YO DIGO SÍ A LA PAZ

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jueves, 28 de febrero de 2013

LAS COYUNTURAS POLÍTICO-MEDIÁTICAS DEL PROCESO DE PAZ



Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

Dialogar con las guerrillas no sólo despierta optimismo en sectores cansados de la guerra interna, sino animadversión y preocupación en ámbitos de poder que ven con preocupación no tanto que se hable con los subversivos, sino que ven con especial recelo los acuerdos a los que puedan llegar las partes dialogantes, en especial si en estos acuerdos se tocan intereses de una burguesía históricamente comprometida con la profundización de los factores sociales, políticos y económicos que justificaron en los sesenta el levantamiento armado en Colombia.  

Con todo y lo anterior, y convertidos los medios masivos en actores políticos y económicos interesados en mantener y apoyar el actuar régimen, a pesar de sus dificultades operativas para consolidar un Estado social de derecho y de una discutible legitimidad, el proceso de paz en La Habana avanza en medio de la creciente incertidumbre de una opinión pública que desconoce cómo van las negociaciones.

En relación con anteriores procesos de paz, la gran prensa colombiana jugó un rol importante y definitivo, en especial en lo que tiene que ver con la generación de ambientes negativos a la paz, dado que la presencia de los reporteros y el acceso a los negociadores ha facilitado la tarea de una prensa que no media para generar escenarios de encuentro, que finalmente sirvan para llegar a la superación del conflicto.


Lo que históricamente ha hecho la gran prensa, regional y bogotana especialmente,  a través de la incubación de coyunturas político-mediáticas, es  precipitar decisiones políticas de gobiernos que al dejarse presionar por la fuerza de titulares, de  imágenes  de noticieros que amplifican los ruidos y los hechos de la guerra y al obedecer a presiones de grupos de poder, han decidido darle portazos a la paz. El caso del fallido proceso de paz del gobierno de Pastrana sirve para ilustrar los errores de una prensa que magnificó hechos de guerra y generó efectos negativos que se sumaron a hechos políticos que llevaron al rompimiento de los diálogos de paz.

En esta ocasión, las partes enfrentadas acordaron dialogar y negociar, negando el acceso a la prensa, situación que de alguna manera ha blindado el proceso de paz de los afanes de un periodismo que construye noticias a partir de declaraciones de voceros y negociadores, muchas de ellas, por los dobleces del lenguaje, terminan generando problemas y estados de opinión negativos al proceso de paz. A pesar de esta circunstancia, voceros oficiales y de las Farc han coadyuvado a que la prensa haya generado ambientes enrarecidos en torno a la mesa de diálogo, apoyada en desafortunadas declaraciones y acciones de unos y otros.

El actual proceso de paz en La Habana, entre la cúpula de las Farc y el Gobierno de Santos, no ha estado al margen de sufrir coyunturas político-mediáticas creadas con el firme propósito de ponerle palos en las ruedas a los diálogos de paz.

Así, el proceso de paz en La Habana ha sufrido varias coyunturas político-mediáticas que han servido no sólo para crear un ambiente negativo y poco propicio para dialogar y buscar la superación del conflicto, sino para medir la fuerza y el talante de los voceros de las Farc y del Gobierno para mantenerse en la mesa, a pesar de las presiones recibidas de sectores sociales, políticos, militares y económicos, que usan a los medios para azuzar el rompimiento de los diálogos, del proceso de paz.

El primer rifirrafe se dio en Oslo, Noruega, durante la presentación oficial del proceso de paz. Allí, en un escenario político, mediático y mediatizado, el líder de las Farc, ‘Iván Márquez’, leyó un bien estructurado discurso económico, político, ambiental y social, que fue presentado por la gran prensa colombiana como el primer traspiés y que a la postre serviría para señalar que el país debería prepararse para unos tensionantes diálogos de paz. Por su parte, el vocero del Gobierno presentó los cinco puntos de la agenda acordada por las Farc y el Gobierno de Santos.

Instalada la mesa en Oslo, Noruega, los diálogos se trasladarían a La Habana, Cuba. Se pactó dialogar en medio de la guerra, lo que sin duda, serviría para que sectores políticos y mediáticos usarán los hechos de guerra, los magnificaran, buscando con ello torpedear los diálogos de paz.  

El nuevo incidente se produjo por la petición de las Farc de pactar un cese bilateral del fuego, dada la cercanía del mes de diciembre y su significado cultural que la cultura occidental le da a las fiestas navideñas. La sola propuesta causó revuelo político y mediático. Al final, las Farc declararon una tregua navideña, situación que fue aprovechada por los sectores más conservadores y opositores al proceso de paz para descalificar la propuesta y tratar de demostrar que las Farc incumplieron la tregua. Para ello, los medios se sirvieron de las fuentes militares y de inteligencia. Varios titulares dieron cuenta de ello.

Luego, al abordarse el primer punto de la agenda acordada, se abrió espacio para otra coyuntura política-mediática. Esta vez, por cuenta de los voceros de Fedegán, que vieron con preocupación que se cuestionaran sus intereses alrededor de la propiedad y concentración de la tierra, en especial los millones de hectáreas consagradas a la ganadería extensiva. Las diferencias se presentaron en el contexto de la discusión del tema agrario y de propiedad de la tierra, primer punto de los cinco acordados en la agenda de paz.

Posteriormente, la captura, secuestro o la privación de la libertad de dos policías, por parte de las Farc, sirvió de pretexto para invalidar el proceso de paz. Nuevamente el país entró en un ambiente de polarización en torno a los diálogos de paz. Sectores uribistas, guiados por el ex presidente Uribe Vélez, exigían el rompimiento del proceso de paz por lo que consideraban una actitud belicosa. Con la participación de Colombianos y Colombianas para la Paz y el concurso del CICR, las Farc liberaron a los dos uniformados y a un soldado.

Otra coyuntura mediática se daría por las declaraciones del Presidente Santos, en un sector de la antigua zona de distensión, en la que el Presidente señaló que estaban recuperando y devolviendo a sus propietarios las tierras que las Farc, en particular el ‘Mono Jojoy’, les habían arrebatado.

