Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
Después de su lanzamiento, la
serie El Comandante, producida por Sony y emitida por el Canal RCN, registra un
bajo consumo por parte de las audiencias en Colombia. Por tratarse de la
historia de Hugo Rafael Chávez Frías[1], el
pobre rating[2] alcanzado por la
publicitada serie, amerita un ejercicio explicativo, dado que sobre esta recaen
elementos políticos e informativos y por supuesto, intereses y propósitos
económicos.
Presento aquí, a manera de tesis
explicativa, una serie de circunstancias
y elementos que bien pueden ayudar a comprender el por qué las
audiencias aún no responden a las expectativas que tenían tanto la productora,
como el canal transmisor, frente a este producto audiovisual.
Es posible que tanto Sony, como
el Canal RCN no hayan advertido el nivel de animadversión, odio y antipatía que
pudo haber generado en las audiencias que siguen al noticiero RCN y en general
a su producción de seriados y novelas, los tratamientos tendenciosos y
malintencionados que dicho informativo hizo en el pasado, del controvertido
líder de la “revolución bolivariana”, Hugo Chávez Frías.
A través del discurso noticioso,
es posible que Noticias RCN haya inoculado en las audiencias un enorme malestar
hacia la figura del Comandante Chávez, que hoy se expresa en el poco interés
que exhiben esas audiencias que resultaron “contaminadas” por los tendenciosos
tratamientos periodísticos que durante varios años hizo dicho noticiero privado,
del poder político ejercido por Rafael Chávez.
Así entonces, el haber
desdibujado la imagen del líder venezolano a través del ejercicio del periodismo,
puede estar jugando hoy en contra de la producción del seriado que cuenta la
vida del Coronel que lideró lo que se conoce como el socialismo del siglo XXI
en el hermano país.
De resultar cierto lo anterior, y
de mantenerse los bajos indicadores de consumo de la serie El Comandante,
estaríamos ante un error mayúsculo cometido tanto por Sony, como por el Canal
RCN, cuyas directivas esperaban un éxito rotundo de la serie. De mantenerse el
bajo rating, productor y transmisor
enfrentarían un enorme fracaso económico.
Otro elemento que bien podría
entrar y servir para explicar el por qué de la baja respuesta de las audiencias
frente a la serie El Comandante, tiene que ver con la representación que de
Chávez Frías hace el actor Andrés Parra. Sin duda, el trabajo actoral es
meritorio, pero es posible que quienes gustan de la figura del Coronel
golpista, no encuentren el parecido físico y en general el discurso y la
gestualidad que los enganche a la serie.
Quizás otra circunstancia que
pueda servir para explicar el bajo rating
del seriado en mención, tenga que ver con el contexto en el que mejor se
comprende el fenómeno: territorio venezolano. Chávez Frías tiene un fuerte y
localizado arraigo en Venezuela. Y a pesar de que ejerció un liderazgo
latinoamericano, este no le alcanzó para erigirse como figura política que
hiciera posible unir en un solo discurso las realidades y las demandas de los
países latinoamericanos afectos al proyecto populista de Chávez Frías.
Pensar que en Colombia la imagen
del Coronel Chávez, aceptada u odiada, sería suficiente para motivar a las
audiencias a consumir la serie El Comandante, bien podría convertirse en un
enorme error al darle una extra territorialidad a la imagen de un líder, mas fruto de una fascinación mediática, que de
un realidad política continental.
Lo cierto es que sobre la serie
El Comandante recaen disímiles propósitos que bien se pueden asociar a la
apuesta política del canal RCN, la misma que hace visible a través de su
Noticiero. Un primer objetivo es desdibujar el proyecto socialista que Chávez defendió a dentelladas, y que hoy Maduro
intenta mantener a flote en medio de enormes dificultades políticas internas.
Un segundo objetivo es insistir en la generación de miedo al interior de
Colombia, frente a la posibilidad de que un sector de la izquierda, alimentada
por las aspiraciones políticas de los líderes de las Farc desmovilizados y
reintegrados a la vida civil, se acerque al actual modelo venezolano.
Habrá que esperar qué pasa con
esta serie sobre la que Sony y RCN esperaban mejores resultados en términos del
rating. Más allá del enfrentamiento y
la lucha por el rating entre los
canales RCN y Caracol, es hora de que examinen si de pronto hay cambios en los
gustos y preferencias de las audiencias. A lo mejor las series El Comandante y su
nuevo enfrentado, Alias J. J., terminan
compartiendo un bajo rating, lo que
permitiría pensar en que las audiencias en Colombia devienen cansadas de ver
historias de Machos (narcos, sicarios y líderes políticos) que solo sirven para
estigmatizar a los colombianos y para invalidar proyectos políticos de corte
populista como el que encarnó Chávez, el Comandante.
Adenda: El veto que el Gobierno de Maduro ejerció sobre la serie El Comandante confirma el carácter político que rodea a dicha producción. Sin duda, se trata de una medida exagerada, producto de un Gobierno que no pudo sostener el proyecto político que lideró Chávez Frías, y parece temerle a la endiosada imagen del líder mesiánico que se constituyó para millones de venezolanos en un salvador, en un Mesías, que los reconoció y les dio un lugar, una identidad.
Imagen tomada de Las2orillas.co
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