Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
El carácter periférico del conflicto armado interno colombiano, conlleva, de tiempo atrás, un espíritu de profunda discriminación alrededor del origen social, económico y cultural de los combatientes, en específico, de los soldados que prestan el servicio militar y que además, asumen las operaciones militares de confrontación con las guerrillas.
Al verse como una externalidad, el conflicto armado ha dispersado el sentido de Patria que viene detrás de la acción militar de defender el orden social establecido, haciendo que éste repose sobre grupos humanos que comparten una característica que resulta determinante: ser pobres.
Los soldados regulares (no bachilleres) son considerados como la materia prima fundamental para las fuerzas militares, en especial para el ejército, en tanto sobre ellos recae la responsabilidad de las operaciones militares contrainsurgentes, en consonancia con la estructura jerárquica propia de la lógica castrense, en la que se requiere de un recurso humano que vaya al frente de batalla.
A raíz de la reciente muerte de 11 soldados en Arauca, los padres de varios de ellos señalaron que demandarán al Estado porque consideran que sus hijos fueron llevados a zonas de guerra, sin mayor preparación. Es decir, soldados regulares (insisto, no bachilleres), fueron puestos como carne de cañón contra, muy seguramente, avezados guerrilleros dispuestos a dar todo por la causa que dicen luchar desde hace más cuarenta años.
Pocas horas después de la muerte y del reconocimiento del error militar por parte del propio Presidente, como responsable del orden público y jefe supremo de las fuerzas armadas, el general Navas, comandante general de las fuerzas militares, anuncia la propuesta de crear la figura del soldado universal, con la que aparentemente se quiere democratizar la elección de ir a la guerra, a defender la patria.
Al respecto, el propio general Navas sostiene que “es muy importante porque es ver cómo miramos el tema del servicio militar desde un óptica más amplia en donde todos los colombianos sean vistos de la misma manera, democrática, que no haya diferencia entre los soldados colombianos, sino que por el contrario, sin importar su estrato y origen tiene ante el pueblo colombiano el deber de servir, es un tema que está en proceso” .
A simple vista, suena maravillosa la disquisición que propone el alto oficial, que en el fondo termina por reconocer que efectivamente hay discriminación social, económica y cultural frente a un sector poblacional en donde nace y se reproduce la materia prima que hoy parece que está en crisis: los soldados regulares, esto es, hijos de gente pobre que sobrevive en el campo y en las ciudades, que no pueden pagar una libreta o que ven en el oficio de la guerra, una opción de vida digna.
Pero resulta que el problema de discriminación no se acaba con la idea del soldado universal que propone la cúpula militar en cabeza del general Navas. No. Lo que va a pasar es que ahora van a ir a la guerra bachilleres pobres, mientras que los hijos de los ricos y de la clase media harán todo lo que tengan a su alcance para evadir la responsabilidad con la Patria, tal y como lo expresa el alto oficial.
Como prueba clara de que la discriminación existe, el periodista Yamid Amat le pregunta al general Navas si pensaba mandar a zonas de orden público a soldados bachilleres. Para el periodista el asunto es de clase social y de capital social.
A la pregunta, el oficial contestó de esta manera: “…esperamos que los colombianos sientan ese compromiso con Colombia... a Colombia la defienden los colombianos sin distingo” . Es decir, sí, bachilleres irán a zonas de combate.
Pero volvamos al asunto de la materia prima que se les está acabando. Ahora piensan en la imagen del soldado universal, que no es nada más que la justificación militar para llevar a zonas de combate a bachilleres, que acompañarían a los soldados profesionales en las operaciones contrainsurgentes. Hay un punto que el General no expone: un número importante de los hoy llamados soldados profesionales, fueron regulares que decidieron continuar en las filas bajo esa denominación, por lo que serán, entonces, soldados bachilleres sobre los que recaerá la responsabilidad de las operaciones contra la guerrilla. El problema de discriminación no para con la creación de la imagen del soldado profesional.
