez Montes de Oca.
Ahora, los delegados del Gobierno y del grupo guerrillero se aprestan para dar
inicio a la Fase Pública, el 7 de febrero, en el marco de una compleja y
dilatada Mesa de Negociación que tiene como objetivo ponerle fin al
enfrentamiento armado.
A pesar del renovado compromiso de
las partes para avanzar y poner en marcha el Proceso de Paz y la discusión de
la Agenda Pactada, hay que advertir sobre una realidad política que bien podría
convertirse en su mayor obstáculo: Santos está de salida[1]
de la Presidencia.
Se suma a esta circunstancia, los
fracasos de anteriores acercamientos entre el ELN y disímiles Gobiernos que
buscaron negociar el fin del conflicto armado con este grupo subversivo.
El 7 de febrero será un día
definitivo para este proceso de paz. El país necesita que se dé, lo que se ha
llamado una Paz Completa, entendida
esta desde la perspectiva de que solo queda negociar el fin de la guerra
interna con el ELN, dado que la implementación de lo que acordaron el Gobierno
de Santos y las Farc, se adelanta sin mayores contratiempos.
Eso sí, no deja de haber dudas sobre
un proceso que se dilató en el tiempo y del que pocos confían en que pueda
llegar a feliz término.
Un ejercicio de lectura cruzada de
dos testimonios de igual número de miembros del ELN, me hace dudar sobre la
real posibilidad de que pronto se logre la firma de un acuerdo de paz entre los
negociadores de esta guerrilla y los plenipotenciarios del actual Gobierno.
De un lado, está lo dicho por alias
Fabián, al columnista León Valencia y del otro, está lo expresado por Danilo
Hernández, a través de una entrevista que varios Medios reprodujeron.
El primero dijo al analista y
escritor que: “Estoy
al mando de cuatro frentes guerrilleros y dos compañías móviles que operan en
Chocó, parte de Antioquia y parte del Valle[2], en el corredor Pacífico”.
Léase con atención lo dicho por el Comandante que habló con
el ex guerrillero, León Valencia Agudelo: “Fabián había tomado nota de mis inquietudes y las respondió
en la primera hora de la conversación. Dijo que el Frente de Guerra
Occidental era muy escéptico sobre las posibilidades de llegar a una paz con
cambios en favor de la población más pobre y de las regiones donde estaba el
conflicto. Chocó, por ejemplo, qué sería de esa tierra, cómo hacer que la
paz sirviera para sacar al Pacífico negro y desastrado de la marginalidad, la
corrupción y la explotación infame de los recursos naturales, dijo. Que en el Quinto Congreso del ELN
habían votado en contra de establecer conversaciones con el gobierno y habían
quedado en minoría, pero tenían toda la disposición de respetar las decisiones
mayoritarias y por eso habían decidido liberar a Odín y facilitar el inicio de
los diálogos. Que no harían ninguna disidencia y en la
eventualidad de un acuerdo final de paz asistirían al sexto congreso para
examinar lo acordado y votar a conciencia, sabiendo de antemano que aun si
ellos no aprobaban lo convenido volverían a someterse a lo que definiera el
conjunto del ELN.”[3]
Al parecer, la unidad
de mando y la obediencia debida funcionan dentro de la estructura política y
militar del ELN. A pesar de las diferencias de criterio que puedan existir y
manifestar sus comandantes, parece que al interior del grupo guerrillero
subsiste un espíritu democrático que permitiría el disenso y la posterior
construcción de consensos logrados, eso sí, desde la verticalidad del mando.
Por su
parte, el segundo comandante, en una
entrevista divulgada por varios Medios, se identificó como “… el Comandante del Frente Occidental Resistencia Cimarrón del Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), que opera
en el Chocó”[4].
Léase con cuidado lo
dicho por Danilo Hernández, en la ya señalada entrevista:
“¿El ELN tiene voluntad de paz?
- Siempre la hemos tenido. Pero el gobierno ha trazado unas líneas rojas, que son las que dieron origen al conflicto. Y mientras no se les busque solución, la paz se ve cada vez más difícil[5].
-¿Cuáles son?
- El gobierno ha dicho que no se toca la propiedad privada, que es la que empobrece más a los pobres, ni la doctrina militar. Pero de los homicidios en Colombia, un gran porcentaje es cometido por las fuerzas militares, la policía, aliadas con el paramilitarismo, el brazo derecho del Estado.”
