Foto tomada de ELTIEMPO.COM
Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
En reciente portada de la revista Credencial aparecen las fotografías de Adriana Córdoba y María Clemencia Rodríguez. La primera, compañera de Antanas Mockus, y la segunda, esposa de Juan Manuel Santos.
Las imágenes apoyan la publicación de los perfiles que la revista propone a sus lectores de quien eventualmente puede convertirse en la ‘primera dama de la nación’. Como nada en los medios es gratuito y cada palabra y cada imagen expresan algo de lo que se habla (el tema o asunto), de quien se habla (cuando se trata de un tercero o de las protagonistas, como en este caso, de las esposas de Mockus y Santos) y por supuesto, dicen también mucho del talante del medio y del periodista responsable de la nota.
En lo que toca a las fotografías hay una evidente intención de menospreciar el carácter y la figura ‘alternativa,’ o no ‘tradicional’, de Adriana Córdoba. Y es así porque la imagen de Adriana Córdoba se sostiene en una fotografía oscura, acorde con el tono del vestuario (chaqueta café), que envía un mensaje claro: no hay transparencia, hay algo oculto o se vive en las tinieblas. Ayuda a la intención mediática el color de la piel, el origen y la expresión étnica de la esposa de Mockus, así como la discutible coordinación lograda entre la chaqueta café, el sombrero verde, el girasol en el pecho y los brazos cruzados.
Lo dicho no tiene porqué entenderse como una disfunción o como una perversidad, sino fuera por el contraste malintencionado que se hace con la figura de la señora Clemencia Rodríguez, quien lleva una blusa blanca, con una expresión de tranquilidad, sobriedad, elegancia y porte, soportado lo anterior en una tez blanca que, ubicada como un referente de clase, ha permitido soslayar, opacar, minimizar y ensombrecer el proceso de mestizaje al interior de Colombia, así como las características étnicas de la señora de Mockus, que para muchos puede resultar una fascinante alegoría a la condición indígena (o al mismo proceso de mestizaje), o por el contrario, una inconveniente alusión por tratarse de un ícono que representaría, si llegare a convertirse en Primera Dama, a una minoría excluida, pobre e ignorante, que debe mantenerse oculta.
Aún subsiste en Colombia el imaginario aquel que señala que la condición del blanco representa progreso, autoridad, belleza, elegancia y distinción, valores que vienen de un ‘exitoso’ proceso civilizatorio, del que aún se resisten pueblos indígenas, campesinos y afro-colombianos y del que aguardan terminar con éxito la mayoría de mestizos que poblamos el territorio colombiano, a través del ‘blanqueamiento’ por la vía de la negación de nuestros orígenes.
Leo con sospecha el contraste visual, étnico y de clase que pretende la revista Credencial con las señaladas dos imágenes. También es cierto que le cabe responsabilidad a la campaña y a la propia Adriana Córdoba, en la medida en que puede desconocer que detrás de cada palabra y de cada imagen se desprenden cantidad de posibilidades discursivas- explicativas. Es curioso, por ejemplo, que en el texto periodístico se enuncien expresiones de las señoras en relación con sus esposos, en las que la compañera de Santos aparece como Clemencia Rodríguez de Santos y la esposa de Mockus aparece sólo como Adriana Córdoba. Un elemento de clase que puede exaltar el discurso dominante que no sólo representa Santos, sino que parece pedir su grupo de simpatizantes. Alejada de esas tendencias que ponen a la mujer bajo las órdenes del gran Macho, el nombre de la esposa de Mockus aparece sin el restrictivo de la preposición DE. De alguna forma esta última cuestión nos remite al enunciado, aforismo o graffiti feminista: mujer, lleva el apellido de cuna, y no el de cama.
Publicado en la Revista Cierto desde el 11 de junio de 2010http://www.revistacierto.com/
4 comentarios:
me parece que le falta más análisis, tiene un final muy cortante. Le falta algo. Es una descripción semiótica básica.
Diana
Comparto plenamente todos los elementos del análisis.
José A
Bien, buen análisis,
Fdo
Hola uribito:
Hasta analista de moda y fisonomía eres.
Luisf.
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