La respuesta de la cúpula de las Farc no se hizo esperar. En carta enviada al Presidente, la máxima figura de la dirigencia fariana conminó a Santos a salvar el proceso. He aquí apartes de la misiva escrita y firmada por Timoléon Jiménez:
No puede resultar indiferente para nosotros que el Presidente de la República que desde el comienzo mismo de su gobierno buscó contactarnos para dialogar de paz, argumentando que reconocía buena parte de justicia en nuestras reclamaciones, aunque no los métodos que empleábamos para hacerlas, se presente a San Vicente un 20 de febrero, rememorando el fin de los diálogos del Caguán, en una acto calificado por él mismo como doblemente simbólico, para denostar de todos los modos posibles contra las FARC y sus comandantes más queridos, sin hacer la más mínima mención al proceso de paz que se cumple con su gobierno en La Habana. ¿Es que acaso al calificar de experiencia triste y muy lamentable aquel esfuerzo frustrado de reconciliación, sintió vergüenza y horror de referirse a las actuales conversaciones?
Creíamos que Santos era sincero al manifestar que soñaba con pasar a la historia como el Presidente que consiguió la paz para Colombia. Lo mandó a decir de tantas maneras, dio tantas muestras de querer en realidad alcanzarlo, que su comportamiento y sus palabras en San Vicente del Caguán nos han dejado perplejos. Ni una sola vez mencionó la que consideró bandera fundamental de su gobierno, en cambio pudiéramos decir que pareció el vivo retrato de su paso por el Ministerio de Defensa en la administración Uribe, el viejo maestro del Pinzón de hoy. ¿Es esa la forma como se crea un ambiente propicio para el proceso y los diálogos? ¿Así es como el gobierno nacional aporta su cuota a la reconciliación, Santos?
Eso de que las FARC hemos arrebatado no sé cuántas hectáreas a no sé cuántos miles de campesinos, así como toda la cantaleta con relación a que estamos obligados a darle cara a las víctimas del conflicto, como si alguna vez hubiéramos manifestado nuestra negativa a hacerlo, podemos solucionarlo de un modo sencillo y práctico. Conformemos una comisión de alto nivel, integrada por delegados de las FARC-EP y el gobierno nacional, con participación de gremios y diversas organizaciones sociales, con los garantes que sean necesarios, para que en Colombia, en condiciones de seguridad, se encargue de visitar y verificar la situación real de los predios que se dicen arrebatados por nosotros. Y que convoque a todas las posibles víctimas para atender sus casos y precisar responsabilidades.
Pero que se convoquen también las víctimas del Estado, los desterrados por el Ejército y los grupos paramilitares. Y se aclare también lo mismo. Y cada quién responda. Podemos discutir en la Mesa de Conversaciones, con participación del país, la atención que deben merecer los informes finales. Diversas personalidades internacionales, Estados y organizaciones regionales han manifestado su apoyo al proceso de paz en Colombia. Con todos estamos sinceramente agradecidos. Por eso nos parece oportuno que el Presidente Jimmy Carter, el ALBA, UNASUR, la CELAC y los que proponga el gobierno, tomen parte en la comisión mencionada. Si bien es cierto que en la Mesa se han adelantado importantes avances de acuerdos, las actitudes oficiales que con los pretextos mencionados se repiten, amenazan con hundirlo en un pantano. Saquémoslo de ahí, ya, Santos. La tan estrecha y calculada concepción del proceso apunta a ahogarlo. Salvémoslo.
La respuesta del Presidente Santos se dio a través de los medios de comunicación, que recogieron en varios titulares la postura asumida por el mandatario, alrededor de la idea de que si no se avanzaba en los diálogos, el Gobierno[1] se podría parar de la mesa. Casi de inmediato, las Farc respondieron que ojalá ello no sucediera. La respuesta fariana fue recogida por la gran prensa colombiana en un compartido titular: “Esperamos que al Gobierno no se le ocurra patear la mesa”.

 
El proceso de paz en el diario EL TIEMPO


El seguimiento que se plasma en este documento se hizo casi de manera exclusiva sobre los titulares registrados en las primeras páginas del diario EL TIEMPO[2]. En ocasiones se citan apartes de los cuerpos noticiosos revisados.

Los titulares suelen ser certeros instrumentos con los cuales la prensa, en especial la escrita, genera coyunturales y azarosos estados de opinión, bien por el tono espectacular con el que se conciben y con el que condicionan su lectura, o por los adjetivos, el sentido y la procedencia de la opinión que da origen a ciertos títulos de primera página, llamados titulares de cita, tanto para la prensa escrita, como para los noticieros de televisión y de radio.

Se suman a los titulares, los resúmenes o bajadas, que suelen servir para ampliar lo que se señala en los títulos. Juntos, titulares y bajadas, e incluso, la primera idea del cuerpo de la noticia (el llamado lead[3]), hacen posible que el lector desprevenido de la prensa, se haga a una idea vaga de lo que pasa alrededor de unos asuntos públicos que alcanzaron el estatus de noticia.

Editorial y políticamente los titulares, las bajadas y el lead tienen significativo valor en la medida en que con ellos la prensa no sólo entrega hechos, datos y percepciones, sino que ambienta una situación, haciendo que esta se quede en los lectores el tiempo suficiente para hacerse a unas representaciones y a percepciones negativas o positivas, en torno al hecho registrado. Para muchas audiencias puede ser suficiente con leer y escuchar un titular, lo que valida a diario tanto la estructura de presentación y de edición de los hechos noticiosos, como el sentido periodístico dado a titulares y a los resúmenes.

Para el caso del proceso de paz que se adelanta en La Habana, entre el Gobierno de Santos y la cúpula de las Farc, a continuación se expone un breve seguimiento y el registro únicamente de titulares de primera página, editados por el diario EL TIEMPO, antes de que trascendiera a los medios los acercamientos de paz entre el Gobierno de Santos y la cúpula de las Farc, así como de aquellos que dieron cuenta del inicio de los diálogos y de la dinámica alcanzada por el proceso de negociación echado a andar por las partes.

Hacia marzo[4] de 2012, meses antes de conocerse los acercamientos entre el Gobierno de Santos y los dirigentes de las Farc, con el concurso de varios países que servirían como garantes, algunos titulares instaban a las partes sobre la necesidad de buscar una salida negociada al conflicto, mientras que otros insistían en el carácter guerrerista y terrorista de las Farc.

‘Hay que ir hacia una tregua con las Farc’: Piedad Córdoba[5] (sic), titular de primera página, que daba vida a la entrevista que le haría Yamid Amat, a la reconocida ex senadora liberal.

Días después, el 06 de marzo de 2012, aparece el titular Intelectuales, dispuestos a apoyar búsqueda de paz[6] (sic). El 18 de marzo EL TIEMPO titula Las Farc condiciona entrega de secuestrados[7] (sic).

Luego, el 27 de marzo se lee en la primera página de EL TIEMPO Segundo gran golpe a las Farc en los últimos seis días[8] (sic); en ese mismo sentido se editan dos titulares de primera, a saber: uno de ellos, el 29 de marzo, 6 jefes de frentes de Farc, entre muertos de bombardeo[9] (sic) y el otro, del 31 de marzo, Gobierno busca más tecnología contra las Farc (sic).

Para el mes de abril, se lee el titular en la tapa de EL TIEMPO, Guerrilla debe estar en debate marco jurídico para la paz (sic).

Estos pocos ejemplos sirven para señalar que EL TIEMPO valida y legitima la acción armada de las fuerzas estatales, en especial aquellos esfuerzos económicos y militares para producir más muertos en las filas farianas, a través del uso de una mejor tecnología de guerra, en especial aquella asociada a las posibilidades de bombardear campamentos de las Farc, por parte de las fuerzas militares.

