Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
Anoche, 05 de julio de 2012, en el club El Nogal, Álvaro Uribe Vélez expuso con lujo de detalles su doble condición de gran Cacique y de Opositor del gobierno de Juan Manuel Santos. Además, expresó con claridad que sí quiere regresar a la Casa de Nariño.
El lanzamiento de lo que posiblemente será una nueva microempresa electoral con miras a las elecciones de 2014, no tiene, por el momento, candidato visible. Sólo se trata del ofrecimiento de una plataforma ideológica y de una maquinaria clientelista, con gran músculo económico, que funcionó muy bien durante ocho años.
Como Jefe Único de la Oposición, Uribe Vélez ha logrado llamar la atención no sólo de los medios de comunicación, sino de militares, empresarios y ciudadanos que aún mantienen simpatías ideológicas con la propuesta de mano dura que él agenció entre el 2002 y el 2010.
El ex mandatario antioqueño de manera hábil aprovecha la débil democracia colombiana, la inestabilidad política, la crisis programática e ideológica de los partidos políticos tradicionales y las incertidumbres y el miedo de una opinión pública resultante de un ejercicio periodístico acomodaticio, para autoerigirse no sólo como jefe de la Oposición, sino como el gran gamonal y elector de alcaldes, gobernadores y quizás, del próximo Presidente de Colombia, 2014-2018.
En una democracia sólida, con una fuerte institucionalidad, en la que exista y se dé el debate público de ideas, figuras como las de Uribe Vélez rápidamente quedarían en el olvido, a juzgar por los errores cometidos en sus ocho años de gestión al frente del Estado colombiano. Por el contrario, al tener una frágil democracia, Uribe Vélez aprovecha los vacíos institucionales que deja la débil democracia colombiana, para legitimar aún más el clientelismo y el caciquismo como máximas instituciones democráticas, sobre las que suelen soportarse no sólo las micro empresas electorales, como la que lo llevó a la Presidencia en 2010, sino los históricos partidos políticos, así como otras agrupaciones políticas.
Como máximo operador clientelista y gran cacique elector, Uribe Vélez de manera clara expresa sus intenciones de regresar a la Casa de Nariño. Ese es el significado real de lo que sucedió ayer en el club El Nogal, símbolo de la derecha y la de ultraderecha.
Así, en cuerpo ajeno, pero bajo los principios morales y éticos propios de las relaciones de obediencia que se tienden entre el gamonal y el funcionario electo, Colombia tiene la obligación moral y política de evitar el regreso de Uribe, versión III.
Estamos, quizás, ante el reto democrático más importante en la historia reciente del país, que puede, incluso, superar el de la reelección.
Lanzada la plataforma y expresadas las claras intenciones de Uribe Vélez, sobre lo que hay que discutir y pensar es cuán madura, informada y consciente puede estar la volátil opinión pública colombiana ante el reto que Uribe le acaba de hacer a la institucionalidad democrática, a la propia Constitución y por supuesto, a la sociedad en su conjunto.
Lo primero que debemos hacer es reconocer que efectivamente hay un reto mayúsculo para todos, que nació en una apasionada noche en un exclusivo club de Bogotá, en donde áulicos uribistas, con el silencioso apoyo de empresarios, banqueros, militares y con algo de apoyo popular, aplaudieron y aplauden el regreso del Mesías rumbo a la reconquista de la Casa de Nariño.
Lo segundo, insistir en divulgar en diferentes espacios, los garrafales errores cometidos por Uribe en sus dos administraciones y el rumbo hacia donde quiso llevar al país, a través de una propuesta política que implicaba superar el Estado Social de Derecho, para llegar a un estadio superior, llamado por el propio Uribe como el Estado de Opinión.
Lo tercero, abrir y exigir caminos divergentes a la polarización ideológica y política que ofreció Uribe en sus dos periodos de gobierno, y sobre la cual mantiene un ácido enfrentamiento con su ex ministro de Defensa y hoy Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón.
La exigencia de nuevas oportunidades y opciones reales de poder las debemos hacer, mirando hacia la Academia, invitando a intelectuales y a grupos sociales, económicos y políticos convencidos de que el país con el que sueñan Santos y Uribe no sólo es ilegítimo, inviable, sino francamente indigno, desde la perspectiva de una acción política al servicio de todos, que asegure oportunidades y una vida digna para todos.
Lo cuarto, es recordar los fracasos electorales que sufrió recientemente AUV cuando se estrenó como gran elector en la anterior campaña por la Alcaldía de Bogotá, en la que apoyó la candidatura de Enrique Peñalosa, con los negativos resultados que ya conocemos. Derrota electoral que se repitió en otras regiones.
La estrategia es, entonces, señalar a quienes se arriesguen en 2014 a lanzarse como ahijados de Uribe Vélez, con el firme propósito de alertar a los electores de lo que significa para la democracia y para el país, el regreso de un ex mandatario con un pasado turbio en lo que toca a sus relaciones con paramilitares, en especial, al apoyo económico y político que Salvatore Mancuso le dio a su campaña reeleccionista.
