Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
Resulta contradictorio, pero perfectamente lógico, que un país biodiverso como Colombia haya estado en el pasado en manos de Presidentes y de gobiernos irresponsables en materia ambiental.
Hace unos años atrás las administraciones de Pastrana Arango y Uribe Vélez y hoy, la de Juan Manuel Santos Calderón, se caracterizaron y se caracteriza por no tener una política ambiental clara y ajustada a los principios del desarrollo sostenible.
Uribe, como ganadero y latifundista, vivió encantado con el auge de la minería, los proyectos agroindustriales y la potrerización de extensas zonas del país. Como típico arriero, está acostumbrado a llamar ‘monte’ a las selvas y a los bosques, y por ende, gusta de ‘abrir’ el monte; de talar para conquistar, dominar y explotar la naturaleza. Se trata, sin duda, de un personaje pre moderno que en materia ambiental hizo retroceder al país, lo que sin duda puso en peligro la frágil biodiversidad de Colombia.
El caso de Santos no es muy diferente, con la pequeña diferencia de que el actual Presidente de Colombia es un hijo de papi que si bien no tiene el carácter del gamonal de marras, sí comparte con aquel su nula conciencia ambiental.
El tema ambiental también es cultural y es claro que en esta materia tanto Santos como Uribe tienen un bajo capital cultural-ambiental. No tienen conciencia ambiental. Sólo reconocen los verbos explotar, aprovechar, expoliar, usurpar, arrasar, deforestar. Por ello la locomotora minera impulsada por Santos terminará llevando al país a varias catástrofes ambientales y ecológicas, fruto no sólo de esa irracional, mezquina y premoderna forma con la que vienen relacionándose de tiempo atrás con la naturaleza, sino de su incapacidad para gobernar, aplicando con rigor la Ley 99 de 1993 y los sucesivos desarrollos legislativos.
Y para completar el gris panorama ambiental, ahora vuelve a ponerse en el escenario público la idea de construir un complejo turístico en la zona del parque natural Tayrona, donde tienen asiento varias comunidades indígenas. Detrás del proyecto está la multinacional Six Senses. Ya el ministro del Medio Ambiente, Frank Pearl, salió al paso de las críticas para señalar que se consultará, si es necesario (¡como si no lo fuera!), a las comunidades indígenas y que se trata apenas de una idea, de un interés de una multinacional.
Nuevamente un Presidente y un gobierno, ponen al servicio de intereses privados los bienes de la Nación, que bien podríamos disfrutar todos los colombianos. Ya hay playas privadas en Colombia explotadas por empresarios del turismo, que muy seguramente tuvieron o han tenido nexos con grupos paramilitares.
Creo que va siendo hora de que nos indignemos contra las equivocadas acciones y decisiones adoptadas y tomadas por presidentes como Uribe Vélez y Santos. A toda costa debemos oponernos a la reelección del actual mandatario de Colombia y por supuesto, con mayor vehemencia, contra el posible regreso del ex seudo mesías antioqueño, tal y como parece que se ventila en el Legislativo, a través de la fórmula mágica que arregla todos los problemas: una nueva, terrible y amañada Asamblea Nacional Constituyente.
Por lo anterior y para no continuar cometiendo errores ambientales, este 30 de octubre digamos NO a los candidatos a alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas departamentales que hayan recibido los apoyos políticos de Santos y de Uribe. Votemos en blanco. Ya es hora de castigar democráticamente a estos dos personajes, a todas luces irresponsables, no sólo social, cultural, económica, sino ambientalmente.
Resulta contradictorio, pero perfectamente lógico, que un país biodiverso como Colombia haya estado en el pasado en manos de Presidentes y de gobiernos irresponsables en materia ambiental.
Hace unos años atrás las administraciones de Pastrana Arango y Uribe Vélez y hoy, la de Juan Manuel Santos Calderón, se caracterizaron y se caracteriza por no tener una política ambiental clara y ajustada a los principios del desarrollo sostenible.
Uribe, como ganadero y latifundista, vivió encantado con el auge de la minería, los proyectos agroindustriales y la potrerización de extensas zonas del país. Como típico arriero, está acostumbrado a llamar ‘monte’ a las selvas y a los bosques, y por ende, gusta de ‘abrir’ el monte; de talar para conquistar, dominar y explotar la naturaleza. Se trata, sin duda, de un personaje pre moderno que en materia ambiental hizo retroceder al país, lo que sin duda puso en peligro la frágil biodiversidad de Colombia.
