YO DIGO SÍ A LA PAZ

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miércoles, 28 de enero de 2009

EL PAÍS DE LOS PRE CANDIDATOS PRESIDENCIALES

Germán Ayala Osorio, profesor Asociado y politólogo de la Universidad Autónoma de Occidente (Cali- Colombia)
“... Se podría decir que, al ser las instituciones políticas existentes cada vez más incapaces de regular la velocidad del movimiento de capitales, el poder está cada vez más alejado de la política... El discurso neoliberal se hace más ‘fuerte’ a medida que avanza la desregulación, quitando poder a las instituciones políticas que, en principio, podrían hacer frente a la proliferación del libre juego del capital y las finanzas. Se ha dado un paso más en el camino hacia su dominio absoluto con la reciente aprobación del Tratado Multilateral de Inversiones, que en la práctica les ata las manos a los gobiernos nacionales y permite todo tipo de accionar a las empresas extraterritoriales...” (BAUMAN, Zygmunt. En busca de la política. México: Fondo de Cultura Económica, 2002. págs 27, 28 y 37).
La crisis de la política, en términos de representación, del sentido y el valor que los ciudadanos le dan, es más evidente y preocupante en Colombia porque los partidos políticos son asociaciones clientelares cuyos miembros se mueven en la delgada línea que separa lo legal de lo ilegal. Son, en últimas, asociaciones para delinquir, saquear y restringir el sentido de lo público.

Expresiones individuales de la crisis de la política son los precandidatos presidenciales que van surgiendo en medio de la incertidumbre generada por un Presidente que irrespeta tanto a las colectividades que le apoyaron en su aventura presidencial y reeleccionista, como al electorado, al que subestima pues sabe que acá el voto de opinión, inteligente y consciente no puede competir con el poder corruptor de las maquinarias de las que disponen los partidos para asegurar el triunfo no del más capaz, sino de quien mejor interprete sus ansias de contratos y puestos en el Estado. O para el caso presente, el que asegure las mejores condiciones para banqueros e industriales y para los señores de la guerra.

En las actuales circunstancias el país necesita de un proyecto político de largo plazo con el cual un candidato convoque a todos los sectores de la sociedad, superando el imaginario estrecho que señala que los problemas del país se resuelven acabando con las FARC. De los precandidatos que hoy suenan en los medios no se vislumbra una propuesta seria, estructurada y coherente.

Todos están dispuestos a transar ideas e intercambiar maquinarias con tal de enfrentar a Uribe. No se han preocupado por diseñar un modelo de país soportado en una mirada sistémica que por fin entienda que el Estado colombiano tiene problemas estructurales que deben ser atendidos.

César Gaviria, Petro, Lucho Garzón, Noemí, Fajardo, Vargas Lleras y Uribito (ministro Arias), entre otros, representan la crisis de la política, de los partidos y peor, representan la incapacidad de concebir un proyecto político que vaya más allá de la voracidad clientelista de senadores, representantes, diputados, concejales, gamonales, ‘barones’ electorales, industriales y empresarios; inclusive, más allá de la estrecha mirada de aquellos ciudadanos que se dejan seducir de la publicidad política o por frases de campaña efectistas que esconden la incapacidad de los candidatos de convocar a todos para un cambio de rumbo.

Qué mezquina la forma como conciben las asociaciones clientelares (partidos políticos) la política y lo público. Qué tristeza da el sentido de la responsabilidad política que tienen funcionarios públicos como Daniel García Arizabaleta, Valencia Cossio (curioso, el ministro de la política), Juan Manuel Santos y Sabas Pretel de la Vega, entre otros muchos. El no renunciar a sus cargos ante evidentes fallas (actuaciones a todas luces ilegales, en algunos casos como el señor de Invías) en temas que son de su total resorte y responsabilidad genera valores, principios y prácticas que juntas hacen aún más ilegítimo e inconveniente el ethos cultural que ellos, precandidatos y en general todos los colombianos comparten, y que se expresa en conductas asociadas a la trampa, a la búsqueda del esguince a la ley, a la tramoya, a la viveza y finalmente, al concierto para violar la ley sin violarla.