“La materia prima de los soldados regulares se está quedando corta. Se está estudiando esta propuesta para que sea sólo un soldado que tenga carácter profesional. Con el tiempo no se va a llamar el soldado universal, sino el 'Soldado colombiano', ya que la materia prima de las Fuerzas Militares no se puede acabar…” , señaló el alto oficial.
Resulta cómodo para el general Navas, desde el rol de general de cuatro soles y comandante de las Fuerzas Militares, proponer la universalización del servicio militar, y a partir de allí, exigir una cuota de sacrificio para las familias de cientos de miles de colombianos cuyos hijos que prestan el servicio militar, pueden ser llevados a zonas de combate, dizque para defender la Patria.
Sobre ese patrioterismo se montará una estrategia de reclutamiento que muy seguramente mantendrá las altas cuotas de sacrificio de vidas en sectores populares, pobres, en contraste con la falta de patriotismo de sectores de clase media y alta, que suelen hacerle el quite al servicio militar obligatorio y por esa vía, a la defensa de la Patria.
Pensar en que todos los bachilleres vayan a la guerra, no sólo es ingenuo, sino improbable en el contexto colombiano. Ya veremos gente rica pagando altas sumas de dinero para impedir que sus hijos bachilleres vayan al frente de batalla.
Como guerrero, el general Navas insiste en la guerra y en mantener la cuota de sacrificados en las filas de las fuerzas militares, justificando no sólo su rol y la guerra misma, sino invalidando la salida pacífica, política, de un conflicto armado degradado como el nuestro. Como hombre en armas y guía militar, bien podría darle un mayor valor a la vida de sus dirigidos, evitando que el dolor por hijos y hermanos muertos en esta guerra absurda, se universalice por todos los hogares de Colombia.
El asunto pasa, entonces, por la real capacidad, en hombres y en estrategia militar, que tiene el ejército colombiano y en general las fuerzas militares, para afrontar la lucha contrainsurgente. No es suficiente con enfrentar esta guerra irregular apelando exclusivamente a la necesidad de suplir unas demandas de materia prima y a un patriotismo huero que lo único que reproduce es el negocio de los war lord locales e internacionales.
Es evidente que resulta mucho más económico, en especial en la conservación de vidas humanas, jugársela por un proceso de paz con un enemigo que ha demostrado hasta la saciedad, gran capacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes de la guerra. Pero el general Navas está allí no para preservar la vida y el capital social que se ha perdido y que se seguirá perdiendo en la guerra interna.
Por lo anterior y con mayor urgencia, hay que insistir en caminos de diálogo que nos lleven a parar el derramamiento de sangre y al final de esta guerra fratricida entre pobres, en la que los más ricos ríen del concepto de Patria que Navas exhibe y con el cual justifica su propuesta.
El carácter periférico del conflicto armado interno colombiano, conlleva, de tiempo atrás, un espíritu de profunda discriminación alrededor del origen social, económico y cultural de los combatientes, en específico, de los soldados que prestan el servicio militar y que además, asumen las operaciones militares de confrontación con las guerrillas.
Al verse como una externalidad, el conflicto armado ha dispersado el sentido de Patria que viene detrás de la acción militar de defender el orden social establecido, haciendo que éste repose sobre grupos humanos que comparten una característica que resulta determinante: ser pobres.
Los soldados regulares (no bachilleres) son considerados como la materia prima fundamental para las fuerzas militares, en especial para el ejército, en tanto sobre ellos recae la responsabilidad de las operaciones militares contrainsurgentes, en consonancia con la estructura jerárquica propia de la lógica castrense, en la que se requiere de un recurso humano que vaya al frente de batalla.
A raíz de la reciente muerte de 11 soldados en Arauca, los padres de varios de ellos señalaron que demandarán al Estado porque consideran que sus hijos fueron llevados a zonas de guerra, sin mayor preparación. Es decir, soldados regulares (insisto, no bachilleres), fueron puestos como carne de cañón contra, muy seguramente, avezados guerrilleros dispuestos a dar todo por la causa que dicen luchar desde hace más cuarenta años.
