YO DIGO SÍ A LA PAZ

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miércoles, 28 de noviembre de 2007

La ciudad soñada de Ospina

Por Karina Ausecha
Sala de Periodismo UAO
En plena contienda electoral del 28 de octubre, los aspirantes a la alcaldía de Cali propusieron reformas al interior de varias instituciones que están en crisis. El ganador de la contienda, Jorge Iván Ospina, deberá tomar decisiones trascendentales frente al tema de los servicios públicos, la disposición de basuras y la movilidad de la ciudad, y por ese camino, recuperar la confianza y la gobernabilidad perdidas de tiempo atrás.

Las propuestas del nuevo alcalde con respecto a la recuperación de entidades como Emcali, Emsirva y Metrocali, deberán ser evaluadas a la luz de los procesos que se están llevando a cabo al interior de las mismas. Procesos que es necesario revisar para saber qué resultados se pueden esperar.

La crisis institucional, financiera y de dirección que vive la ciudad de Cali puede medirse y sentirse en los impactos que ésta genere en la comunidad caleña. El alza en los servicios públicos, la movilidad ante el cierre de importantes vías de la ciudad por la construcción del sistema de transporte integrado MIO, además del eterno problema del basuro de Navarro, entre otros, describen un oscuro panorama para la Sultana del Valle.

El alcalde electo, Jorge Iván Ospina, recibe una ciudad descuadernada: instituciones públicas intervenidas y casi inviables. Deberá lidiar, además, con la profunda desconfianza con la que las elites políticas y económicas de la ciudad miran su proyecto de gobierno. Se suma a lo anterior, los problemas de movilidad por la construcción de las obras del MIO, que ya los caleños sienten que serán eternas.

He aquí una radiografía de tres instituciones públicas claves para el funcionamiento armónico de la ciudad. Podrá Ospina seguir soñando con una Cali distinta o se unirá a los caleños que soportan, de tiempo atrás, una pesadilla tras otra. Esa es la cuestión.


Emcali, en la luz y en la sombra

Empresas Municipales de Cali entró en crisis financiera y administrativa en 1999. Ante esta situación, la Superintendencia de Servicios Públicos, amparada en la Ley 142 (o ley de servicios públicos), intervino a Emcali administrativamente, es decir, que la empresa pasó de ser gerenciada por el municipio, a ser administrada por un agente especializado asignado por la entidad de vigilancia.

Según Gonzalo Peñalosa, coordinador de Gerencia Financiera de Emcali, en el año de 1999 la empresa “no tenía los recursos suficientes para el pago de sus deudas, de sus acreencias, de sus compras y la Superintendencia decidió tomar posesión, que es declarar al alcalde incompetente para la labor”.
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Durante los años 2000, 2001 y 2002 la empresa estuvo bajo intervención administrativa, pero el cambio de gobierno significó la salida del primer gerente nombrado por la Superintendencia. Ante la llegada de Eva María Uribe, quien a su vez nombró otro agente interventor para Emcali, se cambió la figura de intervención administrativa a intervención con fines liquidatorios. Peñalosa explicó que este cambio permitió la cesación de pagos “porque las finanzas de la empresa seguían muy golpeadas”.

Con el cambio de intervención nace el acuerdo de Salvamento de las Empresas Municipales de Cali, donde se propusieron cinco puntos que fueron consultados y consensuados con el presidente Uribe Vélez, con el propósito de mantener la empresa y hacerla viable. Dentro de estos puntos se establece una renegociación tanto de las deudas como de los pagos, y la creación de un fondo de capitalización, punto que ha sido fuente de críticas por involucrar directamente el bolsillo de los usuarios.

Peñalosa recuerda que “éste es un fondo donde todos los usuarios aportan el 2% del valor de su factura mensual con el único fin de hacer obras de inversión social”. Añadió que el valor aportado, más la tasa de interés que se genere cada año, será devuelto a partir del quinto año. Es decir, que como el fondo empezó desde el 2005, lo que se recaudó en ese año se devolverá cinco años después, y así sucesivamente.