Titulares como estos sirven para ocultar lo que sin duda es una lucha desigual entre dos ejércitos, y quizás el uso desmedido de la fuerza, por parte de las fuerzas armadas del Estado colombiano, pues mientras que las Farc apelan a armas no convencionales (‘tatucos’[10] y ataques con explosivos-carros bomba- y minas antipersona), las fuerzas militares usan material bélico de gran potencia (aviones cargados con bombas) con los que se logró, entre otros triunfos militares, la muerte de alias ‘Alfonso Cano’, de alias ‘Raúl Reyes’[11] y del alias ‘Mono Jojoy’ y la eliminación de otros cuantos jefes de frentes en operaciones aéreas de gran precisión e impacto, tanto en las filas guerrilleras, como en los entonos ambientales bombardeados.

A finales del mes de agosto de 2012, el país y el mundo conocen de los acercamientos y de la posterior instalación de la mesa de diálogo entre la cúpula de las Farc y el Gobierno de Juan Manuel Santos Calderón.

Entre tanto y mientras la gran prensa bogotana registraba el trascendental hecho político y trataba de esculcar los pormenores de los encuentros secretos que precedieron al anuncio público de que habría un proceso de paz entre las partes, los titulares en EL TIEMPO registraban hechos de la guerra interna colombiana.

Arremetida de Farc en tres departamentos (sic), es el titular que acompaña a una foto noticia, en la parte media de la primera página, de la edición del 11 de agosto de 2012. El adjetivo usado en el titular tiene una fuerte carga semántica con la que se logra hacer énfasis en el carácter fiero de las Farc, por tratarse de una acción considerada como una agresión no esperada, o un asalto que turba la tranquilidad en especial de la población civil.

Para el 23 de agosto, aparece el titular Partidos, con Santos en eventual proceso de paz (sic). Es posible que se hayan dado filtraciones que el diario bogotano aprovechó[12] para informar alrededor de lo que para la fecha tan sólo era una posibilidad.  El 26 de agosto, se registra una nota bajo el título Treinta años de contactos secretos con la guerrilla (sic). La bajada o sumario dice: “Desde Betancur, todos los jefes de Estado han buscado diálogos de paz”.

En las ediciones del 25 y del 26 aparecen otros titulares: Los empresarios apoyan la búsqueda de la paz (sic), 74% apoyaría un diálogo con las Farc (sic); Atribuyen a Farc bomba que mató a seis civiles (sic). En las ediciones del 27 y 28 de agosto se editaron los siguientes titulares: ‘Cualquier proceso debe llevar al fin del Conflicto (sic), Santos confirma los acercamientos con las Farc y le abre la puerta al ELN (sic) y EE:UU y Europa dan espaldarazo a acercamientos con guerrilla (sic).

El 30 de agosto se leen dos titulares en primera página: La ONU apoya el nuevo intento de paz (sic) y 60% de los colombianos quiere la paz negociada (sic).

Hasta este momento, las expectativas sociales crecían a un ritmo lento y cauteloso, que contrastaban quizás con el gran ambiente de confianza que se logró inocular en amplios sectores sociales en el gobierno de Pastrana, que de manera abierta acogió la paz como el principal propósito de su agenda de gobierno. Para el caso del gobierno de Santos, las diferencias hacían fácil la construcción de ambientes moderados en torno a los diálogos de paz, dado que el presidente Santos no circunscribió el proceso de paz a su agenda de Gobierno, es más, ha mantenido distancia del mismo, en la medida en que él directamente no ha asumido las negociaciones.

Para la edición del 02 de septiembre de 2012, se lee el titular: Así se llegó al diálogo con las Farc (sic). Para la edición del 05 de septiembre, en la página 1-2, se edita el titular Arranca el proceso de paz (sic) y Santos escoge equipo de peso para negociación con las Farc (sic).

Cuando se alude a que el Gobierno escoge equipo de peso, de inmediato se expone una idea de que los negociadores del Gobierno deben tener un talante especial para enfrentar y contrarrestar con firmeza las pretensiones que las Farc puedan llevar a la mesa de diálogo. Es decir, deben ser negociadores formados, pero sobre todo, deben exhibir un recio carácter para dialogar con los negociadores nombrados por las Farc, sobre quienes se da por sentado que exhiben no sólo capacidad, sino una peligrosa retórica que bien tiene que contrarrestarse con argumentos o con recias posturas legitimadas ruidosamente por la gran prensa.

El 07 de septiembre de 2012 aparece el titular ‘Cese del fuego sólo al final’: Santos (sic). Con esa condición, el Gobierno envía un mensaje de tranquilidad para las fuerzas armadas y para sectores políticos que se oponen a que el Estado renuncie, así sea de forma momentánea- y en nombre de la paz-, a la tarea de someter por la fuerza a quienes desafían el orden social establecido.

Suele la prensa apelar a titulares de cita para asegurar mayor impacto del hecho noticioso, legitimar la institución, el cargo o el rol que representa el vocero o la fuente responsable de la opinión. En esa dirección, los titulares de cita bien pueden servir para generar un ambiente positivo al proceso de paz o por el contrario, para torpedear y crear ambientes hostiles desde específicos sectores de poder social, político, jurídico y económico.

El 09 de septiembre se edita el titular ‘La paz está por encima de todo’: Corte (sic). El pronunciamiento viene del Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Por venir del sector judicial, el pronunciamiento no tuvo mator eco en la opinión pública y en los sectores de poder político.

Para la edición del 17 de septiembre de 2012, EL TIEMPO edita una nota, bajo el título Fiscalía, tras fortuna de Farc en el exterior (sic). Este tipo de titulares pueden servir a los propósitos de aquellos sectores interesados en que el proceso de paz no avance. Si bien se trata de legítima acción política y judicial de una entidad estatal, la decisión  editorial de registrar en primera página el hecho noticioso genera dudas en torno al tipo de consenso que el diario buscaba generar y que sin duda requiere un proceso de negociación complejo y delicado como el que ya se visualizaba en La Habana.

En las ediciones del 18 y 19 de septiembre no se registraron en primera página hechos relacionados con el conflicto armado y el eventual inicio del proceso de paz.

Para el 20 de septiembre, en el extremo medio izquierdo de la tapa del diario EL TIEMPO, aparece una nota, bajo el titular Desmienten versión de José Obdulio Gaviria[13] (sic).

En las ediciones del 20 y del 21 de septiembre no se registraron hechos relacionados con los temas de la paz y del conflicto en la primera página de EL TIEMPO.

Para el 22 de septiembre de 2012 edita una fotografía a color, en la que aparecen el director del diario EL TIEMPO Roberto Pombo y el cantante colombiano, ‘Juanes’. La foto lleva el siguiente titular: Es tiempo de  la reconciliación (sic). Si bien en la nota no se alude al proceso de paz, se destaca el posicionamiento del tema de la paz, a partir de las preocupaciones de figuras públicas.

Para la edición del domingo 23 de septiembre en una inusual página principal, EL TIEMPO publica una serie de símbolos asociados al uso de armas y siluetas propias de ejercicios de tiro al blanco. El mensaje del titular es claro y contundente: Nadie gana (sic). En la página interior, Primer Plano, nuevamente aparece la imagen del cantante ‘Juanes’, acompañada del titular Nuestra apuesta: la paz de Colombia (sic).

