YO DIGO SÍ A LA PAZ

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jueves, 11 de agosto de 2016

Vergonzoso

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


Más allá de si las cartillas de educación sexual que circularon en las redes sociales son falsas o si fueron publicadas sin la autorización del Gobierno, lo sucedido ayer en varias ciudades del país merece el calificativo de vergonzoso. Sí, vergonzoso.

Marchar para protestar por iniciativas educativas que buscan que aquellas identidades sexuales "diferentes" y contrarias a las ideas conservadoras y hegemónicas sean respetadas, devela lo lejos que estamos como sociedad de respetar al Otro, a los Otros, en particular a aquellos ciudadanos y ciudadanos que exhiben una identidad sexual distinta y a todas luces legítima.  

El vergonzoso espectáculo que ayer brindaron cientos de miles de colombianos y colombianas “preocupados” por la educación tradicional de sus hijos e hijas, termina por legitimar el proyecto político neoconservador[1] y profundamente “Regenerador”[2] que encarna el reelegido Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez[3] Maldonado. Proyecto que está muy cercano a las ideas de Uribe Vélez. Baste con recordar dos frases de aquel que mandó- no gobernó- en Colombia entre el 2002 y el 2010: una, "aguántense el gustico” y "estoy muy berraco con Usted y donde lo vea le doy en la cara marica". 

Que los marchantes de ayer terminen coincidiendo con el proyecto neoconservador de Ordóñez[4] y Uribe[5], resulta sumamente peligroso e inconveniente porque desconoce los avances que en materia de igualdad de derechos el país ha alcanzado gracias a los valiosos fallos de la Corte Constitucional y las mismas iniciativas del Gobierno de Santos, en temas como el aborto, el matrimonio igualitario y el consecuente cambio en el concepto de Familia, así como en la reglamentación de la  eutanasia, entre otros temas y asuntos. A todas luces es inconveniente este tipo de coincidencias ideológicas porque terminan ocultando y validando las maniobras corruptas con las que Ordóñez[6] y Uribe se hicieron reelegir, violando la Constitución y las leyes.

Así entonces, la defensa de la institución Familia no se puede hacer sobre la base de desconocer realidades sociales y sobre todo, al poner a andar procesos de estigmatización contra quienes decidieron aceptarse como homosexuales. Y menos aún se puede defender un concepto de Familia, anclado históricamente en ideas propias de una sociedad machista, violenta y patriarcal como la colombiana.

Resulta vergonzoso que la Iglesia Católica acompañe la protesta contra el urgente y necesario ajuste de los Manuales de Convivencia de colegios que aún discriminan y estigmatizan a los estudiantes por razones asociadas al tipo de identidad sexual en la que los educandos se inscriben y se auto reconocen.  Y más aún, que el Gobierno de Santos acepte presiones de los jerarcas de la Iglesia Católica para aplazar o quizás modificar el contenido y la orientación de las cartillas que buscan promover “ambientes escolares libres de discriminación”.

La Iglesia Católica, homofóbica, violenta y conservadora, no tiene la altura moral suficiente para oponerse a una educación libre de estigmatizaciones y persecuciones por razones de sexo, cuando en sus huestes siguen encubiertos y ocultos curas, heterosexuales y homosexuales, que han violado a menores de edad.

Ojalá que las Universidades, confesionales y no confesionales, no comulguen con el vergonzoso espectáculo que dieron ayer cientos de miles de marchantes. Como escenario plural, las Universidades y las profesoras y profesores debemos fomentar el respeto al Otro, sin que haya el menor señalamiento ante un tipo de identidad en la que cada estudiante se inscriba o se auto reconozca. Reconocerlo como ser humano, antes que por su condición, orientación o elección sexual, o de cualquier otro tipo, debe ser el principio que debe guiar el trabajo reflexivo y académico de las Universidades.

Es probable que estos estudiantes universitarios terminen reeducando a los adultos -y quizás a sus propios padres- que ayer marcharon dizque para defender un concepto de Familia que está en crisis y para defender unos valores y unos principios hegemónicos que poco tienen de democráticos y  de respetuosos de la diferencia.


Adenda: la identidad  sexual o las preferencias en esta materia, de la Ministra Gina Parody, no pueden exponerse como argumentos para descalificar sus acciones ministeriales. Grotesco espectáculo dieron aquellos que descalificaron su gestión por ser lesbiana. Que bajeza.




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