Con dicha medida la facturación de los servicios públicos aumentó, circunstancia que generó descontento en los usuarios de Emcali. No obstante, Peñalosa asegura que quien desee retirarse del fondo lo puede hacer diligenciando una carta a Emcali, y se le reintegrará el aporte hecho hasta el momento.

Sin embargo, personas como Graciela Torres, representante de la Junta de Acción Comunal del barrio Nueva Granada, comentó que cuando salió la medida, hizo las diligencias correspondientes para salirse y sacar a sus vecinos del fondo de capitalización. La Gerencia General de Emcali le respondió que ante la modificación del artículo 151 de la ley 142 de servicios públicos, el contrato de la empresa con los usuarios permite el cobro del 2%, ante lo cual se le negó la petición de retiro. Hasta el momento ella y sus vecinos siguen pagando los recibos de servicios públicos con el 2% adicional en sus facturas.

En cuanto al pago de las deudas de la Emcali, el funcionario aseguró que se han venido cumpliendo, y que la empresa está en un proceso de estabilización. No obstante, se teme que con el cambio de administración ese proceso se vea frustrado dado que el electo alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, en diversas ocasiones aseguró que empresas municipales debía volver al municipio.

Peñalosa explica que la decisión de terminar con la intervención le concierne a la Superintendecia, pero que aún hay indicadores, de carácter administrativo y operativo que no se están cumpliendo, como el índice de pérdidas tanto en acueducto como energía: “Pérdidas altas que no permiten que la empresa sea lo suficientemente eficiente”, asegura el funcionario. Además, el índice de recaudo que se proponía era del 95% y oscila actualmente entre el 70% y el 60%.

Gonzalo Peñalosa dijo que “lo que se espera es que Emcali no quede a merced de la politiquería, como el pago de favores de los políticos de turno”. En el mundillo político las empresas municipales de Cali, Emcali, siempre han sido catalogadas como la ‘caja menor’ del Alcalde, justamente para pagar favores, con la anuencia, en muchos casos, del Sindicato. Asunto que Ospina prometió combatir desde el día de su posesión, el 28 de octubre del presente año.

Peñalosa fue enfático en su posición de que Emcali debe seguir por el mismo camino, y que “lo que se busca es que empresas municipales sea manejada eficientemente y hasta que esto no esté lo suficientemente consolidado y establecido, no creo que la Superintendencia vaya a devolver al municipio su administración”.


Emsirva, un depósito de problemas

Esta empresa, recientemente multada por la CVC por los malos manejos de lixiviados y por la inadecuada disposición de residuos industriales que viene haciendo, vive su propio vía crucis. Ya son varios millones de pesos que acumula, fruto de otras infracciones cometidas contra el medio ambiente.

El problema de Emsirva está en la disposición final, aseguró Leandro Hurtado, profesional especialista de la CVC. Este problema data de la misma construcción del basuro de Navarro, el cual nació sin las adecuaciones técnicas y ambientales necesarias para preservar los afluentes cercanos a la zona. De hecho, según el funcionario, bajo el relleno se encuentra el segundo acuífero más importante de Colombia y están cayendo lixiviados a estás aguas subterráneas.

Según documentos de la CVC, hasta 1995 Navarro fue administrado por la Secretaría de Salud, pero la Ley 99 de 1993, por la cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente, se le dio potestad a las corporaciones ambientales para actuar autónomamente. Así las cosas, Navarro pasó a ser administrado por la CVC. Fue en este año, cuando la entidad le pidió a Emsirva un plan de manejo ambiental para el basuro.

Sólo hasta 1999 Emsirva entregó un plan de manejo, dentro del cual se contempló el cierre inminente del basuro y la construcción de un relleno transitorio aledaño a la zona, con vigencia de tres años. No obstante, Emsirva incumplió con el acuerdo y continuó con la disposición de basura en la zona clausurada, ante lo cual en el año 2001 se produjo un deslizamiento en la parte alta del cerro.

