Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
Fernando Carrillo es el nuevo
Procurador General de la Nación. Más allá de las componendas, intereses y
guiños políticos que siempre confluyen en este tipo de elecciones en donde se
cruzan los intereses del Gobierno de turno, de los congresistas y los de los partidos políticos, la elección de
Carrillo Flórez se puede calificar como un alivio institucional.
Carrillo llega a ser Procurador
General de la Nación en medio de una difícil coyuntura política, en la que el
Gobierno de Santos necesita de un Jefe del Ministerio Público que genere
consensos y no que atice enfrentamientos y profundice la división y la
polarización política que vive el país en torno al ajuste del documento que dio
vida al Acuerdo Final firmado en La Habana y su aplazada implementación por el
triunfo del NO en el plebiscito del 2 de octubre.
Como jugador de póker, Santos
repartió guiños y podrá dormir tranquilo con la elección de Fernando
Carrillo. Al final, Santos busca un Procurador sensato, que haga olvidar al
fanático religioso y aspirante a Presidente, que de manera tardía el Consejo de
Estado sacó de la Procuraduría General de la Nación.
Pero más allá de las
circunstancias políticas que aseguraron la llegada a la Procuraduría del ex
ministro del Interior de Santos, es importante señalar los retos que tendrá en
adelante el electo jefe del Ministerio Público. Quizás el reto mayúsculo que
enfrentará Carrillo radique en recuperar la institucionalidad que mancilló y
debilitó Ordóñez Maldonado al fungir como Procurador General. Las decisiones
que tomó el saliente Procurador, estuvieron fincadas en la moral cristiana, y
ancladas profundamente en una idea de Estado confesional con la que Ordóñez aún
sueña.
No será fácil para Carrillo
desmontar la trinchera ideológica y la moralidad que Ordóñez logró montar y sembrar en el edificio y en la
institucionalidad de la Procuraduría General de la Nación. El nuevo Jefe del
Ministerio Público encontrará las finas y consolidadas redes clientelares que
el destituido Procurador logró tejer durante ocho años en los que desconoció
derechos y libertades a mujeres, a miembros de la comunidad LGTBI y a todo
aquel funcionario o ciudadano que se atreviera a contradecir la palabra de
Dios, con la que Ordóñez orientó su labor en dicha entidad.
El ex ministro de Justicia[1] del
Gobierno de César Gaviria Trujillo afrontará la difícil misión de limpiar la
imagen de la Procuraduría y del cargo mismo, en la medida en que durante ocho
años, Ordóñez Maldonado fungió como un abad, fiel camandulero y “cazador” de ciudadanos
y funcionarios calificados por él, como impíos. Sus excesos llegaron hasta el
extremo de conminar al Presidente de la República a responder sus preguntas, en torno a lo acordado entre el Gobierno y las Farc. Es claro que a Ordóñez le
interesa llegar a la Casa de Nariño para, desde
el Solio de Bolívar y acompañado por un sector del Establecimiento,
regresarnos al país de la Carta Política de 1886.
Esperemos que Carrillo no solo
limpie el nombre de la institución y del ente de control al que llega, sino que
cumpla a cabalidad con las funciones que le señala la Constitución Política que
él mismo ayudó a concebir. Y que no busque, como lo hizo su antecesor,
reelegirse.
Imagen tomada de ELTIEMPO.COM
[1]
Carrillo deberá lidiar con un hecho que de alguna manera es un lunar en su vida
pública: la “fuga” de Pablo
Escobar de la “Cárcel”, La Catedral. A pesar de que ese hecho acaeció después
de su salida del Ministerio de Justicia, persisten señalamientos en torno a los
decretos de sometimiento a la justicia del narcotraficante Pablo Escobar.
Véase: http://lasillavacia.com/quienesquien/perfilquien/fernando-carrillo
Además de lo anterior, aparece el asunto de una
sanción por 30 días, soportada en un fallo de la Procuraduría General de la
Nación de la época. Véase. http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-563347
Incluso, circula una imagen de Fernando Carrillo con Justo Pastor Perafán,
reconocido narcotraficante y Santofimio Botero, político procesado por la
muerte de Luis Carlos Galán. Hay que decir, sin que ello disculpe o intente
minimizar los señalamientos en contra de Carrillo, que los narcotraficantes
lograron permear no solo a la clase política, dirigente y al sistema económico
y financiero, sino que se convirtieron para muchos, en un referente de éxito.
1 comentario:
Carillo debe ver en especial ANGELES Y DEMONIOS, codigo Da Vinci, enferno, Carrie y la passion de Mel Gibson, ademas mucha agua bendita del VATICANO y perfumes finos para oficina, ademas la Constitucion Nacional de Colombia y revisar hojas de Vida
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