YO DIGO SÍ A LA PAZ

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viernes, 9 de julio de 2010

URIBE: ¿UN EX PRESIDENTE MÁS?

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


Con el fin de la era Uribe, la condición de ex presidente parece alcanzar otra dimensión a juzgar por la aparente resistencia del actual Presidente de Colombia de aceptar el retiro y comportarse como un ex presidente más.

Huelga decir que los ex presidentes en Colombia son figuras grises, que insisten en mantener la dignidad presidencial gracias a periodistas y lagartos empecinados en llamarlos presidentes. Algunos perseveran en mantener las redes clientelares y el poder burocrático alcanzados en sus periodos de gobierno, bien a través de su vigencia como líderes y asesores de los partidos políticos tradicionales, la puesta en marcha de negocios estratégicos, o en la acción política directa en eventos electorales.

Cuando el mismo 7 de agosto de 2010 Uribe sienta sobre sus hombros la condición de ex presidente de la República, es posible que el poder alcanzado en sus laboriosos y voluntariosos ocho años de gobierno, empiece a sufrir fracturas, pues deberá no sólo soportar los certeros embates de la Corte Suprema de Justicia en contra de sus escuderos, sino las normales disidencias y abandonos de afectos de una clase política acostumbrada a negociar lealtades con cargos públicos y contratos. Si se confirman condenas a sus más fieles escuderos, la compuerta quedará abierta para desertores que encontrarán en el ampliado nido santista, abrigo y poder.

Se ha dicho que Uribe aspirará a la alcaldía de Bogotá, o que en algún momento podría ser nombrado ministro; sus áulicos anunciaron la entrega, por vía legislativa, de una nueva dignidad: senador vitalicio. De cualquier forma, sabemos que al Mesías antioqueño que no logró salvarnos, le costará, como a ningún otro, dejar el enorme poder que logró concentrar en su largo periodo presidencial.

Es posible que la distancia que Santos parece estar tomando de Uribe, obligue a este último a mantenerse al tanto de las actuaciones de su raposo ex ministro de la defensa, bien a través del ejercicio del periodismo, un cargo público, o a través de las redes burocráticas y clientelares que muy seguramente Santos se vio obligado a mantener.

La elite bogotana, maltratada en muchas ocasiones por Uribe, espera que éste se retire a descansar en El Ubérrimo. Será difícil que ello se dé, pues la nostalgia que desde ya se le nota a Uribe, le dará el impulso que requiere para cumplir la tarea vigilante, crítica y opositora que en su momento cumplió su ex asesor Pedro Juan Moreno Villa a través de la revista La Otra Verdad. Eso sí, no creo que el final de Uribe sea igual al del controvertido empresario. Aunque en Colombia nunca se sabe.

Si Juan Manuel Santos logra continuar y mantener los éxitos del proyecto neoconservador que Uribe estructuró en ocho años, habrá un ex presidente más en Colombia; de lo contrario, Santos deberá soportar a un nostálgico ex mandatario con capacidad económica, política y social para desestabilizar y deslegitimar su gobierno. Ojalá que aquellos que crearon a Uribe, mañana no se arrepientan de haberlo puesto en la Casa de Nariño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola German: Gracias por tu reflexión. Sin duda, Uribe como expresidente será un filón apara el análisis político. Aunque tengo mis dudas en que se pueda convertir en un palo en la rueda de Santos, porque creo que ambos comparten el mismo proyecto estratégico: la consolidación de aquello que denomino el régimen electofáctico, así sea bajo eufemismos como el supuesto "estado comunitario" o la tercera vía etc.
Hernando