La CVC le impuso una multa por 1084 mil millones de pesos a Emsirva por incumplir la prohibición de depositar residuos sólidos en el antiguo botadero, lo que ocasionó el mencionado deslizamiento de la montaña. Para el año siguiente la CVC expidió una resolución en la que se le exigía al municipio de Cali, a Emsirva y/o Serivambientales, el cierre tanto del antiguo botadero de Navarro como de los rellenos transitorios construidos para tres años.

Como reza en los archivos de la CVC Emcali, el municipio de Cali y Serviambientales fueron multadas de nuevo por la suma de 189 mil millones de pesos en el año 2002, por incumplir la resolución de 2001 donde se les pedía adecuar la impermeabilización del relleno transitorio y construir una planta para el tratamiento de lixiviados. Así mismo, se exigió buscar otro sitio de disposición final de residuos sólidos, asunto que aún no se ha resuelto.
Serivambientales es una empresa que forma parte del consorcio español UTE, con la cual Emsirva hizo un acuerdo en el año de 1998 para el manejo de los residuos sólidos por un término de 20 años. Pero desde el primer año se presentaron problemas, y Sintraemsirva (Sindicato de trabajadores de Emsirva) denunció falencias en el cumplimiento del contrato por parte de la empresa española. No se construyó el relleno sanitario que reemplazaría a Navarro, ni las adecuaciones para de modificación del mismo, pero Serivambientales si recibió el pago por el trabajo no realizado. Ante las irregularidades presentadas el municipio deshizo el contrato en el año 2002.
En los años 2003 y 2004, Emsirva y la CVC hicieron labores de reconstrucción de la zona afectada por el deslizamiento, adecuaron los canales de aguas lluvias, así como el manejo de lixiviados, con el fin de asegurar el cierre inminente y definitivo del botadero. Se fueron alargando los plazos para la consecución de otro sitio para la disposición final de basuras, hasta la resolución DARSUROCCIDENTE No. 000183 del 28 de septiembre de 2005, donde se le impuso al municipio la obligación del sellado del relleno transitorio.

A pesar de esto, en diciembre del año pasado se firmó el Acta de entendimiento por parte de la Alcaldía de Cali, el Agente Especial SSPD – Emsirva E.S.P, el viceministro de Agua Potable y Saneamiento (E), el Ministro de Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial y la CVC, donde se acordó como única solución construir un vaso para la disposición final de las basuras de Cali, Yumbo, Candelaria y Jamundí, en la zona aledaña al relleno transitorio, por un lapso de diez meses.

La segunda semana de noviembre la CVC declaró ante los medios de comunicación, que Emsirva ha venido incumpliendo con sus labores en lo referente al manejo de lixiviados y residuos industriales. Según Leandro Hurtado, Emsirva ha venido haciendo las cosas mal. “Ellos desafortunadamente no le han dado un buen tratamiento a los lixiviados permitiendo que éstos caigan al canal del sur y a la madre vieja”. Agregó que “ellos tienen una zona de depósitos industriales peligrosos al aire libre. Estos residuos están en contacto con los recicladores y pueden generar una tragedia”.

La CVC les da tres meses para sellar el relleno transitorio y abandonar el vaso para la disposición de residuos contemplado en el Acta de Entendimiento. Por parte de Emsirva no se obtuvo declaración alguna dado que la resolución expedida por la CVC no se había oficializado; sólo fue anunciada ante los medios de comunicación.

Es una situación crítica que no solo involucra al electo alcalde de Cali, sino a la administración de los municipios que realizan la disposición de basuras en este mismo lugar. No obstante, la posición de Ospina desde el momento en que comenzó su campaña fue potenciar a Emsirva como accionista mayoritario del negocio de basuras para que se apropie tanto de la recolección como de la disposición final de las mismas.


Metrocali, una empresa desarticulada

Es una entidad que ha recibido duras críticas desde que se comenzó con la construcción del sistema masivo de transporte MIO. Aún los caleños se preguntan para cuándo estarán listas las obras, debido a las irregularidades presentadas en la adjudicación de licitaciones y los problemas de planeación evidenciados en la construcción del sistema.

