YO DIGO SÍ A LA PAZ

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miércoles, 6 de marzo de 2013

EL MENSAJE A RCN DETRÁS DE LA AGRESIÓN A SU CORRESPONSAL EN VENEZUELA

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


La agresión de la que fue víctima la corresponsal de Noticias RCN, Carmen Rengifo, amerita el rechazo unánime de colegas, ciudadanos y de mandatarios que claramente defiendan la liberad de prensa. Se espera, además, que el propio canal RCN y en particular las directivas del Noticiero exijan explicaciones a las autoridades venezolanas sobre lo acontecido y hacia futuro, demanden protección para el libre ejercicio de informar sobre asuntos de interés nacional, internacional y global, que puedan suceder en territorio venezolano.

Pero detrás de la condenable acción violenta puede estar un mensaje para el Noticiero RCN, actor político y mediático que ha venido jugando un papel clave en la (in) comprensión  de lo que realmente sucede en Venezuela, en especial durante el mandato de Hugo Chávez y del devenir del socialismo del siglo XXI que camina, a pesar de tropiezos, hacia su consolidación en territorio venezolano y en otros países de América Latina.

Y el mensaje a RCN, que deviene con la agresión a su corresponsal, tendría sentido con una categoría que el ex embajador de Venezuela en Colombia, Roy Chaderton, utilizó esta mañana en entrevista con Darío Arizmendi, de Caracol Radio. Chaderton habló de Dictadura Mediática Internacional.

Así las cosas, Noticias RCN y NTN 24 Horas, harían parte de esa dictadura mediática internacional con la que poderosas multinacionales y una élite financiera y empresarial han intentado deslegitimar el proyecto político que lideró y encarnó Chávez Frías por más de 12 años. De otro lado, es posible pensar que los agresores estén formados por el chavismo en la tarea de reconocer qué medios masivos son ‘enemigos’ del proyecto socialista.

Es evidente que detrás de la lucha ideológica, económica y política que supone poner en marcha un proyecto socialista en una región tradicional e históricamente sometida a los designios del capital transnacional y especialmente, a las recetas del Fondo Monetario Internacional y a la dependencia de los Estados Unidos como único socio económico y como gran referente capitalista, subsiste una lucha informativa e ideológica entre fuerzas mediáticas lideradas por CNN y secundadas por la gran prensa colombiana que defiende a dentelladas no sólo el sistema capitalista, sino un régimen de poder, proclive a la concentración de la propiedad y de la riqueza. En la otra esquina, por supuesto, aparece Telesur y los medios de izquierda que acompañan el proyecto político que lideró Chávez Frías, cuyas banderas hoy recoge Nicolás Maduro.

Con tratamientos periodísticos amañados, espectaculares, tendenciosos e irresponsables, Noticias RCN tiene ya un lugar en esa dictadura mediática internacional de la que habla Chaderton. Más allá de la paranoia chavista, es claro que existe una corriente de pensamiento económico y político que usa el periodismo y a medios masivos defensores del sistema capitalista, para deslegitimar el proyecto socialista que marcha en territorio venezolano y que ha penetrado en países como Uruguay, Ecuador, Bolivia y Argentina, especialmente, con diferencias entre cada una de estas experiencias.

De esta manera, las audiencias colombianas y de América Latina asisten a un enfrentamiento ideológico, político y periodístico de unas empresas mediáticas que actúan cada vez más como actores políticos, a favor o en contra de los dos viejos modelos económicos que en su momento dieron vida al mundo bipolar que fue posible gracias al enfrentamiento entre la antigua URSS y los Estados Unidos.

Así las cosas, al ataque que sufrió la periodista Carmen Rengifo no sólo hay que condenarlo enérgicamente, sino tratar de descifrar el mensaje que claramente puede definir unas nuevas condiciones para el ejercicio periodístico de los corresponsales internacionales que a futuro van a cubrir la transición del poder en Venezuela, a raíz de la muerte de Hugo Rafael Chávez Frías.

Al final y en adelante, los corresponsales internacionales tendrán que leer con mucho cuidado el complejo contexto social y político que se ha venido construyendo en Venezuela, dado que el proyecto revolucionario y el chavismo tienen, llegan y están anclados en  profundas sensibilidades sociales y humanas, que pueden terminar en acciones violentas, como la que  significó la agresión física a la periodista que buscaba cubrir la muerte de un líder, de un caudillo que de manera rabiosa reivindicó la identidad y la vida de millones de pobres en Venezuela, históricamente invisibilizados.

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