Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
A la campaña de Rodrigo Guerrero se sumó ayer un triste, melancólico, atípico y débil superhéroe: Sigifredo López. Será, muy seguramente, otra adherencia más, lo que deja sin piso aquel carácter que el primero le dio a su aspiración para manejar los destinos de la Sultana del Valle: de ser un candidato independiente. ¿Independiente de qué?
Con la llegada de Sigifredo López, Guerrero avanza como una aplanadora hacia la conquista de la Alcaldía de Cali, con el firme propósito de recuperar el Estado local para un sector privilegiado de la ciudad, a quien ni hoy ni ayer le ha incomodado hacer transacciones y negociaciones de entidades municipales y secretarías con aquellos líderes políticos, expertos en repartirse la burocracia local y los recursos públicos. Imagino que a esta hora ya está definido a quiénes les corresponde cuál secretaría.
Y es que con la devolución de Emcali a la ciudad, nuevamente los políticos ponen sus ojos en la entidad pública para que siga siendo la caja menor, para comprar votos, pagar favores políticos de los adheridos y mantener con buena salud las adherencias que se aferran como garrapatas al cuerpo de los recursos públicos.
El escenario de polarización ideológica y política en la ciudad queda aún más claro con el retiro de Sigifredo López de la contienda electoral. Ahora todo se reduce al enfrentamiento Guerrero – Urrutia. A pocos días del día definitivo, los otros candidatos que quedan en contienda deben estar pensando en la posibilidad de adherir o bien a Guerrero o a María Isabel Urrutia. Se trata de Castrillón, Jurado, Cardozo y Gómez Díaz. Deben hacer bien las cuentas para saber qué van a ofrecer electoralmente y qué van a negociar si deciden subirse a la aplanadora Guerrero Velasco. A estas alturas no debe quedar mucho por transar.
Que triste realidad política la que se respira en esta comarca. Un escenario que se replica a lo largo y ancho de Colombia.
Nota: que Sigifredo López sume a su próxima historieta un par de viñetas en las que diga que aspiró, sin miedo, a la Alcaldía de Cali. Y que renunció por ayudar a la ciudad, pues actuó como todo un superhéroe. ¿O será que renunció por miedo a quedarse sin nada, ante lo que se veía como una inminente derrota?
A la campaña de Rodrigo Guerrero se sumó ayer un triste, melancólico, atípico y débil superhéroe: Sigifredo López. Será, muy seguramente, otra adherencia más, lo que deja sin piso aquel carácter que el primero le dio a su aspiración para manejar los destinos de la Sultana del Valle: de ser un candidato independiente. ¿Independiente de qué?
Con la llegada de Sigifredo López, Guerrero avanza como una aplanadora hacia la conquista de la Alcaldía de Cali, con el firme propósito de recuperar el Estado local para un sector privilegiado de la ciudad, a quien ni hoy ni ayer le ha incomodado hacer transacciones y negociaciones de entidades municipales y secretarías con aquellos líderes políticos, expertos en repartirse la burocracia local y los recursos públicos. Imagino que a esta hora ya está definido a quiénes les corresponde cuál secretaría.
Y es que con la devolución de Emcali a la ciudad, nuevamente los políticos ponen sus ojos en la entidad pública para que siga siendo la caja menor, para comprar votos, pagar favores políticos de los adheridos y mantener con buena salud las adherencias que se aferran como garrapatas al cuerpo de los recursos públicos.
El escenario de polarización ideológica y política en la ciudad queda aún más claro con el retiro de Sigifredo López de la contienda electoral. Ahora todo se reduce al enfrentamiento Guerrero – Urrutia. A pocos días del día definitivo, los otros candidatos que quedan en contienda deben estar pensando en la posibilidad de adherir o bien a Guerrero o a María Isabel Urrutia. Se trata de Castrillón, Jurado, Cardozo y Gómez Díaz. Deben hacer bien las cuentas para saber qué van a ofrecer electoralmente y qué van a negociar si deciden subirse a la aplanadora Guerrero Velasco. A estas alturas no debe quedar mucho por transar.
Que triste realidad política la que se respira en esta comarca. Un escenario que se replica a lo largo y ancho de Colombia.
Nota: que Sigifredo López sume a su próxima historieta un par de viñetas en las que diga que aspiró, sin miedo, a la Alcaldía de Cali. Y que renunció por ayudar a la ciudad, pues actuó como todo un superhéroe. ¿O será que renunció por miedo a quedarse sin nada, ante lo que se veía como una inminente derrota?
Nota: esta columna fue reproducida en el portal www.hechoencali.com
2 comentarios:
Hola Uribito:
Esta es la prueba fehaciente del amancebamiento político que generan nuestros legisladores.
¡Qué tristeza! Por esto, la mejor opción es el voto en blanco.
Luis F.
Hola Germán!
Mil gracias por recordar que mi apetito por reflexiones críticas bien fundadas aún sigue vigente, jajajaja! La familia bien, creciendo, Juan Jacobo cumplió 8 años, Sarah 3 y Catalina va para 2 en febrero… El tiempo pasa… lo demás lo sabes… Leí los textos que me enviaste y estoy de acuerdo… me ha preocupado mucho lo de Guerrero, sobre todo porque (como en el caso de el otrora partido verde) inicié con mucho ánimo apoyándolo y ahora siento que terminó diluyéndose en el caldo de los partidos tradicionales… En la última Semana adjuntaron la publicidad de él con el Hijo de Roy Barreras… puede ser más evidente la canallada?? Triste es verlo en pendones apoyando a Maya o Martínez al Consejo por los Verdes y renglón con los de la U, y ahora con Sigifredo.. mejor dicho, con quién no?? Me molesta pues lo conocí como académico imaginando cosas chéveres para Cali, pero ahora, sin necesidad pues iba ganando, decidió abrirle las puertas a todos… para qué?? Lo de Useche, no qué hacer… me provoca como parar a la gente en la calle y decirle, Usted si sabe lo que se nos viene? Pero nada… Me tienta el voto en blanco, o veces digo, al menos Homero, como para no darle votos a los otros.. pero no se… Con todo esto a veces me pregunto cuál es la salida… qué necesitamos? Porque no puede ser que siempre nos quedemos bravos, hacia dónde es el camino?
Un abrazo fraterno con el cariño de siempre…
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