Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
El periodismo y en particular las
empresas mediáticas, sirven a los propósitos de mantener la cultura dominante y
coadyuvar a la consolidación del orden establecido, así sea ocultando sus
problemas de legitimidad. Allí está comprometida la ética periodística,
anclada, como nunca, a la tradición y al mantenimiento de lo que se conoce como
statu quo.
Como instrumentos del poder
político, el periodismo, los periodistas y los Medios masivos, ayudan
a la construcción de verdades sobre hechos específicos, que siempre obedecerán
a los particulares intereses que tanto los periodistas como los Medios expongan
o dispongan cuando ponen en marcha los procesos de registro de hechos que de
manera acomodaticia elevan al estatus de noticia, a través de lo que se conoce
como criterios de noticiabilidad.
En todo lo anterior es preciso
entender dos hechos noticiosos que, encarnados en dos ciudadanos, en dos ex
funcionarios públicos, bien pueden servir para explicar que la información
noticiosa no puede entenderse de manera separada de lo señalado párrafos
arriba, en torno al mantenimiento de una institucionalidad o de unos valores
culturales, que a pesar de sus problemas, el periodismo coadyuva a su sostenimiento
y consolidación. Se trata de Odín Sánchez Montes de Oca, ex congresista y Andrés Felipe Arias, ex ministro de
Agricultura.
El primero, secuestrado o
retenido por el ELN, fruto o víctima de la aplicación de lo que bien puede
llamarse como “justicia revolucionaria”[1] con
la que la dirigencia de esa guerrilla pretende “juzgar” al ex congresista por actos
de corrupción y por apoyar a grupos paramilitares.
En el cubrimiento de este hecho
político, económico, periodístico y noticioso, la ética periodística advierte
sobre la necesidad de entregarle a los lectores y audiencias, todas las aristas
que confluyen en ese hecho, en aras de asegurar su comprensión. No hacerlo no
solo desconoce los principios deontológicos del oficio periodístico, sino que
naturaliza el ethos mafioso en el
ejercicio de la política.
Para el caso de Odín Sánchez, varios
Medios registran su secuestro como un hecho execrable y como factor que
imposibilita, hoy, el inicio de la fase pública de la negociación planteada
entre el Gobierno y el COCE. Sin duda, secuestrar civiles es una práctica
inaceptable, que termina desprestigiando las acciones de esa guerrilla. Al
presentar así el hecho político, Medios[2] y
periodistas ocultan hechos claves que ayudan a entender, mas no a justificar,
el porqué del secuestro del ex congresista, en el contexto de un largo y
degradado conflicto armado interno.
El cubrimiento periodístico del
caso de Odín Sánchez debe dar cuenta de todos los elementos[3] que
confluyen en la trayectoria política del político chocoano. Y es claro que no
siempre la prensa está dispuesta a entregar esos otros datos, que bien pueden
servir para entender las particularidades del secuestrado o del retenido.
En cuanto al caso del ex ministro
Andrés Felipe Arias, sucede algo similar. En reciente nota del noticiero de televisión,
Noticias Caracol, "Uribito" fue presentado como un “pobre ciudadano colombiano[4]”,
cuya familia hace presencia a las afueras del penal, para enviarle saludos. Todo
un drama familiar que oculta unas circunstancias que comprometen el actuar del
ex ministro.
En dicha nota, jamás la
periodista presentó datos y los hechos que comprometen al ex ministro de
Agricultura de Uribe Vélez, en actos de corrupción, por la entrega amañada de
subsidios del programa Agro Ingreso Seguro, a hacendados ricos y a amigos
cercanos a Uribe. En ningún momento la periodista expuso la sanción
disciplinaria que recibió Arias de la Procuraduría General de la Nación, que lo
encontró culpable y lo sancionó. De igual forma, negó el fallo sancionatorio de
la Corte Suprema de Justicia.
En la mencionada nota televisiva[5], se
advierte un tono lastimero, que sirve para ocultar un hecho jurídico- político
clave: Arias fue sancionado y condenado por un órgano de control y por la Corte
Suprema de Justicia.
Así entonces, cada que un Medio
oculta datos y hechos, construye medias verdades y sirve a los propósitos de
quienes, desde el Establecimiento, insisten en consolidar y naturalizar el ethos mafioso con el que actúan en lo
público y en lo privado.
Los casos de Odín Sánchez y
Andrés Felipe Arias no pueden abordarse exclusivamente desde el pesar, la
indignación o una supuesta violación de sus derechos procesales. Nadie niega
las difíciles condiciones de reclusión de los dos ex funcionarios. El primero,
detenido por un grupo al margen de la ley, que se alimenta económicamente de
los negociados del ex congresista. Y
el segundo, detenido en una cárcel de Estados Unidos, ante un pedido de
extradición del Gobierno colombiano.
Al final, las audiencias deben
estar preparadas no solo para advertir los silencios en los que incurren Medios
y periodistas, sino para entender que el ejercicio periodístico siempre ha
estado y estará anclado al poder político y económico; y que la ética
periodística, como los criterios de
noticia, siempre deviene acomodaticia.
Por lo anterior, cuando la prensa y los periodistas dejan de lado la Ética
periodística y sus principios y en lugar de develar las prácticas de un orden y sus agentes que devienen corruptos e
ilegítimos, como Arias y Sánchez, entonces el ethos mafioso se yuxtapone, se impone, se asocia y se le une, lo que garantiza, al final, su triunfo.
Imágenes tomadas de ELTIEMPO.com y Semana.com
[2] Véanse: http://www.elpais.com.co/elpais/judicial/noticias/donde-estoy-hay-condiciones-vida-dijo-odin-sanchez-secuestrado-por-eln
En esta nota, no se alude a los señalamientos que por corrupción, recaen en
Sánchez Montes de Oca. Igual sucede con esta otra nota: http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/eln-dice-que-odin-sanchez-se-liberara-en-primera-fase-de-dialogos/16739090
[3] Véase: http://www.noticiasrcn.com/nacional-pais/odin-sanchez-secuestrado-el-eln-debe-5885-millones-pesos-al-estado
En esta nota se entregan esos elementos, datos
y hechos que confluyen en el caso de Sánchez y que ayudan a comprender
de una mejor forma la información publicada.
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