El caso de Santos no es muy diferente, con la pequeña diferencia de que el actual Presidente de Colombia es un hijo de papi que si bien no tiene el carácter del gamonal de marras, sí comparte con aquel su nula conciencia ambiental.
El tema ambiental también es cultural y es claro que en esta materia tanto Santos como Uribe tienen un bajo capital cultural-ambiental. No tienen conciencia ambiental. Sólo reconocen los verbos explotar, aprovechar, expoliar, usurpar, arrasar, deforestar. Por ello la locomotora minera impulsada por Santos terminará llevando al país a varias catástrofes ambientales y ecológicas, fruto no sólo de esa irracional, mezquina y premoderna forma con la que vienen relacionándose de tiempo atrás con la naturaleza, sino de su incapacidad para gobernar, aplicando con rigor la Ley 99 de 1993 y los sucesivos desarrollos legislativos.
Y para completar el gris panorama ambiental, ahora vuelve a ponerse en el escenario público la idea de construir un complejo turístico en la zona del parque natural Tayrona, donde tienen asiento varias comunidades indígenas. Detrás del proyecto está la multinacional Six Senses. Ya el ministro del Medio Ambiente, Frank Pearl, salió al paso de las críticas para señalar que se consultará, si es necesario (¡como si no lo fuera!), a las comunidades indígenas y que se trata apenas de una idea, de un interés de una multinacional.
Nuevamente un Presidente y un gobierno, ponen al servicio de intereses privados los bienes de la Nación, que bien podríamos disfrutar todos los colombianos. Ya hay playas privadas en Colombia explotadas por empresarios del turismo, que muy seguramente tuvieron o han tenido nexos con grupos paramilitares.
Creo que va siendo hora de que nos indignemos contra las equivocadas acciones y decisiones adoptadas y tomadas por presidentes como Uribe Vélez y Santos. A toda costa debemos oponernos a la reelección del actual mandatario de Colombia y por supuesto, con mayor vehemencia, contra el posible regreso del ex seudo mesías antioqueño, tal y como parece que se ventila en el Legislativo, a través de la fórmula mágica que arregla todos los problemas: una nueva, terrible y amañada Asamblea Nacional Constituyente.
Por lo anterior y para no continuar cometiendo errores ambientales, este 30 de octubre digamos NO a los candidatos a alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas departamentales que hayan recibido los apoyos políticos de Santos y de Uribe. Votemos en blanco. Ya es hora de castigar democráticamente a estos dos personajes, a todas luces irresponsables, no sólo social, cultural, económica, sino ambientalmente.
Nota: esta columna fue publicada en el portal Aula & Asfalto, de la Universidad Central de Bogotá, edición 242, del 21 de octubre de 2011. http://www.newsmatic.e-pol.com.ar/index.php?pub_id=482&sid=0&aid=71010&eid=242&NombreSeccion=Resultados de la Busqueda&Accion=VerArticulo
5 comentarios:
ola prfe respecto al articulo del tema ambiental completamente de acuerdo con todo lo expuesto no podemos seguir apoyando q los intereses indivuales primen sobre los colectivos. Debemos dar una mirada al futuro y pensar mejor en lo que construimos en el presente para aquellos que vienen en el futuro.
Saludos,
Anjelica
Gracias profesor Germán, le comparto artículo, un poco largo, de contexto global. Saludos, fd
http://alainet.org/active/50231
Hola Uribito:
¡Buen día!
Me parece que estás asumiendo comportamientos dmucha conciencia social. ¡En horabuena!
Luisf.
Buenos ambos artículos y dejan una montaña de dudas en el secuestro y en el manejo del medio ambiente.Buena esa vallecaucano.
Rodrigo
Hola Germán. Gracias por compartir las reflexiones. Sí. Muy raro lo del secuestro, pero el presidente Santos parece tranquilo con la versión. Lo de la relación modelo de desarrollo - medio ambiente, ha tenido contradictores, por lo cual creo que el voto en blanco termina castigando por igual a quienes apoyaron las políticas de Uribe y Santos, tanto como a quienes, con riesgo y limitadas posibilidades, se les han opuesto. Chao.
Rodolfo
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