Pocas horas después de la muerte y del reconocimiento del error militar por parte del propio Presidente, como responsable del orden público y jefe supremo de las fuerzas armadas, el general Navas, comandante general de las fuerzas militares, anuncia la propuesta de crear la figura del soldado universal, con la que aparentemente se quiere democratizar la elección de ir a la guerra, a defender la patria.
Al respecto, el propio general Navas sostiene que “es muy importante porque es ver cómo miramos el tema del servicio militar desde un óptica más amplia en donde todos los colombianos sean vistos de la misma manera, democrática, que no haya diferencia entre los soldados colombianos, sino que por el contrario, sin importar su estrato y origen tiene ante el pueblo colombiano el deber de servir, es un tema que está en proceso” .
A simple vista, suena maravillosa la disquisición que propone el alto oficial, que en el fondo termina por reconocer que efectivamente hay discriminación social, económica y cultural frente a un sector poblacional en donde nace y se reproduce la materia prima que hoy parece que está en crisis: los soldados regulares, esto es, hijos de gente pobre que sobrevive en el campo y en las ciudades, que no pueden pagar una libreta o que ven en el oficio de la guerra, una opción de vida digna.
Pero resulta que el problema de discriminación no se acaba con la idea del soldado universal que propone la cúpula militar en cabeza del general Navas. No. Lo que va a pasar es que ahora van a ir a la guerra bachilleres pobres, mientras que los hijos de los ricos y de la clase media harán todo lo que tengan a su alcance para evadir la responsabilidad con la Patria, tal y como lo expresa el alto oficial.
Como prueba clara de que la discriminación existe, el periodista Yamid Amat le pregunta al general Navas si pensaba mandar a zonas de orden público a soldados bachilleres. Para el periodista el asunto es de clase social y de capital social.
A la pregunta, el oficial contestó de esta manera: “…esperamos que los colombianos sientan ese compromiso con Colombia... a Colombia la defienden los colombianos sin distingo” . Es decir, sí, bachilleres irán a zonas de combate.
Pero volvamos al asunto de la materia prima que se les está acabando. Ahora piensan en la imagen del soldado universal, que no es nada más que la justificación militar para llevar a zonas de combate a bachilleres, que acompañarían a los soldados profesionales en las operaciones contrainsurgentes. Hay un punto que el General no expone: un número importante de los hoy llamados soldados profesionales, fueron regulares que decidieron continuar en las filas bajo esa denominación, por lo que serán, entonces, soldados bachilleres sobre los que recaerá la responsabilidad de las operaciones contra la guerrilla. El problema de discriminación no para con la creación de la imagen del soldado profesional.
“La materia prima de los soldados regulares se está quedando corta. Se está estudiando esta propuesta para que sea sólo un soldado que tenga carácter profesional. Con el tiempo no se va a llamar el soldado universal, sino el 'Soldado colombiano', ya que la materia prima de las Fuerzas Militares no se puede acabar…” , señaló el alto oficial.
Resulta cómodo para el general Navas, desde el rol de general de cuatro soles y comandante de las Fuerzas Militares, proponer la universalización del servicio militar, y a partir de allí, exigir una cuota de sacrificio para las familias de cientos de miles de colombianos cuyos hijos que prestan el servicio militar, pueden ser llevados a zonas de combate, dizque para defender la Patria.
Sobre ese patrioterismo se montará una estrategia de reclutamiento que muy seguramente mantendrá las altas cuotas de sacrificio de vidas en sectores populares, pobres, en contraste con la falta de patriotismo de sectores de clase media y alta, que suelen hacerle el quite al servicio militar obligatorio y por esa vía, a la defensa de la Patria.
Pensar en que todos los bachilleres vayan a la guerra, no sólo es ingenuo, sino improbable en el contexto colombiano. Ya veremos gente rica pagando altas sumas de dinero para impedir que sus hijos bachilleres vayan al frente de batalla.
