YO DIGO SÍ A LA PAZ

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miércoles, 5 de mayo de 2010

MÁS ALLÁ DEL DAS

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

Los nuevos detalles que por estos días se dan a conocer de las interceptaciones y seguimientos que el DAS efectuó a periodistas, políticos, líderes de opinión y magistrados, entre otros, deberían servir para que la sociedad civil en su conjunto, exija al próximo gobierno, el desmonte de las estructuras mafiosas y perversas que el actual gobierno de Uribe montó, para convertir al Departamento Administrativo de Seguridad, en la policía política del régimen.

Más allá de la discusión de si hay que acabar o no con el DAS, que tiene estatus ministerial, lo que deberíamos estar discutiendo es el tipo de Estado que queremos en Colombia. Si un Estado Social de Derecho, que soportado en la Constitución y en los derechos humanos, trabaje en pro del bien común o un Estado policivo, asesino y paramilitar como el que se ha construido hasta el momento, apoyado en una supuesta lucha contra guerrillera. Justamente ahí está el error de muchos colombianos.

El mayor problema de Colombia no es la existencia de las guerrillas, tal como lo han pretendido mostrar los discursos de éste gobierno y las élites del poder político a través de los diferentes medios masivos. Sin duda, es un problema, pero acabando con ellas, si es que es posible, las condiciones de miseria, concentración de la riqueza, los homicidios, la corrupción, privada y estatal, la educación focalizada en reducidos grupos humanos que pueden acceder a ella, entre otros muchos factores, no van a cambiar ni mucho menos desaparecer de la noche a la mañana.

Se requiere que la fragmentada, tímida, temerosa y adormecida sociedad civil colombiana se organice y comprenda que este país, en las condiciones actuales, no es viable porque aún subsisten factores históricos que mantienen la ilegitimidad del Estado. Los actores de esa sociedad civil deben reconocer que en gran parte han coadyuvado a mantener condiciones indignas para grandes sectores poblacionales. Muchos de esos actores sólo se han preocupado por mantener sus privilegios y alcanzar sus intereses particulares en una actitud feudal y parroquial, que aún se respira a lo largo y ancho del país.

El asunto, entonces, pasa por refundar la nación y con ella, las conciencias de quienes haciendo parte del poder político y económico, han sido incapaces de entender las reglas de reproducción del capital, al fomentar condiciones de extrema pobreza que cierran las posibilidades de consumo a amplios sectores poblacionales.

Se requiere de nuevos y efectivos liderazgos dentro de las diferentes organizaciones sociales que conforman la llamada sociedad civil. Las posturas de clase terminarán haciendo inviable un modelo económico y político soportado en valores feudales, que terminan reproduciendo las estructuras mafiosas, dentro y fuera del Estado.

Lo sucedido con el DAS es la reproducción de un modelo feudal que ganaderos como Uribe Vélez quieren para Colombia, para de esa forma garantizar un Estado y una sociedad premodernas, feudales, con vasallos y no con ciudadanos pensantes y críticos.

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