YO DIGO SÍ A LA PAZ

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miércoles, 16 de noviembre de 2011

EL TIEMPO SE RETRACTA POR COLUMNA DE CEPEDA CASTRO

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

Una sociedad como la colombiana, escindida e históricamente incapaz de soñar (se), pensar (se) y exigir (se) un proyecto de nación incluyente, termina ella misma exhibida en los medios masivos de información, bien a través de la información noticiosa, a través del ejercicio de la doxa de columnistas, o de aquella opinión que surge de la reflexión interna de las directivas o representantes de las familias propietarias de las empresas mediáticas.

En los espacios de opinión, dispuestos por la prensa escrita, encontramos posturas ideológicas de columnistas de derecha y de izquierda, que de alguna manera exponen las miserias, los problemas y las circunstancias de un país como Colombia, sumergido en profundas inequidades y conflictos de todo tipo.

Algunos de esos columnistas los podríamos ubicar en el centro de algunas de esas mismas orillas. Y ello podría dar lugar a un sentido de la pluralidad e incluso, de una apertura democrática, muy a tono, claro está, con la débil democracia colombiana.

Es claro que se han abierto espacios a privilegiados analistas y periodistas, pero cuando lo expresado por estos, toca los intereses de las empresas mediáticas, entonces estas toman medidas, bien censurando abiertamente al columnista, llamando su atención o, por último, a través de un editorial, con el que se aclara la postura del periódico, dejando un mal precedente y por esta vía, decirle al columnista incómodo que sus opiniones ya no son bienvenidas.

Hace unos días EL TIEMPO publicó la columna de Iván Cepeda Castro, en la que recoge versiones de varios ex paramilitares, que comprometen a Álvaro Uribe Vélez y a su hermano Santiago en la conformación y apoyo brindado a grupos de autodefensas.

La decisión editorial de publicar dicha columna, constituye, sin duda, una apuesta política y periodística de la casa editorial EL TIEMPO. Pero algo pasó horas después de publicada la nota, pues el diario EL TIEMPO la calificó, repito, horas después, como una diatriba del político y columnista contra el ex presidente Uribe Vélez. ¿Uribe llamó a las directivas de EL TIEMPO? ¿Uribe tiene información ‘delicada’ de Santos y ello le sirvió para presionar una retractación del diario bogotano?

En la columna de Cepeda Castro, titulada Cuna del bloque Metro (sic), publicada en EL TIEMPO el 13 de noviembre de 2011, se lee: “Uno de los pasajes esenciales de esta historia, aún en construcción, que encumbra más la responsabilidad de la parainstitucionalidad, lo constituye el caso de Álvaro Uribe Vélez en el período en que fue gobernador, entre 1995 y 1997. Como es conocido de la opinión, en los últimos meses recibí los testimonios de dos ex paramilitares. El primero, Pablo Hernán Sierra García, alias 'Alberto Guerrero', ex comandante del bloque paramilitar Cacique Pipintá, recluido en la cárcel de Itagüí; y el segundo, Juan Guillermo Monsalve, alias 'Guacharaco', recluido en la cárcel de Cómbita. Por las gravísimas acusaciones que contra Uribe contienen los videos de ambos relatos, los remití de manera inmediata a la Fiscal General de la Nación”.

Como dije, horas después y ante la reacción de Uribe, EL TIEMPO usó su propio espacio editorial para tratar de explicar lo sucedido con la publicación, pero terminó asumiendo una postura ambivalente, muy propia de la historia del diario capitalino.

En algunos apartes del editorial, intitulado Un faro de orientación (sic), el periódico bogotano señala que “tal es el caso de las expresiones usadas antier por el representante a la Cámara Iván Cepeda en contra del ex presidente de la República Álvaro Uribe. En su texto, el congresista del Polo Democrático les da credibilidad a testimonios que no han sido comprobados, los cuales han sido calificados como pertenecientes al mundo de la ficción y no de la realidad”.

