YO DIGO SÍ A LA PAZ

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lunes, 4 de febrero de 2013

POLARIZACIÓN POLÍTICA Y EL PURO CENTRO DEMOCRÁTICO

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


La anunciada participación del Puro Centro Democrático en las elecciones de 2014, pone al país de nuevo ante una ambiente de polarización, en el que justamente lo que se debilita es el régimen democrático, la democracia misma y la discusión simétrica y serena de asuntos públicos.

Uribe Vélez exhibe un peligroso y poco democrático liderazgo, cargado de un discurso belicoso, confrontador, retador y profundamente desinstitucionalizante, mientras que su contendor, el Presidente-candidato, Juan Manuel Santos, exhibe el liderazgo tradicional de una élite acomodada, que se presta de educada, diplomática y democrática, pero que cuando lo requiere, apela a toda suerte de estratagemas para consolidar consensos, así sean forzosos. Así entonces, la Colombia de hoy está sujeta a apoyar la delicadeza de un cuidadoso y silencioso jugador de ajedrez, o por el contrario, a seguir el direccionamiento de un ladino líder conservador, vulgar, montaraz y con el carácter propio de un rufián, tal y como lo calificó el propio Presidente Santos.

De esta manera, en el escenario electoral de 2014, las instituciones democráticas y la propia institucionalidad estatal quedarán sujetas a los dañinos liderazgos de dos caudillos con los que la Derecha no sólo polariza al país, sino con los que arrincona cualquier opción de poder que la Izquierda pueda presentar. Si Santos logra la reelección, como se espera, la derecha y en especial la rancia élite bogotana aseguran privilegios y el control del poder presidencial; si por el contrario, el Puro Centro Democrático (es decir, Uribe Vélez), logra poner una ficha, un peón o un alfil en la Casa de Nariño y otras tantas en el Congreso, igualmente la derecha gana, aunque implique el resentimiento de un sector de la élite bogotana que no gusta de Uribe, por cuenta no tanto de su mesianismo, sino por su origen emergente.

El escenario político electoral de 2014 preocupa por cuanto el caudillismo ilustrado representado en Uribe y Santos, poco sirve para fortalecer la democracia y las prácticas democráticas de los ciudadanos. Por el contrario, debilitan aún más las instituciones y la institucionalidad democráticas de un país como Colombia, sujeto de tiempo atrás a la presencia de un doble Estado, en el que se exhiben mecanismos sinuosos de legitimación de un régimen de poder asociado con mafias de diversa índole, que de tiempo atrás se sirven de los recursos públicos para concentrar el poder político y económico en pocas manos y de esta manera cooptar el Estado.

Mientras ello sucede, la Izquierda y las esperadas opciones de centro no aparecen en el panorama preelectoral, lo que desde ya ayuda a que la propuesta polarización ideológica y política se consolide y se entronice en sectores sociales convencidos de las capacidades para gobernar tanto de Santos, como de aquellos que finalmente deban entregar su independencia y doblegarse ante el poder amedrantador de aquel que mandó -no gobernó-  en Colombia entre 2002 y 2010.

A ese gris panorama, se suma la presencia de una débil, acrítica y adormecida opinión pública, plegada a los direccionamientos de unas empresas mediáticas interesadas como nunca en apoyar el ambiente de polarización y la vigencia política de quien durante ocho años las manipuló y doblegó a periodistas, directores y editores de medios; de igual forma, esa misma prensa se debe a quien sin agravios, pero con pauta oficial, ha buscado y logrado sus favores periodísticos.

Sin partidos políticos fuertes y organizados, con una débil y precaria opinión pública, con unos medios masivos convertidos en armas políticas y electorales, en actores políticos sujetos a los intereses del gran capital y de una élite, la democracia colombiana, formal y excluyente, vivirá en 2014 otra experiencia electoral en la que nuevamente triunfarán el clientelismo, las maquinarias, el caudillismo y las redes mafiosas que han rodeado históricamente el funcionamiento del Estado. 

5 comentarios:

Hernando Pineda dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Hernando Pineda dijo...
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Hernando Pineda dijo...

Evidenciador artículo que desnuda de la pesadilla Colombiana en el panorama interno, deprimente por demás crítico.

Amén de sus consideraciones cabe traer el tema de soberanía y estrategia sepultadas por la corruptela en torno al mar territorial y otras áreas en litigio o ad portas de reclamaciones por parte de los diferentes países que integran a la larga ese bloque cerebralmente confeccionado por la vieja izquierda mercenaria de Kremlins caducos, cargada del nauseabundo aroma a cadáver con sobretodo negro que resultó de la URSS por la visión libertaria de Gorvachov.

La riqueza y longitud de nuestro suelo se diluye inexorablemente en componendas que por cualquier vía llegan a Chávez, personaje jamás dimensionado, filántropo de Evos, Cristinas, Ortegas, Correas y demás especímenes que en oriente medio también militan como el nuevo mejor amigo de aquí, en la consolidación del neo imperio fraguado en Cuba tradicional satelite de Moscow con Putín vendiendo armamanto pa´las que sea.

Una hipercorruptela desbordada se afianza sin recato, con la complacencia de la sociedad civil inerme y sus Fuerzas Armadas desprestigiadas y debilitadas por la penetración del meimportaculismo.

Ojo país, las técnicas y tácticas de los parásitos extranjeros dan sus frutos sin que nadie, absolutamente nadie se atreva a frenar; semejante hecatombe pareciera venir con anestesia incorporada, no se siente.

The Demolisher dijo...

No consigo ver el mencionado caudillismo ilustrado en Álvaro Uribe Y Juan M. Santos. Cuentan los historiadores que en Francia e Inglaterra después de la monarquía absoluta e ignorante se abrió paso una monarquía absoluta ilustrada en la cual los monarcas y sus cortes se rodearan de las más brillantes mentes para entender el mundo y gobernar a sus súbditos. El contexto social del surgimiento de la monarquía ilustrada fue la Ilustración.
Deben ser la distancia y mi hipermetropía que me impiden ver esos hombres y mujeres brillantes que han rodeado y rodean a los mencionados caudillos colombianos. Para ilustrar, el caso del ministerio de educación es gerenciado por una ex-funcionaria bancaria y según las hojas de vida de sus asesores que aparece en la página web del citado ministerio ninguno de ellos tiene título de maestría o doctorado en el área de educación.

Anónimo dijo...

Se imponen los caudillismos personalistas del actual presidente y el narco-rufián.No hay plataforma ideológica para una democracia de papel.


Rodrigo