Y la quinta tarea a emprender, como ciudadanos, es formarnos para actuar políticamente, a través de la discusión respetuosa de las ideas, en franco contraste y contradicción al unanimismo ideológico, político y mediático impuesto por AUV, de alguna manera mantenido por Juan Manuel Santos a través de la llamada Unidad Nacional.
En todo lo anterior, la Izquierda Democrática tiene una gran oportunidad para proponerle al país una opción de poder real, distinta, que lleve a Colombia por caminos diferentes a los que nos hoy nos obliga a transitar un modelo económico extractivo y generador de pobreza. Es hora de actuar con cierto pragmatismo y superar diferencias.
Otros significados de lo sucedido en El Nogal
El lanzamiento del Frente Antiterrorista o la opción de Puro Centro Democrático también significa un reto para la gobernabilidad de Santos, golpeada de antemano por sus errores cometidos en las relaciones con el Congreso, en el escenario de la discusión del proyecto de la fallida de Reforma a la Justicia.
Santos, muy seguramente, apelará a la entrega de beneficios burocráticos para mantener hasta el 2014 la llamada Unidad Nacional y garantizar así su reelección.
De igual manera, el llamado que hizo Uribe Vélez a los congresistas para que legislen a favor de los militares tiene un doble efecto: el primero, medir lealtades con quienes en el pasado lo apoyaron y obedecieron de la misma manera y con los mismos argumentos con los que Santos ha logrado doblegar la voluntad política de los congresistas que ayer se proclamaban como uribistas.
Y el segundo, manda un mensaje claro a las fuerzas militares, en especial al ejército, cuyos líderes deberán sopesar los riesgos que conllevaría permitir, nuevamente, la desinstitucionalización del cuerpo castrense, tal y como lo logró Uribe en sus dos administraciones. Fue claro que aquel estableció una relación doméstica, privada, informal con generales y mandos medios. Una relación casi parcida a la que establece un latifundista con el grupo armado que le cuida las haciendas y fincas. Hasta ¿dónde es consciente la actual cúpula militar de lo que sucedió entre el 2002 y el 2010?, y hasta ¿dónde está dispuesta esa misma cúpula de soportar esos manejos, estando Uribe a la sombra del próximo Presidente de Colombia?
5 comentarios:
Para mi todo lo que diga y haga Uribe Velez son actos de una persona desesperada que ve como paulatinamente le están cerrando el circulo... El esta tratando de blindarse frente a futuros procesos e investigaciones en curso. Uribe no le sirve mas a los Estados Unidos, y estos tienen suficiente información para incriminarlo, juzgarlo y extraditarlo de ser necesario... Uribe esta envalentonado porque Santos no lo enfrenta directamente, lo mas seguro es que lo este llevando a un campo donde fácilmente lo pueda vencer, con un solo movimiento.
No importa quien ocupe la Casa de Nariño, Colombia no puede escapar... su sino es la barbarie. Colombia la anti-nación por excelencia
Fue un excelente discurso, recoge el sentir de los colombianos , que nos sentimos engañados con el gobierno del presidente Santos.Uribe por mas que le han buscado con lupa algún acto criminal , no lo han encontrado es falso decir que Estados Unidos tenga información, El único presidente capaz de parar a los que desangran al país. y su lucha es por Colombia y para Colombia.
Ya lo llamaron a declarar por sus relaciones con las AUC y no le quedo otra que opción que pedir inmunidad para no declarar. Todavía goza de la misma pero esta no es eterna, tal como aparece en el documento del Departamento de Estado Norteamericano. http://www.state.gov/documents/organization/194074.pdf
La teoria de la argumentación es clara en este sentido, contra lo único que no se puede argumentar es contra los hechos. Argumentar contra los hechos evidencia la irracionalidad y una severa deficiencia cognitiva de quien lo hace. Las estadísticas muestran que en los 8 años de gobierno de Uribe, el país se desangro mas que nunca. Si bien es cierto que disminuyó la guerrilla, hay que reconocerlo. Nos dejo una herencia maldita: niveles de corrupción sin precedentes en la historia nacional, las bacrim, las AUC y toda suerte de paramilitares, la narco-política, los millones de colombianos despojados de sus tierras y culturas y el desprestigio del estado y todas sus instituciones. Es una pena que muchos colombianos no endiendan el gran desafio que enfrenta el Presidente Santos: reconstruir la escasa institucionalidad que teniamos y perdimos en los ocho años que patrón de Antioquia, el eximio representantes de las clases emergentes, lease, paramilitares, narcotraficantes y toda suerte de corruptos ocupó la Casa de Nariño.
Decir que Uribe Velez es el mejor presidente que ha tenido Colombia no deja de ser un acto de pura y crasa ignorancia, de desconocimiento de la historia y las dinámicas sociales de la nación colombiana.
Hola Uribito:
Creo que el acto político es nefasto para Colombia y en esto coincido contigo; en lo que no estoy de acuerdo es en la "popularidad" y aceptación de Uribe par el futuro. Creo, como lo afirmas, que la sociedad colombiana o al menos la bogotana, demostró que el modelo Uribe está acabado; por esto, cualquier candidatura en este sentido estará asignada por el fracaso.
Luis F.
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