En la frase que subrayo se deja entrever una contradicción editorial y periodística grave, por cuanto el mismo periódico, dio en el pasado credibilidad a testimonios, pronunciamientos, versiones y opiniones de paramilitares que de tiempo atrás han señalado la participación de políticos con las acciones militares y políticas de las AUC. Esos mismos testimonios sirvieron a la Corte Suprema de Justicia para investigar y condenar a un significativo número de políticos.

Ahora resulta que EL TIEMPO, a través de su editorial, recoge – ¿o propone? – una versión que señala que lo dicho por los ‘paracos’ que dieron el testimonio a Cepeda, son, simplemente, elucubraciones. En otro momento, en el editorial se lee: “La esporádica presencia del representante Cepeda en estos espacios es muestra inequívoca del compromiso de esta Casa Editorial con la libre discusión de las ideas, sin importar su origen. Al mismo tiempo, las columnas del político de izquierda han surgido como réplica a delicados señalamientos de los que ha sido víctima por parte de colaboradores de este diario. Lo anterior no es óbice para enfatizar en el carácter temerario de los testimonios a los que Cepeda hace eco. La trayectoria pública de Álvaro Uribe Vélez ha estado expuesta al máximo escrutinio por muchos años. La hoja de vida del mandatario no tiene mancha ligada a la corrupción o el abuso de poder, ni mucho menos a asuntos más graves. Hace rato que los furiosos opositores de su figura cruzaron la línea de la discrepancia política para irrumpir en la esfera personal".

Después de las airadas reacciones de Uribe y los comentarios surgidos después de publicada la columna, el diario bogotano considera que lo dicho allí es temerario. En ¿dónde quedó aquel principio que dice que los columnistas son responsables por las ideas expresadas? ¿Por qué en un principio el contenido de la columna no mereció dicho calificativo?

Ahora resulta que por cuenta de la ambivalente retractación de EL TIEMPO, el Presidente Uribe Vélez no tiene asuntos que explicar, o por los cuales responder. Claro que sus dos administraciones tienen tacha, así sea, por omisión o por acción directa o indirecta, él tiene responsabilidad política en los mal llamados ‘falsos positivos’, en las ‘chuzadas’ del DAS y en el juego político que estableció con un Congreso penetrado y cooptado por el paramilitarismo.

De esta forma termina el desafortunado editorial: “Cuando una columna de opinión llega al señalamiento infundado, pone a prueba el compromiso editorial con la libertad de expresión. En este sentido, no sobra reiterar nuestra permanente búsqueda para que estas páginas sean, más que un despacho judicial, un faro de orientación en el que brillen el mayor número de luces”.

Con el editorial, EL TIEMPO olvida que le corresponde a la Fiscalía y a la Comisión de Acusaciones de la Cámara y en general a la justicia colombiana, señalar si son o no infundadas las denuncias y los testimonios recogidos por Cepeda Castro.

Esta es una forma sutil de decirle a Cepeda Castro que sus columnas, en adelante, deberán someterse a control editorial para no molestar al ex mandatario, o de lo contrario, no serán publicadas. Una forma ‘elegante’ y ya usada por EL TIEMPO para ‘sacar’ a un columnista. Recordemos la forma como salió Claudia López de este mismo diario.




Nota: publicada en el portal www.revistacierto.com,http://www.revistacierto.com/tiempo_retractación.htm, a partir del 02 de noviembre de 2011.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Uribito:



¡Buen día!



Esa es la esquizofrenia de Uribe y sus acólitos: cuando los delincuentes acusan a las autoridades judiciales y periodistas, son VERDAD REVELADA pero, cuando lo tocan a él son delincuentes sin fundamento. ¡Qué ambivalencia!



Luis F.

Anónimo dijo...

Hola Germán. Gracias por el envío. Muy buen análisis. Comparto la hipótesis de que Uribe sabe muchas cosas de los Santos y les tiene la cola pisada. Chao.


Rodolfo