Para el 24 de septiembre aparece el titular en el extremo superior izquierdo, Santos presenta diálogos con Farc en la ONU (sic). La necesidad de legitimar el proceso ante instancias internacionales y lograr consensos por fuera del territorio nacional fue una apuesta del Gobierno de Santos que recibió el apoyo de la prensa, en este caso, de EL TIEMPO.

En esa misma edición del 24 de septiembre, en el centro de la portada, aparece una nota en la que se destaca la entrevista de Román Ortiz con María Isabel Rueda, titulada así: La guerrilla sabe que este es el último tren (sic). Opiniones como estas sólo sirven para ponerle límites a las negociaciones, al invocar momentos y circunstancias históricas únicas para dialogar y hablar de paz, como si en otros momentos, en anteriores procesos de paz, no se hubiera pensado que ellas eran -y fueron también- oportunidades únicas para alcanzar el anhelado fin de la guerra interna.

En las ediciones del 25 y 26 de septiembre no se registran titulares alusivos al inicio de un  proceso de paz o a la guerra interna.

En EL TIEMPO del 27 de septiembre de 2012 aparece el titular  Santos pide a la ONU revisar lucha antidrogas (sic). Las portadas del diario bogotano, de las ediciones 28, 29 y 30 de septiembre no registran hechos alusivos al proceso de paz o a la guerra interna.

Para el mes de octubre de de 2012 se registran varios titulares. Entre ellos, el de la edición del 01 de octubre que dice: Primeras demandas de tierras contra las Farc (sic). En la bajada o sumario se lee lo siguiente: “El Gobierno calcula que esa guerrilla se apropió de 700 mil hectáreas”. Este titular sería el preámbulo de lo que sería un motivo para enrarecer el proceso paz, cuando a mediados de febrero de 2013, el Presidente Santos devolvió tierras que supuestamente el ‘Mono Jojoy’ arrebató a campesinos en la antigua zona de distensión.


En la misma tapa del 01 de octubre se registra el titular de cita “No extraditar guerrilleros puede ser un compromiso” (sic). La sugerencia la hace el ex presidente César Gaviria Trujillo, en entrevista con María Isabel Rueda. Otra opinión que no tuvo mayor eco, a pesar del reconocimiento social y político que aún acompañe al ex presidente.

Los titulares de cita suelen servir a los propósitos del responsable de la nota, en este caso, de la controvertida periodista que entrevista al ex mandatario. La elección de la frase no sólo se soporta en el interés periodístico de llamar la atención de los lectores, sino que puede darse en la idea de buscar reacciones, positivas o negativas, en las audiencias.

Para el caso que nos ocupa, y a juzgar por el talante ideológico de la periodista María Isabel Rueda, queda más o menos claro que el titular de opinión iba dirigido, especialmente, a los sectores que se oponen al proceso de paz y en general, a los sectores de derecha que acompañan la labor periodística de la reconocida entrevistadora. Sectores de opinión que no ven con buenos ojos con guerrilleros desmovilizados hagan política y muchos menos, que ante llamados de la justicia norteamericana, se obligue a todos los mandatarios a no extraditar hacia los Estados Unidos a los jefes de las Farc. 

El 02 de octubre la primera página de EL TIEMPO  se dedica a la salud del Presidente. Se alude a la operación de la próstata a la que sería sometido Santos Calderón.

El 03 de octubre de 2012 se lee Roy Chaderton, delegado en los diálogos de paz (sic). Un día después, el titulo de principal de primera página sería Presidente se recupera con éxito de su operación (sic).

El 05 de octubre el titular señala que En 12 días arrancan diálogos con las Farc (sic). En la bajada o sumario se lee que Noruega, garante y anfitrión, oficializa la fecha. Negociadores de la guerrilla ya pueden ingresar a Europa. El peso visual en esta edición se lo lleva la imagen de Santos asomado por la ventana de la habitación de la clínica en donde fue intervenido de cáncer de próstata, acompañada dicha imagen con la frase Todo salió muy bien (sic).

El 06 de octubre no hubo titulares alusivos al tema de la paz, de la guerra y de los de diálogos de paz. Entre tanto, para la edición del 07 de octubre, se registra otro titular de cita, esta vez atribuida la frase al ex presidente Samper Pizano: ‘Se puede humanizar el conflicto mientras llega la paz’: Samper (sic). La nota aparece en el extremo inferior derecho de la página principal o tapa del diario EL TIEMPO.

El 08 de octubre la página principal de EL TIEMPO se tiñó de color rojo por el triunfo político de Chávez, quien resultó reelegido como Presidente de Venezuela.

El 09 de octubre, en el extremo inferior derecho, el titular es el siguiente: Negociadores de Farc, sin órdenes de captura (sic).  En las ediciones del 10, 11, 12 y 13 de octubre no se registraron titulares alusivos al tema de este seguimiento.

El 14 de octubre el titular de primera página, dice así: El país, con los ojos en la paz (sic). En la bajada se lee que “esta semana, en Oslo empezará un nuevo intento para tratar de alcanzar un acuerdo que ponga fin al conflicto armado en Colombia”.

El 15 de octubre de 2012, en el extremo superior derecho de la tapa del diario EL TIEMPO se edita el titular Victimarios piden hacer parte de los diálogos (sic). El titular aparece acompañado de la imagen a color de una señora que sostiene un cartel con la foto de un familiar desaparecido. El asunto de la reparación a las víctimas quedó incluido como uno de los puntos de la Agenda de negociación pactada.

En la edición del 16 de octubre aparece el titular Oslo está lista para recibir a los negociadores (sic). En la bajada o sumario se dice que “pese a retrasos, Noruega ratificó que mañana habrá reunión con la prensa”. El titular aparece en el extremo superior izquierdo. En la misma edición del 16 de octubre se puede leer el título de la nota editorial que los lectores pueden encontrar en las páginas internas. La nota de aviso está en el extremo inferior derecho de la primera página. El titular del editorial es: Oslo, primera etapa (sic).

En el editorial se lee:

Comienza esta semana en Oslo (Noruega) el cuarto intento para que cese la confrontación entre las Farc y el Estado colombiano. Como en Casa Verde, Caracas y Tlaxcala y San Vicente del Caguán, nuevamente el país ve asomarse con optimismo la posibilidad de que esta sea la última generación en padecer un conflicto que le cuesta al país unos cinco billones de pesos al año, cifra irrelevante si se pone al lado de las miles de vidas humanas perdidas, las heridas irreparables en el tejido social de las comunidades afectadas, los odios enraizados que padres heredan a sus hijos y los daños irreversibles en el ambiente…

Sin duda, este nuevo episodio reúne características que lo hacen harto diferente de los anteriores y que, bien encauzadas, deben ser los factores que conduzcan al silenciamiento de los fusiles. La principal de ellas es la inobjetable ventaja que ha ganado el Estado en la confrontación, que hoy tiene a las Farc diezmadas y con mucho menos oxígeno político que del que disponían en décadas anteriores, al engrosar, por ejemplo, la lista de organizaciones terroristas tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea.

