Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
De ratificarse en segunda vuelta el resultado logrado en la primera, Santos se verá obligado a mantener el régimen de terror y de impunidad que Uribe diseñó y aplicó exitosamente en estos ocho años de gobierno. No es gratuito el gesto de agradecimiento de Santos, minutos después de conocidos los resultados y luego en su visita al Presidente tras el holgado triunfo en primera vuelta. Estos son hechos que no pueden pasar por desapercibido pues una lectura rápida podrá concluir de que se trata de: a) una demostración de obediencia/sometimiento b) que pone en riesgo la independencia/autonomía del nuevo gobierno y c) un indicador de que la gobernabilidad de la administración de Santos dependerá del grado de satisfacción de Uribe al examinar las ejecuciones de su “sucesor”.
Es probable que el proceso de desinstitucionalización que puso en marcha Uribe Vélez no se detenga en el periodo Santos. Por el contrario, con la más reciente arremetida del Presidente contra la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía, por el caso Aranguren, la situación tiende a complicarse aún más y Uribe se encargará de que Santos mantenga esa misma actitud. En El Espectador se lee lo siguiente: “el jefe de Estado denunció que órganos superiores de justicia están presionando jueces y fiscales, para que < >[1].” El enfrentamiento entre la Corte Suprema de Justicia y el Gobierno de Uribe ha puesto en evidencia que a éste le molestan los controles, la división de poderes y el juzgamiento de sus cercanos colaboradores, bien en el marco de la parapolítica o en el contexto de la persecución política orquestada desde el DAS.
Insisto en que el proceso de desinstitucionalización puede profundizarse, en primer lugar, por la dilatada y accidentada elección del Fiscal. Están en una verdadera encrucijada los magistrados de la Corte Suprema de Justicia pues ya han dilatado lo suficiente la elección del nuevo Fiscal, pero el proceso debe terminar y no será fácil, pues el Gobierno ha insistido en poner en la Fiscalía General a un amigo, a un monigote que pueda manejar a su antojo. A pesar de que el nuevo ternado Jorge Aníbal Gómez es penalista, el haber defendido a varios políticos investigados por sus vínculos y relaciones con las Autodefensas Unidas de Colombia puede resultar ideológicamente inconveniente para que asuma el cargo de Fiscal[2].
Y en segundo lugar, por la diligencia con la cual actúen la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía y en general el aparato judicial, en casos complejos como el juzgamiento por cohecho de Sabas Pretel de la Vega, el caso del primo del Presidente, Mario Uribe, por paramilitarismo, y el más reciente, el proceso contra Mario Aranguren Molina, que esperamos sea el inicio del esclarecimiento de lo sucedido en el DAS en el caso de las ‘chuzadas’ contra Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, opositores políticos, líderes sociales y periodistas.
Así mismo, hay que estar atentos al papel que en adelante jugarán las fuerzas militares y de policía. Santos sabe que deberá hacer todo lo posible para mantener la alta moral de la tropa y ello pasa por asegurar el silenciamiento de los procesos de investigación y juzgamiento de los responsables de los crímenes cometidos, conocidos como ‘falsos positivos’. Uribe no sólo ha mostrado admiración por los soldados de la Patria, sino disposición para defender el fuero militar a costa del respeto de los derechos humanos y de las libertades ciudadanas. Aspecto este que se materializa de manera clara en el presupuesto para este sector. Santos no podrá alejarse de esa doctrina. Por eso, la función debe continuar.
Adenda: Con esta eventual tercera reelección de Uribe, pero esta vez en el cuerpo de Juan Manuel Santos, la suerte de los partidos Liberal y Conservador está echada: la dupla Santos- Uribe podría buscar en el mediano plazo la construcción de un partido Único que no sólo recoja la doctrina y el pensamiento uribista que José Obdulio Gaviria ha venido escribiendo, sino que sirva como avanzada política bien para cooptar a la izquierda colombiana representada por el Polo Democrático Alternativo y otros movimientos políticos, o para ordenar su persecución e, incluso, su desaparición física si fuera necesario. Con la muerte de los Partidos Liberal y Conservador y el surgimiento del Partido Único (Léase Partido de la U), no habrá control político efectivo en el Congreso alrededor de la gestión de Santos. Nuevamente la oposición será minoría. Y si toma fuerza y se logra asegurar a Uribe como senador vitalicio, habrá en el Congreso una especie de mega patronazgo difícil de desmontar por las vías democráticas.
[1] EL ESPECTADOR.COM. Ingreso: 3:50 pm, del miércoles 02 de junio de 2010.
[2] Aunque hoy parecen existir otros ‘impedimentos’, este elemento es posible que preocupe a los magistrados de la CSJ e incluso, a la opinión pública que sigue de cerca la accidentada elección del nuevo Fiscal General.
