YO DIGO SÍ A LA PAZ

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martes, 17 de septiembre de 2013

URIBE, DE REGRESO

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

La noticia política del mes la dio el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, al señalar que aspirará al senado de la República, en las elecciones de 2014. El ex mandatario confirmó lo que de tiempo atrás era motivo de especulación política y mediática: su regreso al Congreso[1]. Ya se conocen algunos nombres de quienes lo acompañarían en una lista de la que se dice, será cerrada. Entre ellos, Alfredo Rangel Suárez y José Obdulio Gaviria, entre otros.

El regreso de Uribe a la vida política del país genera dudas, miedos y expectativas alrededor no sólo de lo que busca al aspirar a una curul en el Congreso de la República, sino de los efectos que su llegada al senado generaría en lo que respecta al comportamiento de la Unidad Nacional, que acompaña hasta el momento al Presidente Juan Manuel Santos Calderón.

Ahora bien, de cara al escenario electoral en el que estará en juego la reelección de Santos Calderón, es recomendable que el Presidente no desestime la decisión de Uribe Vélez, por cuanto el ex presidente representa intereses -y cuenta con el apoyo- de sectores empresariales, financieros y militares y además, recoge las prácticas culturales de un amplio sector conservador (godo) y las aspiraciones de millones de colombianos premodernos, que aún lo ven como líder político irremplazable, como un Mesías, gracias al programa de Familias en Acción, por el carácter autárquico con el que dirigió los asuntos de Estado, o porque su origen emergente es referente incontrastable para aquellos sectores poblacionales acostumbrados a que los conflictos, los problemas y las diferencias se solucionan con violencia, con amenazas y con el uso discrecional (irracional) de la fuerza.   

Medios, periodistas, proceso de paz y Unidad Nacional

Con la eventual llegada de Uribe Vélez al Congreso, el ejercicio de la política tendrá en él a un indiscutible protagonista. Su carácter montaraz, belicoso y retador, asegurará a los medios masivos, permanentes cubrimientos noticiosos, por las bravuconadas con las que muy seguramente responderá a los pocos congresistas que sean capaces de retar sus ideas y controvertir los proyectos de ley que de seguro promoverá en la corporación, en aras de ‘retomar el rumbo’, que no es más que regresar a las circunstancias que impuso durante ocho años en la Presidencia, es decir, que quienes no sigan o respalden sus ideas, o decidan abiertamente contradecirlas, deberán vivir bajo la amenaza de los organismos de seguridad del Estado.

Desde ya, los periodistas colombianos contarán con una fuente inagotable de ‘cortinas de humo’ o de evasivas, cuando decidan preguntarle al senador Uribe por asuntos sobre los que él decide que no debe ser cuestionado. Nuevamente el periodismo se hincará ante su férreo carácter, para darle así de qué hablar a las audiencias que disfrutan con el espectáculo de las riñas de gallos.  

De otro lado, varios políticos aseguran que el debate político se fortalecerá, con la eventual llegada del ex presidente al senado. Es posible que los debates ganen en intensidad, pero no en calidad de los argumentos que allí se expongan, por cuanto el ex mandatario ha dado muestras de no tener un discurso elaborado, con todo lo que ello implica desde la lógica argumental y desde las condiciones propias del lenguaje.  Acostumbrado a no escuchar y  no a responder los cuestionamientos, Uribe Vélez jamás podrá ser un buen interlocutor político.

En cuanto a la idea de que con el regreso de Uribe al Congreso, la derecha y la ultraderecha tendrán en adelante un partido político, llamado hoy Centro Democrático (antes Puro Centro Democrático), hay que recordar que al ex mandatario poco le he interesado en el pasado fortalecer partidos, puesto que su mesianismo y su carácter megalómano, no le permiten aglutinar sus ideas y propuestas en una ideología política, que a su vez sirva para consolidar un partido político que actúe para fortalecer y ampliar la democracia y en especial, que recoja las demandas sentidas de la sociedad y de la sociedad civil, y responda de manera eficiente y efectiva, a través del diseño de políticas públicas.

Lo cierto es que detrás de la aventura electoral de Uribe Vélez de regresar al senado, subsiste un proyecto de la derecha y de la ultraderecha de recuperar el poder político. Primero, buscarán llegar al Congreso para torpedear los proyectos de la Unidad Nacional, en el evento de que Santos logre ser reelegido. En especial, todo lo que tenga que ver con las iniciativas legislativas para refrendar los acuerdos que se logren en la mesa de paz instalada en La Habana. Ese será el primer paso. Luego, vendrá la modificación de la Constitución, a través de iniciativas legislativas, que aseguren el regreso al país godo que la Carta de 1886 promovía y aseguraba. Luego, la meta final será tomarse la Casa de Nariño, para desde allí llevar a Colombia por los caminos de un régimen que, a manera de 'dictadura', desmonte el Estado Social de Derecho y en su lugar, se instale su soñado Estado de Opinión.




[1] Entre 1986 y 1994 fue senador de la República. 

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