- Siempre la hemos tenido. Pero el gobierno ha trazado unas líneas rojas, que son las que dieron origen al conflicto. Y mientras no se les busque solución, la paz se ve cada vez más difícil[5].
-¿Cuáles son?
- El gobierno ha dicho que no se toca la propiedad privada, que es la que empobrece más a los pobres, ni la doctrina militar. Pero de los homicidios en Colombia, un gran porcentaje es cometido por las fuerzas militares, la policía, aliadas con el paramilitarismo, el brazo derecho del Estado.”
¿Cómo entender lo dicho por el comandante Hernández? Si se
refiere a los mismos inamovibles que el presidente Santos logró mantener
durante la negociación con las Farc en La Habana, entonces podríamos pensar en
un seguro fracaso de la negociación con el ELN en tanto que el COCE sabe que los negociadores del Gobierno no están en
la capacidad y quizás no sea de su entero interés, de modificar la estructura
de la propiedad privada, o negociar el modelo político y económico, las Fuerzas
Armadas (la doctrina militar) y las Relaciones Internacionales.
Resulta ingenuo pensar que en la Mesa Social, o que la
sociedad, como lo considera el comandante Hernández, se logrará superar los ya
establecidos inamovibles.
Recuérdese que el Acuerdo Final (I) firmado entre los
delegados del Gobierno y de las Farc fue ajustado, como consecuencia del
triunfo del NO, en el plebiscito del 2 de octubre de 2016. Justamente, uno de
los ajustes hechos al documento tiene que ver con la propiedad privada, uno de
los inamovibles a los que hace referencia el comandante Danilo Hernández.
En el Punto
1. Hacia un nuevo campo colombiano:
Reforma Rural Integral, en el
principio que corresponde a la Regularización de la propiedad, se añadió la
siguiente aclaración: “Nada de lo establecido en el Acuerdo debe afectar
el derecho constitucional a la propiedad privada”[6].
En esa
línea, es muy probable que el proceso de negociación con el ELN no termine con
la firma de un Acuerdo Final que permita ponerle fin al enfrentamiento armado.
Debe
entender la dirigencia del ELN que el Régimen de poder que durante más de 50
años combatió y al que no pudieron derrotar, no va a negociar ni la propiedad
privada y mucho menos la estructura de poder del Estado.
Las
opiniones de estos dos comandantes bien pueden mostrar el talante democrático
al interior del ELN, pero también abren la posibilidad para pensar que las
aspiraciones y exigencias de los elenos no solo se enfrentan a unos ya
existentes inamovibles o líneas rojas, sino al ocaso de un Gobierno que a pesar
de lo negociado con las Farc, supo mantener las exigencias del Establecimiento.
De igual
manera, los dos testimonios poco aportan a la generación de un ambiente de
confianza entre las partes y en la sociedad que en lo consecutivo seguirá con
atención los diálogos. Si de verdad existe la unidad de mando, un criterio
clave sería concentrar la vocería en los negociadores del ELN. Estos
protagonismos de mandos medios o de comandantes que en clave mandan mensajes al
COCE, suelen hacer daño, en especial cuando se avecina una compleja negociación.
Insisto
nuevamente en que el COCE debe leer muy bien el momento histórico por el que
atraviesa el país. Que el dogmatismo no cierre la posibilidad de avanzar hacia
una Paz Completa.
Una vez
desaparecidas las Farc como grupo insurgente, la lucha armada se tornará aún
más anacrónica e incomprensible, a pesar de que los comandantes aquí citados
insistan en su “vigencia”.
Adenda: insistir en mantener
la práctica del secuestro como método de financiación no solo deslegitima la
lucha armada, sino que impide que a la Mesa Social concurran los más disímiles
sectores societales. Es hora de abandonar aquello de la Justicia Revolucionaria[7].
El secuestro o retención de Odín Sánchez desgastó más al ELN, que al propio
Establecimiento. Y perdieron la oportunidad de mostrarle al mundo que los
problemas de pobreza, inequidad y abandono del país tienen un fuerte arraigo en
un mal mayor: la corrupción.
Imagen tomada de EL TIEMPO. com
[2] El subrayado es mío.
[3]
Tomado de: http://www.semana.com/opinion/articulo/leon-valencia-sobre-comandante-fabian-del-eln/513576
[4] Tomado de: http://www.semana.com/opinion/articulo/leon-valencia-sobre-comandante-fabian-del-eln/513576
[5] El subrayado es mío.
[6] Tomado del Acuerdo Final (II),
página 13. Documento de 310 páginas.
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