Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
Mientras
las audiencias comprenden las dimensiones y los alcances de la histórica y
endémica corrupción público-privada que azota al país, y empiezan esas mismas
audiencias a reconocer en la élite tradicional, castas políticas, en banqueros
y grandes empresarios, a sus responsables y aupadores, el ambiente pre
electoral se sacude con el escándalo político y mediático asociado a la
operación en Colombia de la multinacional Odebrecht.
Eso
sí, es claro que el tema de la corrupción no será el único que jugará
electoralmente. Sin duda aparecerán otros temas que guiarán la discusión
política entre los pre candidatos y candidatos a la Presidencia.
Temas
que por la acción informativa de los Medios masivos terminarán haciendo parte
de sus agendas, de acuerdo con los intereses políticos que cada noticiero[1]
de televisión, radial o diario decida apoyar de cara a las elecciones de 2018.
Identifico
los siguientes temas: 1. La corrupción. 2. La implementación del
Acuerdo Final (II) firmado entre el Gobierno de Santos y las Farc. 3. La
participación del partido político que recogerá las banderas de las Farc. 4. El
miedo al castrochavismo. 5. El diálogo de paz con el ELN y 6. El medio ambiente.
Estos
asuntos o temas no gravitan solos en el escenario público. Por el contario,
subsiste entre ellos una natural correlación, de acuerdo con los discursos
políticos que circularán en el venidero escenario electoral.
Con
la conversión de las Farc en partido político, la corrupción muy seguramente se
convertirá en el tema central de los debates que se susciten en el contexto
electoral de 2018. Que así sea, depende de la acción de unos medios de
comunicación cuya agenda suele estar asociada y casi supeditada a los intereses
del Gobierno de turno. Se espera entonces que Santos y actores interesados de
la sociedad civil mantengan el interés
de posicionar la corrupción como un factor y asunto definitivo para que el
próximo Presidente pueda cumplir a cabalidad con la implementación de lo
acordado en La Habana.
Con
la insinuación que hiciera el Fiscal General de la Nación, al recoger la
versión del testaferro de paramilitares y ex senador Otto Bula, pieza clave para entender los sucios
tentáculos de la empresa brasilera en Colombia, no solo se mancha el nombre del
Presidente, sino que en el mediano plazo se deslegitimará la búsqueda de una paz
estable y duradera y por esa vía, el mismo Proceso de Paz adelantado con las
Farc.
Sin
duda, Martínez Neira actúo guiado más por el criterio periodístico de
escandalizar al país, que regido por criterios jurídicos asociados al debido
proceso y a la presunción de inocencia. Al respecto, el profesor Rodolfo Arango
señaló: “El país recibe una clase
magistral de formalismo jurídico por Fiscal Martínez: el no es competente y si
investiga, prevarica”[2] y
el mismo profesor se pregunta: “Fiscal Martínez: altavoz de un criminal.
¿Desviación de la atención?[3]” Lo dicho por el Fiscal General golpeará de manera temprana al
candidato o candidata presidencial que decida recoger la bandera de la paz que
agitó y defendió el Gobierno de Santos durante ochos años.
Será
clave también para el próximo evento electoral, la palabra empeñada que rodea
el proceso de implementación del Acuerdo Final (II). Es decir, los candidatos y
candidatas afectos al discurso de la paz, deberán hacer ingentes esfuerzos para
posicionar la idea de que lo acordado entre el Gobierno de Santos y las Farc
compromete al Estado en el cumplimiento de lo que se negoció y se acordó en la
isla de los Castro y no de manera exclusiva a un Gobierno, hoy señalado de
reelegirse con dineros de Odebrecht, para alcanzar la paz.
El
compromiso de cumplir con los compromisos firmados en el Acuerdo Final que
asuma el candidato afecto a la construcción de escenario de posacuerdo y ojalá de
posconflicto, se enfrentará no solo al ligero señalamiento del Fiscal, sino a
la resistencia de Noticias RCN, noticiero que de tiempo atrás, como actor
político[4],
viene informando con el claro objetivo de deslegitimar el Acuerdo firmado en el
teatro Colón y generar estados de opinión adversos a lo que se viene para el país en materia
de implementación de lo acordado entre las partes.