Las reglas de juego acordadas para estos diálogos también marcan distancia de las experiencias anteriores. Arrancar con una agenda de temas definida y unos acuerdos sobre la forma como se desarrollarán las conversaciones alimenta el optimismo, tanto como lo adelantado ya por el Gobierno por medio de la ley de víctimas y restitución y el marco para la paz.

Por el lado de la contraparte hay que mencionar gestos tal vez insuficientes, pero no por esto menospreciables, como la liberación unilateral de los llamados secuestrados "canjeables". A todo ello hay que sumarle la arquitectura del proceso, que cuenta con tiempos, protocolos y roles bien definidos, en particular en lo que concierne a los países que servirán de garantes y acompañantes. Aquí sobresale el ingrediente realista de la hoja de ruta. Las partes saben que la tarea que tienen por delante es llegar a consensos que permitan poner término al conflicto, una meta situada apenas en la mitad del recorrido.

Luego vendrá una fase que puede ser más crítica que las anteriores y es la de la implementación de los acuerdos. La opinión debe saber que la paz no brota por arte de magia una vez estampadas las firmas. Esta hay que construirla en un esfuerzo que puede ser más arduo que el de acordar el fin de la confrontación armada. Quienes no participan en las mesas deben saber dimensionar la trascendencia, pero, sobre todo, la fragilidad de lo que está en juego, más cuando estas tendrán lugar en medio de los combates.

En forma acertada, se ha optado por un escenario blindado contra la coyuntura -en las antípodas de lo que ocurrió en el Caguán-, un compromiso que deberá renovarse a diario. Evitar que las balas, pero también las palabras, minen la construcción de confianza, distraigan de los objetivos ya pactados, debe ser un propósito común. Del hermetismo, incómodo y comprensible fuente de impaciencias, depende en buena medida el éxito de la negociación. Hay que optar por el camino de la cautela, preferible a los optimismos sin polo a tierra o los escepticismos obstinados, ambos igual de nocivos[14].

Moderación que, no obstante, debe estar enmarcada en una apertura razonable de los equipos negociadores tanto a los aportes como a las críticas que lleguen con el ánimo de contribuir al proceso. El camino es empinado, pero esta bien puede ser la última oportunidad para soltar un lastre que ha golpeado al país y ha frenado el avance hacia la prosperidad y hacia una mejor calidad de vida para los colombianos. La dimensión de lo que está en juego obliga a estar a la altura de las circunstancias”.

En la edición del 17 de octubre, en el extremo superior izquierdo aparece en portada una foto a todo color del equipo negociador del Gobierno de Santos, acompañada dicha imagen del siguiente titular: Negociadores viajan con la esperanza de buenas noticias (sic). En el sumario se lee: “Delegaciones tendrían  hoy su primera reunión en Oslo ates de rueda de prensa”.  

Entre tanto, el 18 de octubre se registra el titular Hoy instalan en Oslo los diálogos para buscar la paz (sic). En el sumario se señala que “Gobierno y Farc se reunieron ayer. Expectativa por rueda de prensa”.

En la edición del 19 de octubre el titular de primera página dice: Duro cara a cara en el arranque (sic). El titular aparece acompañado de una fotografía, a color, de la mesa en Oslo, en la que aparecen los delegados del Gobierno y los de las Farc. La foto y el titular se editaron a seis columnas, lo que indica la búsqueda de un mayor impacto visual en los lectores. En la bajada se lee que “mientras el discurso del Gobierno se apegó a la agenda, el de las Farc se enfocó en su crítica al Estado”.

Para el 20 de octubre se edita el titular ‘Sabemos hasta dónde ceder con las Farc’ (sic). En la bajada se lee: “Santos habla tras discursos en Oslo”. La nota se ubica en el extremo superior izquierdo. Hay en la frase un tufillo de prepotencia de quienes hoy ostentan el poder. Se minimiza la negociación cuando se usa el verbo ceder, que si bien tiene como sinónimo consentir, denota elementos propios de quien da algo, cede en algo, bien por presiones, pesar o por el simple deseo de hacerlo.

EL TIEMPO del 21 de octubre, en el extremo superior izquierdo, el titular dice: Paz: hora de discutir los temas de fondo (sic). En la bajada se lee lo siguiente: “En Noruega, Gobierno  y Farc hicieron públicos sus profundas diferencias[15]”.

Venticuatro horas después, en la misma tapa de EL TIEMPO, en la mitad de la página, se edita un esperado titular, como respuesta del ex vicepresidente Francisco Santos, primo del Presidente, cuyo nombre mencionara en su discurso, el comandante guerrillero, ‘Iván Márquez’, a raíz de la llegada a los Llanos Orientales de ‘nuevos’ llaneros. El título es contundente: Francisco Santos responde a señalamiento de las Farc (sic). 

En la nota que exhibe la entrevista que María Isabel Rueda le hiciera a Francisco Santos, se lee: “El ex vicepresidente Francisco Santos dice que el emprendimiento por el cual fue señalado públicamente por ‘número dos’ de las Farc, ‘Iván Márquez’, es un proyecto productivo cauchero de 150 hectáreas, que genera empleo y en el que él es sólo un socio más y acusa a las Farc de tener un discurso    ‘retardatario’ en términos económicos”.

EL TIEMPO del 23 de octubre de 2012 trae el siguiente titular de primera página: Suspensión de capturas a Farc sólo cubre Cuba y Noruega (sic). En el sumario se señala lo siguiente: “Fiscalía les da movilidad restringida a los negociadores de la guerrilla”. La nota aparece en el extremo superior derecho de la tapa de EL TIEMPO. Se trata de una nota que amplía una información y un hecho jurídico ya dados, y que sólo sirve para afianzar la idea de que se está negociando con agentes fuera de la ley, que son buscados por la justicia.

En las ediciones del 25 y 26 de octubre no se registró en portada información o hecho alguno relacionado con los diálogos de paz. En su orden, los temas con los que EL TIEMPO abrió portada fueron: la reforma tributaria de trámite en el Congreso y el anunciado respaldo de los industriales a la misma reforma. Igualmente, en la edición del 27 EL TIEMPO no publicó nota alguna sobre las conversaciones de paz.

El 28 de octubre, por el contrario, en el extremo superior izquierdo aparece el titular Nueve mil decisiones contra Farc por robo de tierras (sic). En la bajada se puede leer lo siguiente: “El tema será puesto por el Gobierno en la mesa de negociación en Cuba”.

