Por
Germán Ayala Osorio
Ante la pregunta de cuál es el papel de los medios de comunicación en la internacionalización del conflicto armado colombiano, me permito decir:
Digamos que la internacionalización del conflicto armado colombiano se logró en el periodo de gobierno de Pastrana Arango, con la puesta en marcha de los ‘diálogos de paz’ en el Caguán. Desde ahí, habría que valorar el papel de los medios en la confirmación de esa internacionalización.
El papel de los medios está determinado por elementos y factores que pueden estar o no asociados a las prácticas periodísticas, al quehacer natural de las empresas mediáticas o por el contrario, asociados a intereses coyunturales y a cambios en las políticas editoriales de dichas empresas, debido a circunstancias del cambiante y complejo entorno político colombiano.
En lo que corresponde a factores propios de su quehacer, los medios masivos poco podrán aportar hasta tanto sus rutinas de producción no cambien, y los criterios de noticiabilidad no sean revisados y repensados.
Mientras periodistas y medios continúen pensando que la compleja realidad colombiana, de la que el conflicto armado es apenas un asunto más, puede ser mirada, abordada y comprendida desde valores/noticia apegados a la dualidad Bueno- Malo; o para el caso, del conflicto armado, a partir de la relación dual Amigo- Enemigo, su papel en la internacionalización del conflicto armado estará al servicio del proyecto político del Gobierno de turno, aplicado éste a su política exterior, siempre inclinada y supeditada a los intereses de los Estados Unidos.
Debemos eso sí, revisar muy bien las condiciones en las que se dio esa internacionalización del conflicto armado en el gobierno de Pastrana Arango, y cómo está hoy dicho escenario con la dos administraciones de Uribe; e incluso, intentar un ejercicio de prospectiva para pensar cómo se dará en el mediano y corto plazo.
La internacionalización del conflicto en la era Pastrana se da en el contexto de un mundo atento a rechazar el terrorismo, por lo que significaron los atentados del 11 de septiembre de 2001, en los Estados Unidos. Además, debe recordarse que dicha internacionalización significó la injerencia directa de los Estados Unidos en la guerra interna colombiana, a partir de la puesta en marcha del Plan Colombia, por lo que se puede hablar de una internacionalización particular, dados los intereses económicos de la industria militar americana en el mantenimiento del conflicto armado colombiano.
Con Pastrana se logró una internacionalización interesada y particular, con nombre propio: Estados Unidos y su industria militar. Sobre esto, los medios de comunicación (la gran prensa) solo atinó a informar desde la perspectiva de la oficina de prensa de la Casa de Nariño.
Con Uribe, se mantiene una internacionalización en las mismas condiciones y con el mismo actor político, pero sujeta, aún más, al discurso maniqueo de la lucha antiterrorista, exacerbada por el discurso neoconservador de los Presidentes Bush y Uribe.
El papel que los medios han jugado- y juegan-, en las dos administraciones de Uribe Vélez se puede calificar como de total abdicación a los principios éticos y profesionales del oficio de informar. Medios y Casa Nariño han configurado lo que hemos llamado el unanimismo ideológico y político.
Mientras periodistas y medios sean incapaces de abordar con criterio y criticidad los intereses que se mueven en la industria militar estadounidense y en general, en las multinacionales de las armas, nuestro conflicto armado seguirá en la agenda internacional, pero sujeto a los particulares intereses de gobiernos que ven en éste la mejor oportunidad para mantener la entrega de ‘ayudas’ militares a Colombia, lo que significa grandes beneficios para las industrias militares, especialmente para la industria americana.
Adenda:
Esta reflexión- preliminar por demás- fue presentada en un evento académico organizado por estudiantes de comunicación social y publicidad de la Universidad Santiago de Cali. Jueves 03 de abril de 2008.
Digamos que la internacionalización del conflicto armado colombiano se logró en el periodo de gobierno de Pastrana Arango, con la puesta en marcha de los ‘diálogos de paz’ en el Caguán. Desde ahí, habría que valorar el papel de los medios en la confirmación de esa internacionalización.
El papel de los medios está determinado por elementos y factores que pueden estar o no asociados a las prácticas periodísticas, al quehacer natural de las empresas mediáticas o por el contrario, asociados a intereses coyunturales y a cambios en las políticas editoriales de dichas empresas, debido a circunstancias del cambiante y complejo entorno político colombiano.
En lo que corresponde a factores propios de su quehacer, los medios masivos poco podrán aportar hasta tanto sus rutinas de producción no cambien, y los criterios de noticiabilidad no sean revisados y repensados.
Mientras periodistas y medios continúen pensando que la compleja realidad colombiana, de la que el conflicto armado es apenas un asunto más, puede ser mirada, abordada y comprendida desde valores/noticia apegados a la dualidad Bueno- Malo; o para el caso, del conflicto armado, a partir de la relación dual Amigo- Enemigo, su papel en la internacionalización del conflicto armado estará al servicio del proyecto político del Gobierno de turno, aplicado éste a su política exterior, siempre inclinada y supeditada a los intereses de los Estados Unidos.
Debemos eso sí, revisar muy bien las condiciones en las que se dio esa internacionalización del conflicto armado en el gobierno de Pastrana Arango, y cómo está hoy dicho escenario con la dos administraciones de Uribe; e incluso, intentar un ejercicio de prospectiva para pensar cómo se dará en el mediano y corto plazo.
La internacionalización del conflicto en la era Pastrana se da en el contexto de un mundo atento a rechazar el terrorismo, por lo que significaron los atentados del 11 de septiembre de 2001, en los Estados Unidos. Además, debe recordarse que dicha internacionalización significó la injerencia directa de los Estados Unidos en la guerra interna colombiana, a partir de la puesta en marcha del Plan Colombia, por lo que se puede hablar de una internacionalización particular, dados los intereses económicos de la industria militar americana en el mantenimiento del conflicto armado colombiano.
Con Pastrana se logró una internacionalización interesada y particular, con nombre propio: Estados Unidos y su industria militar. Sobre esto, los medios de comunicación (la gran prensa) solo atinó a informar desde la perspectiva de la oficina de prensa de la Casa de Nariño.
Con Uribe, se mantiene una internacionalización en las mismas condiciones y con el mismo actor político, pero sujeta, aún más, al discurso maniqueo de la lucha antiterrorista, exacerbada por el discurso neoconservador de los Presidentes Bush y Uribe.
El papel que los medios han jugado- y juegan-, en las dos administraciones de Uribe Vélez se puede calificar como de total abdicación a los principios éticos y profesionales del oficio de informar. Medios y Casa Nariño han configurado lo que hemos llamado el unanimismo ideológico y político.
Mientras periodistas y medios sean incapaces de abordar con criterio y criticidad los intereses que se mueven en la industria militar estadounidense y en general, en las multinacionales de las armas, nuestro conflicto armado seguirá en la agenda internacional, pero sujeto a los particulares intereses de gobiernos que ven en éste la mejor oportunidad para mantener la entrega de ‘ayudas’ militares a Colombia, lo que significa grandes beneficios para las industrias militares, especialmente para la industria americana.
Adenda:
Esta reflexión- preliminar por demás- fue presentada en un evento académico organizado por estudiantes de comunicación social y publicidad de la Universidad Santiago de Cali. Jueves 03 de abril de 2008.
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