Además,
el o los candidatos proclives a defender y cumplir con la implementación de lo
acordado entre el Gobierno y las Farc, encontrarán acciones discursivas y
políticas de sectores de poder que, a pesar de estar comprometidos, de manera
directa o indirecta con hechos de corrupción y de no compartir el sentido de lo
acordado en territorio cubano, harán todo lo posible para confundir al electorado
proponiendo la firma de acuerdos
políticos para frenar la corrupción. Lo anterior como parte de estratagemas[5]
para llegar a la Casa de Nariño, quizás elegidos con la bandera de lucha contra
la corrupción, pero con el objetivo claro de torpedear los procesos
administrativos, jurídicos, políticos y económicos que darán vida en el tiempo
a la implementación de lo firmado en el teatro Colón. Y todos sabemos que
Martínez Neira fue llevado a la Fiscalía[6]
por un sector oligárquico que no quiere que la implementación del Acuerdo Final
prospere.
Otro
asunto o tema con gran potencial electoral es la participación política del
partido político que recoja las banderas de las Farc. Ello llevará a la
dirigencia fariana a tomar la decisión de participar o no en las elecciones de
2018, bien con candidato propio o en alianza con otras fuerzas políticas. ¿Será
posible que de Voces de Paz salga un candidato que defienda las ideas políticas
de los líderes del Secretariado? Muy seguramente este hecho político será usado
por sectores de opinión y algunos Medios de comunicación para deslegitimar
dicha opción política, al recordarles a los colombianos los crímenes cometidos
por las Farc en el contexto de un prolongado y degradado conflicto armado
interno. Es posible que insistan en hablar de impunidad.
Si
en una eventual coyuntura político- electoral el partido de las Farc o aquella
fuerza que represente su ideario, logra hacerse con la simpatía y los votos de
millones de colombianos, el Establecimiento estará presto a volver a la
estrategia de generar miedo, al señalar que el castrochavismo llegará al país si se permite que el partido de las
Farc obtenga un importante triunfo electoral en regiones claves y en cargos
importantes dentro del Estado.
Ahora bien, frente al proceso de negociación con el ELN, dependerá de los avances que se logren y de la responsabilidad de las partes en el manejo de las discusiones y de los pre acuerdos a los que vayan llegando, para que este asunto haga parte o no de la agenda de los Medios y por ese camino, de la agenda político-electoral de 2018. En cualquier caso, la prensa afecta al Régimen sabrá usar dicha negociación para insistir en inocular miedos en la opinión pública en torno a la llegada al país del castrochavismo.
Ahora bien, frente al proceso de negociación con el ELN, dependerá de los avances que se logren y de la responsabilidad de las partes en el manejo de las discusiones y de los pre acuerdos a los que vayan llegando, para que este asunto haga parte o no de la agenda de los Medios y por ese camino, de la agenda político-electoral de 2018. En cualquier caso, la prensa afecta al Régimen sabrá usar dicha negociación para insistir en inocular miedos en la opinión pública en torno a la llegada al país del castrochavismo.
Y
por último, el tema ambiental podría convertirse, remotamente, en un asunto
clave. Ello dependerá de las fuerzas sociales, sectores políticos y
organizaciones ambientales que de manera coordinada posicionen la protección
del medio ambiente como un factor político clave, de cara a minimizar los
impactos del cambio climático y ojalá, para frenar las prácticas insostenibles
e insustentables que ya han provocado en Colombia varios desastres ambientales. Es claro que sobre la biodiversidad varias multinacionales posaron sus ojos, de allí el apoyo de sus Gobiernos de apoyar el fin del conflicto armado.
Así
entonces, asistiremos muy seguramente a un complejo, enrarecido, pero
definitivo escenario electoral en 2018. Será la oportunidad para avanzar hacia
la consolidación de una paz estable y duradera y por esa vía, edificar
escenarios de posconflicto; o por el contrario, será el punto de partida para
que lo firmado en La Habana se incumpla progresivamente, dando al traste con las
ilusiones que el Proceso de Paz echó a andar en quienes estamos convencidos de
la necesidad de ampliar la estrechez de
nuestra democracia y de propender por
tener un Estado[7] moderno que
le sirva a todos.
Imagen tomada de www.youtube.com
[2] Tomado de la red social, tuiter.
[3] Tomado de la red social, tuiter.
[5] El senador Uribe Vélez propondrá
proyecto de ley para frenar la corrupción: http://www.colombia.com/actualidad/judicial/sdi/150756/uribe-presentara-proyecto-de-ley-contra-la-corrupcion
No hay comentarios.:
Publicar un comentario