La U’ apoya a Santos en proceso de paz con las Farc (sic) es el titular de primera plana para la edición del 29 de octubre. En la bajada de la nota periodística se lee que “el respaldo fue hecho público ayer por el presidente de esa colectividad”. Estamos ante una evidencia del apoyo político brindado por el partido del Presidente, sin que ello sirva para indicar el pobre papel político que ha jugado el Congreso en esta coyuntura de paz, en la perspectiva de que no ha jugado un papel preponderando en aras de buscar consensos nacionales en torno al proceso de paz. Los ejercicios democráticos consistentes en escuchar a la gente y a particulares agentes de la sociedad civil en mesas locales y regionales, con el fin de llevar estas iniciativas a la mesa en La Habana, han sido una tibia iniciativa de algunos congresistas.

En la mitad de la primera página de EL TIEMPO, del día 30 de octubre, aparece una foto noticia, con el titular Aplauso por la paz (sic). En el pie de foto se lee: “Niños de 400 colegios del país se unieron a la jornada ‘Que suene la paz’”.

En el extremo inferior derecho de esa primera página se editó el titular que da vida a una entrevista con el presidente del Partido de la U: No cabe duda de respaldo de ‘la U’ a diálogos: Olano (sic).

Finaliza el mes de octubre el diario EL TIEMPO con una nota ubicada en la mitad hacia abajo de la tapa. El título es el siguiente: El 58 por ciento de los colombianos tiene una imagen favorable de Santos (sic). 
En el sumario se leen apartes de lo hallado en la encuesta: “En relación con los diálogos con las Farc, mientras el 72 por ciento los aprueba, apenas el 39 por ciento cree que se llegará a un acuerdo y el 57% es pesimista respecto a que estos le pongan fin al conflicto. La nota se editó a cuatro columnas. En la misma tapa de la edición del 31 de octubre, en el extremo inferior derecho, aparece el título Histórico jefe de  Farc pide perdón (sic).

El 01 de noviembre de 2012 se edita una imagen en la que aparece el guerrillero ‘Martín Sombra’. El titular que acompaña a la fotografía es el siguiente: Paz. El arrepentimiento de ‘Sombra’, carcelero de las Farc (sic).


Las ediciones de los días 02, 03, 04 y 05 de noviembre no se registraron hechos relacionados con el conflicto y los diálogos de paz.

Para la edición del 06 de noviembre aparece el titular El Gobierno y las Farc se reúnen hoy en La Habana (sic). En el sumario se lee: “El encuentro es preparatorio del inicio formal de los diálogos, que será el 15. La guerrillera Tanja llegó ayer a Cuba”. La nota se ubicó en el extremo superior derecho de la página principal.

En la misma edición del 06 de noviembre, en la zona media de la página (lado derecho) se lee el titular No cuadran las cifras de falsos positivos (sic). Este tipo de informaciones son minimizadas por EL TIEMPO, quizás por tratarse de un hecho que remite a un gobierno en particular, al que el diario bogotano apoyó en sus dos administraciones, en especial con la primera.

Las ediciones de EL TIEMPO, de los días 07, 08, 09 y 10, no registran hechos del conflicto y de la paz en sus primeras páginas.

Por el contrario, la edición del 11 de noviembre, en el extremo inferior izquierdo, se lee el título Hora cero para el inicio de los diálogos de paz con las Farc en Cuba (sic).

La edición de EL TIEMPO del 12 de noviembre no registra hechos en torno a los temas señalados líneas atrás.

Entre tanto, EL TIEMPO del 13 de noviembre registra en su primera página el titular de cita, ‘Las Farc perdieron el sentido de la realidad’ (sic). La frase la expresó a la periodista María Isabel Rueda el arzobispo de Bogotá, Rubén Salazar. Este titular  y la entrevista aparecen en el centro inferior de la página principal.  Nuevamente estamos ante un señalamiento moralizante de un agente de la Iglesia que conlleva a revivir adjetivos cargados ideológicamente como aquel con el se viene rotulando a las Farc como un anacronismo. Este tipo de categorías sirven terminan desconociendo la apertura liberal que esta cúpula de las Farc evidencia en este diferenciado proceso de paz.  

Para la edición del 14 de noviembre, el extremo superior derecho se ocupó en parte con el titular Gobierno y Farc acuerdan rondas de 15 días en Cuba (sic). En la bajada se lee que “plataforma tecnológica causa del aplazamiento de inicio de mesas de negociación”.

Para la edición del 15 de noviembre no se registró en primera página hecho alguno relacionado con los temas propuestos en este seguimiento.


Para la edición del 16 de noviembre de 2012, en el extremo superior izquierdo aparece el titular CPI aconseja priorización en los casos del conflicto (sic). Y en el extremo inferior derecho, de la misma edición, aparece el titular Gobierno rechaza tregua navideña de las Farc (sic). El titular está ubicado en el extremo inferior derecho.

Para la edición del 17 de, el titular en el extremo superior izquierdo dice: CIDH [16], contra proyecto del fuero militar (sic). En la edición del 18 de noviembre de 2012 no se registró titular alguno referente al proceso de paz o al conflicto armado interno. El hecho noticioso con el que se abrió la portada de EL TIEMPO se dedicó al fallo de la Corte de la Haya en relación con los límites marítimos entre Colombia y Nicaragua.

EL TIEMPO del 19 de noviembre, en el extremo superior izquierdo de la tapa o primera página, abre con el siguiente titular: ‘Vamos tras acuerdos prácticos y posibles’ (sic). En el texto noticioso se lee que el “jefe negociador del Gobierno pide a las Farc que confirmen que es el momento de las ideas…”

En la primera página de EL TIEMPO del 20 de noviembre el titular Farc inician negociación con anuncio de tregua unilateral (sic). El antetítulo señala lo siguiente: “Ministro de Defensa dice que seguirán operaciones”. La atención de la tapa de la edición del 20 se concentraba en el anunciado rechazo de Santos al fallo de la  Corte de la Haya (titular a seis columnas). Nuevamente, la prensa registra y ayuda a la entronización social, la polarización que genera el tema del cese del fuego. Mientras que por el lado de las Farc se insiste en callar los fusiles por un tiempo, el ministro de la Defensa exhibe una férrea convicción de sus dirigidos en torno a la inconveniencia de pactar un cese de hostilidades.

El día 21 de noviembre EL TIEMPO edita la foto portada con la imagen de los negociadores de Farc y del Gobierno, sentados en la mesa de diálogo instalada en La Habana, Cuba.

En la edición del 22 de noviembre no se registró titular alguno, relacionado con la paz o con el conflicto interno. Por el contrario, para la edición del 23 aparece la foto portada, en el extremo superior derecho, con el antetítulo Farc y con el titular, Liberación de chinos agita debate sobre secuestrados (sic). En la edición del 24 de noviembre no se registró titular alguno relacionado con los temas de este seguimiento. La responsabilidad de los secuestrados no fue asumida por la cúpula de las Farc, hecho que se suma a la confusión en torno a quién retuvo y liberó a los ciudadanos chinos. De otro lado, EL TIEMPO y en general la prensa, no hace distinción jurídica, política e ideológica cuando apela al universal secuestrados. Para el caso de los dos ciudadanos efectivamente se trata de un secuestro, al parecer extorsivo; por el contrario, cuando se priva de la libertad a soldados y policías, en combate o fuere de él, resulta inconveniente e impreciso hablar de secuestrados. 