De ratificarse en segunda vuelta el resultado logrado en la primera, Santos se verá obligado a mantener el régimen de terror y de impunidad que Uribe diseñó y aplicó exitosamente en estos ocho años de gobierno. No es gratuito el gesto de agradecimiento de Santos, minutos después de conocidos los resultados y luego en su visita al Presidente tras el holgado triunfo en primera vuelta. Estos son hechos que no pueden pasar por desapercibido pues una lectura rápida podrá concluir de que se trata de: a) una demostración de obediencia/sometimiento b) que pone en riesgo la independencia/autonomía del nuevo gobierno y c) un indicador de que la gobernabilidad de la administración de Santos dependerá del grado de satisfacción de Uribe al examinar las ejecuciones de su “sucesor”.
Es probable que el proceso de desinstitucionalización que puso en marcha Uribe Vélez no se detenga en el periodo Santos. Por el contrario, con la más reciente arremetida del Presidente contra la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía, por el caso Aranguren, la situación tiende a complicarse aún más y Uribe se encargará de que Santos mantenga esa misma actitud. En El Espectador se lee lo siguiente: “el jefe de Estado denunció que órganos superiores de justicia están presionando jueces y fiscales, para que <
Insisto en que el proceso de desinstitucionalización puede profundizarse, en primer lugar, por la dilatada y accidentada elección del Fiscal. Están en una verdadera encrucijada los magistrados de la Corte Suprema de Justicia pues ya han dilatado lo suficiente la elección del nuevo Fiscal, pero el proceso debe terminar y no será fácil, pues el Gobierno ha insistido en poner en la Fiscalía General a un amigo, a un monigote que pueda manejar a su antojo. A pesar de que el nuevo ternado Jorge Aníbal Gómez es penalista, el haber defendido a varios políticos investigados por sus vínculos y relaciones con las Autodefensas Unidas de Colombia puede resultar ideológicamente inconveniente para que asuma el cargo de Fiscal[2].
Y en segundo lugar, por la diligencia con la cual actúen la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía y en general el aparato judicial, en casos complejos como el juzgamiento por cohecho de Sabas Pretel de la Vega, el caso del primo del Presidente, Mario Uribe, por paramilitarismo, y el más reciente, el proceso contra Mario Aranguren Molina, que esperamos sea el inicio del esclarecimiento de lo sucedido en el DAS en el caso de las ‘chuzadas’ contra Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, opositores políticos, líderes sociales y periodistas.
Así mismo, hay que estar atentos al papel que en adelante jugarán las fuerzas militares y de policía. Santos sabe que deberá hacer todo lo posible para mantener la alta moral de la tropa y ello pasa por asegurar el silenciamiento de los procesos de investigación y juzgamiento de los responsables de los crímenes cometidos, conocidos como ‘falsos positivos’. Uribe no sólo ha mostrado admiración por los soldados de la Patria, sino disposición para defender el fuero militar a costa del respeto de los derechos humanos y de las libertades ciudadanas. Aspecto este que se materializa de manera clara en el presupuesto para este sector. Santos no podrá alejarse de esa doctrina. Por eso, la función debe continuar.
Adenda: Con esta eventual tercera reelección de Uribe, pero esta vez en el cuerpo de Juan Manuel Santos, la suerte de los partidos Liberal y Conservador está echada: la dupla Santos- Uribe podría buscar en el mediano plazo la construcción de un partido Único que no sólo recoja la doctrina y el pensamiento uribista que José Obdulio Gaviria ha venido escribiendo, sino que sirva como avanzada política bien para cooptar a la izquierda colombiana representada por el Polo Democrático Alternativo y otros movimientos políticos, o para ordenar su persecución e, incluso, su desaparición física si fuera necesario. Con la muerte de los Partidos Liberal y Conservador y el surgimiento del Partido Único (Léase Partido de la U), no habrá control político efectivo en el Congreso alrededor de la gestión de Santos. Nuevamente la oposición será minoría. Y si toma fuerza y se logra asegurar a Uribe como senador vitalicio, habrá en el Congreso una especie de mega patronazgo difícil de desmontar por las vías democráticas.
[1] EL ESPECTADOR.COM. Ingreso: 3:50 pm, del miércoles 02 de junio de 2010.
[2] Aunque hoy parecen existir otros ‘impedimentos’, este elemento es posible que preocupe a los magistrados de la CSJ e incluso, a la opinión pública que sigue de cerca la accidentada elección del nuevo Fiscal General.
1 comentario:
Hola Moncho:
Gracias por compartirme estas importantes reflexiones.
Qué triste realidad y que pesar por aquellos que piensan que los que seguimos a Mockus u otro diferente a Santos, somos de ideologías políticas sin fundamento.
Piensan que el fundamento de lo que persiguen lo da la Seguridad Democrática y los famosos ¨falsos positivos¨ que arrebataron hijos y allegados a muchas familias humildes, la supuesta disminución de las tasas de desempleo (que lograron creo contando el ¨empleo¨ generado a los vendedores de minutos en los semáforos (creen que con eso se vive) y muchísimos más factores que Usted conoce mejor que yo………….
Por qué es tan difícil aceptar que la transparencia en nuestros actos nos hace mejores? Por qué piensan que querer un país y un modelo político honesto no es posible para nosotros?
Si de veras un loco como este Mockus nos despierta de esa indiferencia en la que vivimos por qué da tanto miedo dar la pelea?
Pero bueno, nos quedan 16 días para seguir intentándolo……………………
Saludos,
h
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