Hasta tanto los ciudadanos no reivindiquemos el sentido de la política, entendiendo que ella está para servir a la consecución de la felicidad y de los más nobles ideales de una sociedad, el país seguirá dando tumbos, sin un norte diáfano. Ese es justamente el país que nos ofrecen los señalados pre candidatos presidenciales.
Nota: la revista semana.com trae el día de hoy 28 de enero de 2009 un artículo en el que habla de la carretera de mentiras del señor de Invías, Daniel García Arizabaleta. En algunos apartes se lee: "Al mirar el detalle del expediente en que la Procuraduría se basó para ordenar la destitución de Daniel García Arizabaleta, actual director del Instituto Nacional de Vías (Invías), queda claro que toda su carrera pública ha estado sembrada de mentirillas. No son grandes defraudaciones, sino esguinces a la ley cuando esta le estorbaba en sus aspiraciones. Y lo más grave, que quizás llevó al Ministerio Público a inhabilitarlo por 15 años (una sanción muy severa) es el hecho de que acudió a esta mañas no sólo una sino muchas veces. La cadena de falsedades se inició desde agosto de 2002, cuando presentó su hoja de vida para trabajar en el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República con el cargo de asesor." (Una carretera de mentiras. Semana.com, consulta hecha a las 2:16 pm del 28 de enero de 2009).

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Germán pues te felicito por los comentarios acerca del artículo, pues yo lo leí en el periódico y casi me da un infarto ya que cada unas de las personas que se lanzan a la candidatura presidencial ninguno tiene sentido de pertenencia por nuestro país, eso esta terrible ya que en últimas en mi caso no votaría y eso me gustaría que hicieran los colombianos y no nos volvamos clientelistas de gente que solo sube por la compra de votos o sencillamente sube por haber estado secuestrado.



BERTA A.

Anónimo dijo...

Excelente

Guido G.

Anónimo dijo...

Muy buen argumento de la cultura política que ha construido la llamada clase política colombiana

Saludos cordiales,

martha

Anónimo dijo...

Te leo con juicio, pero la verdad ya no me siento tan ligera de espíritu para opinar frente a un territorio que voy a abandonar y frente a los valientes que no se van.

No abandones la lucha discursiva, esa es una opción política de la postmodernidad y un aula máxima para educar políticamente.

Un abrazo.

Diana M

Anónimo dijo...

Germán comparto completamente la reflexión del artículo ninguno de los precandidatos presidenciales tiene una propuesta seria. Creo que solamente la única persona etica, con una una propuesta programática seria apoyada por un sector amplio del POLO y con un nivel intelectual gigantesco es: Carlos Gaviria Díaz.

Saludos

Fernando

Anónimo dijo...

De acuerdo, Germán. Los llamas bien: asociaciones clientelares, porque la politiquería es su negocio, no andan en la gran política, sino en el negocio de los puestos y sumando clientelas para ver quién se queda con la mayor tajada.
Qué dificil un cambio en este país, sinceramente!! cada día y entre más lo pienso, nos gana el pesimismo. Yo honradament no creo que las asociaciones ciudadanas puedan hacer mayor cosa......

Claudia

Anónimo dijo...

Hola Germán:
Solo un detalle: El poder sí está alejado de la gran política, la que se escribía con mayúsculas y que nos enseñaron debería tratar de construir estados al servicio del ciudadano, del bien comun.
Pero el poder sí está en los políticos; ellos lo han convertido en un negocio, en un medio de subsistencia, en su "trabajo", del que devengan sin la contrapretación de "servir al público", que es lo que elementalmente justificaría y daría sentido a su existencia. Pero no hay que equivocarse: Ellos sí tienen poder, ellos son los dueños del estado, de cada puesto, de cada funcionario, con lista en mano. Y eso funcionaritos son los que deciden, porque sí deciden, las vidas de las comunidades.

Un ejemplo chiquito: Has visto el discurso de los políticos secuestrados que son liberados?, con contadísimas excepciones (quizás Ingrid?); qué pobreza conceptual!! Y yo por supuesto que considero cualquier acto de violencia, incuido el secuestro, como algo abominable!!! Pero cuando los oigo no puedo olvidar que esos personajes hacen parte de es camarilla clientelista, vividores de la "política", que han comido del estado, pero que ni siquiera saben defender al estado del que comen!!

Bueno me desahogué!!! Porque ayer me dio tristeza oir a Alan Jara y ando con el corazón rabioso con esas "liberaciones"......... Bueno: de regreso a mi trabajo, se me acabó el descanso!

Un abrazo,

Claudia