EL TIEMPO del 25 de noviembre aparece una nota bajo el titular Así fue la primera semana de diálogo (sic). En la bajada se lee: ”El gobierno aceptó la presencia de periodistas a la entrada del Palacio de Convenciones de La Habana y las Farc respetarán la agenda”.

Para el día 26, EL TIEMPO titula en primera página, Gobierno y Farc le abren espacio a la sociedad civil (sic). En el texto noticioso se lee: “Las partes acordaron realizar un foro para recoger ideas en el tema de tierras”. La nota está ubicada en el centro de la página principal. Con la participación de una fragmentada sociedad civil, se buscaba generar un mayor consenso del proceso. Lo cierto es que los diálogos en La Habana no han servido para que la Academia en general acoja el tema, para debatirlo públicamente.

En el extremo inferior derecho el titular dice: ‘Es la hora de la unidad nacional en los grandes temas’ (sic), opinión que fue emitida por el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón. Entre los que nombra el ladino ministro, está por supuesto el de la paz.

En la tapa del 27 de noviembre, en el extremo inferior izquierdo se anuncia el tema del editorial de esa edición de EL TIEMPO, bajo el título Se abre la mesa de La Habana (sic). En el texto del editorial se dice que “el acuerdo para la participación de la sociedad civil en la discusión del primer punto de la agenda, que debe tener reglas claras y amplia participación, es un importante avance”.

La edición del 28 de noviembre no registra hecho alguno relacionado con los temas de la paz o de la guerra. La primera página de EL TIEMPO abrió con la reelección del Procurador Alejandro Ordóñez.

La edición del 29 de noviembre registra el titular Sacan a 6 víctimas falsas de Mapiripán (sic). En EL TIEMPO del 30 de noviembre, en el extremo inferior derecho se editó el siguiente antetítulo y título: Gobierno y Farc. Urgen apoyo al proceso de paz (sic). La falta de consenso nacional, político y social alrededor del proceso de paz ya se sentía entre los negociadores y voceros de los dos bandos enfrentados.

Para el mes de diciembre, EL TIEMPO no registra nota alguna relacionada con los temas de los diálogos y la dinámica de la guerra interna, en las ediciones de los días 01 y 02.

Para el 03 de diciembre en EL TIEMPO, el titular de primera página es: Noviembre del 2013, fecha límite para los diálogos de paz: Santos (sic). El lead de la noticia dice: El presidente Juan Manuel Santos dijo ayer que los diálogos de paz con las Farc deberán concluir, a <> en noviembre de 2013. El titular se ubica en el extremo superior derecho. De otra parte, y en la misma edición del 03 de noviembre se editó el titular Colombia busca salir de ‘lista negra’ de CIDH (sic), en el extremo inferior derecho.

El periódico del 04 de diciembre, en el extremo superior izquierdo, titula ‘No hay riesgo de impunidad alguna con el fuero militar (sic). En la bajada se lee: “Mindefensa refuta reservas de defensores de DDHH sobre reforma”. La nota aparece en el extremo superior izquierdo. Estamos ante un titular con el que de manera abierta EL TIEMPO confirma lo que ha sido tradición en sus páginas: apoyar el régimen de poder, en especial, apoyar a las Fuerzas Armadas. 

Por el contrario, en el extremo inferior derecho el titular dice: Contradicción sobre secuestros (sic), con el antetítulo Farc. En la bajada se lee: “Rectificación a ‘Sandra’ sobre plagiados evidencia diferencias en el grupo”. Este elemento confirma no sólo la intención de la prensa de mostrar incoherencias en las filas farianas, sino que sirve para dudar, cada vez más, sobre el carácter monolítico de la organización armada ilegal.

En la edición del 05 de diciembre, en el centro inferior aparece el titular CIDH se va lanza en ristre contra el fuero militar (sic). El editorial, intitulado Contra viento y marea (sic), evidencia el apoyo político del diario bogotano a la ampliación del fuero militar planteada en el Congreso. La ubicación del titular confirma la intención de EL TIEMPO de minimizar un hecho que claramente afecta la institucionalidad militar en Colombia, defendida históricamente por amplios sectores sociales y políticos, incluyendo a agentes de la sociedad civil como EL TIEMPO.

EL TIEMPO del 06 de diciembre, en el extremo superior izquierdo, con el antetítulo Restitución, editó el siguiente titular: Primer golpe al despojo de las Farc (sic). Nuevamente estamos ante un titular cargado de una intencionalidad negativa en torno al proceso de paz. Difícil pensar que en esa misma posición, el mismo diario bogotano señale que actores de la sociedad civil, aliados con paramilitares, despojaron millones de hectáreas de tierra a campesinos.

En la edición del 07 de diciembre, en el centro-derecho de la página principal se lee el siguiente titular: Santos insiste en debate sobre la lucha antidrogas (sic). Idea estéril, a juzgar por el poco debate que genera en la sociedad colombiana.

Para la edición del 08, en el extremo superior izquierdo de la tapa de EL TIEMPO se lee: Colombia sale de la ‘lista negra’ de DDHH (sic). Nuevamente el diario bogotano celebra con sus lectores un hecho jurídico y político que si bien no borra las actuaciones del Estado comprometidas con la violación de los derechos humanos, si sirve para ‘lavar’, de manera pasajera, la imagen del Estado, pero en particular la de las fuerzas armadas.

En la parte central inferior derecha de la página principal de EL TIEMPO se lee el siguiente titular. ‘Seguridad jurídica de los miembros de las FF.AA. es la seguridad del país entero’ (sic). La frase es de Juan Carlos Pinzón, ministro de defensa, entregada al periodista Yamid Amat. Nuevamente se da espacio al ministro de Defensa quien de manera hábil extiende la seguridad jurídica de los hombres en armas, ampliada ya en el fuero militar, hacia los millones de colombianos, que según el jefe de la cartera de defensa, se benefician de esa especial circunstancia jurídica.

EL TIEMPO del 10 de diciembre, con el antetítulo Conflicto, trae el siguiente titular: Ejército acusa a las Farc de violar tregua (sic). En esta ocasión EL TIEMPO cumple la labor de simple estafeta, que necesita entregar un mensaje. La gran prensa buscó afanosamente que las fuentes militares mostraran que las Farc mintieron con el cese del fuego unilateral. En el país de los falsos positivos, es fácil pensar en que hubo fuerzas oscuras para tratar de tergiversar hechos de guerra provocados directamente, bien por las fuerzas armadas legales que buscaron golpear a las Farc o por otros grupos de que operan con o sin la connivencia de la fuerza pública.

En el extremo inferior derecho de la edición del 11 de diciembre, EL TIEMPO titula: Despojo de tierras ya restituidas (sic). En el texto noticioso se lee que “ganaderos habrían obligado a campesinos a vender tierras de Ayapel”.