Como guerrero, el general Navas insiste en la guerra y en mantener la cuota de sacrificados en las filas de las fuerzas militares, justificando no sólo su rol y la guerra misma, sino invalidando la salida pacífica, política, de un conflicto armado degradado como el nuestro. Como hombre en armas y guía militar, bien podría darle un mayor valor a la vida de sus dirigidos, evitando que el dolor por hijos y hermanos muertos en esta guerra absurda, se universalice por todos los hogares de Colombia.
El asunto pasa, entonces, por la real capacidad, en hombres y en estrategia militar, que tiene el ejército colombiano y en general las fuerzas militares, para afrontar la lucha contrainsurgente. No es suficiente con enfrentar esta guerra irregular apelando exclusivamente a la necesidad de suplir unas demandas de materia prima y a un patriotismo huero que lo único que reproduce es el negocio de los war lord locales e internacionales.
Es evidente que resulta mucho más económico, en especial en la conservación de vidas humanas, jugársela por un proceso de paz con un enemigo que ha demostrado hasta la saciedad, gran capacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes de la guerra. Pero el general Navas está allí no para preservar la vida y el capital social que se ha perdido y que se seguirá perdiendo en la guerra interna.
Por lo anterior y con mayor urgencia, hay que insistir en caminos de diálogo que nos lleven a parar el derramamiento de sangre y al final de esta guerra fratricida entre pobres, en la que los más ricos ríen del concepto de Patria que Navas exhibe y con el cual justifica su propuesta.
Imagen tomada de: dreamers.com; https://www.google.com.co/search?q=soldado+universal&espv=2&biw=1024&bih=636&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiAwr-NiLnKAhXLlh4KHWFiA0cQ_AUIBigB#imgrc=nnqKwEV_eTop_M%3A
Nota: publicada en el portal www.nasaacin.org, http://www.nasaacin.org/attachments/article/3665/EL%20SOLDADO%20UNIVERSAL%20DEL%20GENERAL%20NAVAS.pdf; y en el portal www.hechoencali.com, http://www.hechoencali.com/el-soldado-universal-del-general-navas/
4 comentarios:
Compa:El dichoso general Navas ha visto muchas peliculas de Rambos y soldados más allá de las determinaciones sociales.Que viva la robótica.
Rodrigo
Hola Uribito:
¡Buen día!
Comparto totalmente el escrito. No se trata de sostener a como de lugar, un conflicto que está desbordado, sino en acabarlo y, para ello se requiere voluntad política y dejar que solo los pobres se sacrifiquen para que los ricos gocen y el Congreso expida leyes que consolidan su poder. Este, además de ser amoral, constituye una versión nacional del cinismo que caracteriza a las clases altas.
Luis F.
señores no ablanos de conflicto si lo hay o no lo hay, abalamos de la obligación de todo colombiano de tener el adiestramiento absoluto de defensa de su país,por lo consiguiente todo colombiano que se llame a ci debe prestar su servicio obligatorio,en la confrontación no hay distinciones,el debil es dado de java, predominando el mas adiestrado,por eso el bachiller al tener mas conocimiento intelectual se debe capacitar mucho mas en lo ficico,po r eso debe de estar un periodo mas largo de entrenamiento ficico que el regular para a ci tener una alta capacitación de convate en cuaquier area,
miremos un soldado que es un uficial militar,el sabe el significado de que es ser soldado,es dar toda su vida en beneficio de su país,el cual lo conforma todo el estamento social,sin ir a dar un paso atrás por eso entrega su vida a cambio de nada,solo que su país este vien,mas tarde otro ara las beses de el y el creerá en el que esta asiendo las beses del soldado presente,este soldado era un vachiller pero tuvo un mayor adiestramiento,y por eso se volvió comandante y va a convate sin protesto de nada tiene el sentido patriótico mas alto que cualquier ciudadano de su país ,y donde lo a prendió ,pues en su adiestramiento,por eso es bueno que el bachiller preste su servicio y a ci sera luego un lujo de ciudadano,
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