Se tenía planeado que para el 8 de mayo del 2008 entraría a operar la primera fase del sistema, pero recientemente se anunció ante los medios de comunicación que sólo hasta el primero de octubre del 2008 los caleños podrán desplazarse por medio del MIO.

Noticia que no caló bien en el gremio de los transportadores que ya hicieron inversiones para la adquisición de 500 buses articulados de la primera fase. Además porque se espera que entre el mes de diciembre de 2007 y enero del 2008 lleguen los buses a la ciudad. Buses para los cuales no se tienen listos los parqueaderos, ni presupuestados los costos que implicará tenerlos inutilizados casi por un año.

La falta de planeación de Metrocali la expuso ante el Concejo de la ciudad el alcalde Ramiro Tafur, el 14 de noviembre. El alcalde dijo ante los medios que esta entidad emprendió el proyecto sin tener listo el diseño y una planeación clara. Añadió que los retrasos en las obras no se deben a la falta de recursos porque Metrocali cuenta con 124.000 millones de pesos para los contratistas, y aclaró que el problema ha estado en la falta de planeación y de gestión.
Según el director de planeación de Metrocali, Marco Tulio Valencia, “la ejecución de las obras se ha concentrado en la primera fase, conformada por 27 Kilómetros de longitud total, de los cuales se encuentran concluidos 16; los once restantes están en proceso de construcción con un avance del 70%. Estos son: un tramo de 560 metros, en la carrera primera y las calles 13, y quinta, entre carrera 52 y ciudad jardín. Igualmente está en construcción los patios - talleres y terminales correspondientes a esta primera fase”.

Valencia explicó que el proyecto está dividido en tres fases: “La primera fase comprende las troncales carrera primera entre calles 70 y 13, calle 13 entre carrera primera y carrera 15, calle 15 entre carrera primera y carrera 15, carrera 15 entre terminal puerto mallarino y calle quinta, y calle quinta entre carrera 15 y ciudad jardín (calle 16)”, en la cual se ha concentrado el proyecto.

Están pendientes las fases dos y tres. “La segunda fase comprende las troncales Av. Tercera Norte entre calle 70 (Sameco) y glorieta de la estación, y Av. De las Américas entre glorieta de la estación y calle 15. La tercera fase comprende la pretroncal oriental envolvente calle 70 entre la terminal norte (Sameco) y terminal Guadalupe en el sur”, explicó Valencia.

Quedan pendientes dos fases del sistema de transporte para las cuales no se tiene fecha definida. Lo que se proyecta es la entrada en funcionamiento de la primera fase, que se espera descongestione el flujo vehicular en estos sectores donde la construcción de los terminales del MIO han generado una crisis en la movilidad en la ciudad. Para diciembre se anunció la apertura de la calle 13, y de las calles comprendidas en el tramo de la calle quinta entre Cosmocentro y Carrefour.

No obstante, el tema de SIUR, sistema unificado de información y recaudo, fundamentalmente para el desarrollo operativo, sigue en proceso de licitación lo cual ha retrazado las obras. Esto se debió al rechazo de la propuesta económica que ganó la licitación, al encontrarse que ingresó de forma extratemporánea, ante lo cual la junta directiva de Metrocali determinó negar la licitación y enviar el caso ante las entidades reguladoras correspondientes.

Pero esta no es la única irregularidad encontrada al interior de la entidad. El alcalde Ramiro Tafur, explicó a los concejales que el lote donde se había proyectado la construcción de la terminal sur es de propiedad de la Universidad Libre, y que Metrocali hizo la concesión sin tener en cuenta esta circunstancia. Además, Tafur hizo énfasis en que con frecuencia antes de comenzar las obras se deben hacer arreglos de servicios públicos de Emcali, asunto que no se contempla por la falta de planeación.

Por su parte, Jorge Iván Ospina, dentro de su plan de gobierno, propuso la revisión de las condiciones de adjudicación del sistema de recaudo, SIUR, para evitar que siga aumentando el endeudamiento del municipio por malos manejos administrativos. Pero además de esto, tendrá que hacerle frente a los problemas de planeación citados por al actual alcalde de Cali, Ramiro Tafur.

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