En el centro superior de la primera página de la edición del 12 de diciembre, EL TIEMPO titula Aprueban reforma que fortalece el fuero militar (sic).

El 13 de diciembre, EL TIEMPO dedica, nuevamente, el editorial al tema del fuero militar. El editorial se titula Las tareas del nuevo fuero (sic). La edición del 14 de diciembre no registra hecho o nota relacionada con los temas de este seguimiento. Ocasión esta que sirve para constatar el papel del diario EL TIEMPO, proclive a salvaguardar y defender la imagen de las fuerzas armadas.

En el extremo superior izquierdo, a una columna, aparece el titular Santoyo pagará más cárcel que varios capos (sic). La edición corresponde a la del 15 de diciembre.

En la parte centro-izquierda de la tapa de EL TIEMPO, edición del 16 de diciembre, aparece el titular Así será el diálogo entre campesinos y empresarios (sic). En la misma edición, en el centro-derecho, aparece el titular ‘A militares les aplican presunción de culpa’ (sic).

EL TIEMPO del 17 de diciembre de 2012, con el antetítulo Conflicto, se editó el titular Fedegán no irá al foro de tierras del proceso de paz (sic).

EL TIEMPO, en su edición del 18 de diciembre, edita en el extremo superior izquierdo el titular Ministro espera que Fedegán recapacite (sic). Se refiere al ministro del Interior, Fernando Carrillo. Este hecho político y noticioso es manejado con cautela por EL TIEMPO en la medida en que se apoya en lo expresado por el Ministro, pero no juzga de manera directa la determinación de Fedegán de no participar de la discusión pública de asuntos que tocan de manera directa el desarrollo agrario, en especial en lo que toca con la potrerización de amplias zonas del país, que indican un sobre dimensionamiento en torno a la real demanda interna de carne.   

Entre tanto, para la edición del 19 de diciembre, en el extremo superior derecho se lee el siguiente titular: Condena contra Colombia por el caso Santo Domingo (sic). Es posible señalar que cuando se trata de hechos que afectan la imagen del Estado o de sectores de poder de la sociedad colombiana con los cuales EL TIEMPO  comulga, el diario bogotano busca minimizarlos ubicándolos en el extremo superior derecho o en la parte centro-derecha de la primera página.

En la edición del 20 de diciembre se registra, en el centro-debajo de la primera página, la foto noticia sobre restitución de tierras. En la imagen aparece el presidente Santos entregando título de propiedad a Iluminada Pulido. El título de la imagen dice: Restitución con Farc o sin ellas (sic). El pie de foto o leyenda, dice: “Al hacer efectiva la primera restitución de tierras por vía judicial, ayer en Mapuján (Bolívar), el presidente Santos le dijo a la guerrilla que con ella o sin ella, el proceso seguiría”.

En el centro-izquierda de la edición del 21 de diciembre, EL TIEMPO edita el siguiente antetítulo y título: Con guerrilla. Gobierno rechaza diálogos regionales (sic). La edición del 22 de diciembre no registra titular alguno relacionado con los temas aquí propuestos.

Para el 23 de diciembre, EL TIEMPO, en su página principal, en el extremo inferior derecho, se lee: ‘Puedo convencer a las Farc’ (sic). En el texto se lee: “Rafael Mejía, presidente de la SAC y del Consejo Gremial, dice que el foro sobre el campo realizado esta semana – del que Fedegán se apartó-, fue una experiencia muy útil”.

En la edición del 24 de diciembre, EL TIEMPO registró el siguiente titular de cita, en el extremo superior izquierdo: ‘Esta oportunidad para la paz difícilmente se repetirá’ (sic). La frase es del cardenal Salazar, quien le pide a las Farc que liberen a todos los secuestrados.

En el centro de la primera página de EL TIEMPO, del 26[17] de diciembre, se registra el titular: Pastrana pide no abandonar la investigación contra Chiquita (sic).

En el extremo superior de la página principal de EL TIEMPO, en su edición del 27 de diciembre de 2012, se lee el siguiente titular: El tema agrario, listo hacia marzo (sic). El antetítulo, Diálogos de paz.

Para la edición del 28 de diciembre, EL TIEMPO  edita el titular ‘Presidente no ha puesto términos a tema agrario’ (sic). En el cuerpo de la noticia se lee que “jefe de negociadores oficiales se refirió así a declaración de Mininterior sobre acuerdos que se esperarían para Semana Santa.

En las ediciones del 29 y 30 de diciembre, EL TIEMPO no registró hecho alguno referido a los temas propuestos para este seguimiento.  Finaliza el 2012 el diario bogotano con el siguiente titular: Cartas a cautivos de las Farc (sic). Se ubica dicho titular en el extremo superior derecho.


[1] Si no avanzamos, nos paramos de la mesa": Santos, es el titular de la revista Semana del 23 de febrero de 2013. En la bajada de la nota se lee: “Juan Manuel Santos dijo que si el diálogo con las FARC no progresa, el Gobierno se retirará de la negociación. También señaló que no habrá tregua”.

[2] Empresa de medios, propiedad del banquero colombiano, Carlos Sarmiento Angulo.

[3] Para el caso de los noticieros de televisión, se trataría de las introducciones que hacen los presentadores e incluso, las ideas a manera de anuncios de alerta, que acompañan la presentación del cabezote de los noticiarios.
[4] Enrique Santos Calderón, hermano del Presidente de Colombia, contó así pormenores de los encuentros Farc- Gobierno, previos a la instalación formal de los diálogos de paz: El periodista Enrique Santos, hermano del presidente Juan Manuel Santos, reveló hoy detalles hasta ahora desconocidos del proceso de paz que adelanta el gobierno y la guerrilla de las Farc en el que fue una de las figuras clave. "En uno de mis viajes a Colombia le dije al presidente que lo apoyaría en su plan de conseguir la paz. A él le sonó mucho la idea, ya que yo había trajinado en procesos de paz anteriores y conocía a dirigentes históricos de las Farc y Eln. Les dio mi nombre y la respuesta fue positiva. Así quedé embarcado de manera irreversible en este proceso en el cual creo, porque lo considero una obligación moral y política", aseguró Enrique Santos en un artículo de su autoría publicado hoy por la prensa colombiana. En septiembre, el presidente Santos anunció que su gobierno había firmado un preacuerdo con las Farc para iniciar un proceso de paz con el propósito de poner fin a casi 50 años de conflicto interno. Enrique Santos dijo en su escrito, titulado "Negociando con las Farc en Cuba", que cuando se iniciaron los acercamientos con el grupo armado hubo grandes dificultades. La primera de ellas, precisó, "fue discutir dónde nos sentaríamos a dialogar. La guerrilla insistía que en Colombia o en Venezuela. Nosotros fuimos enfáticos en que por ningún motivo sería en Colombia. Nos decidimos por Cuba, por seguridad y, sobre todo, porque garantizaba confidencialidad". Pero según relató poco después vendría un asunto más complicado: sacar de las selvas colombianas y llevar a Cuba a Mauricio Jaramillo, alias "El Médico", uno de los seis miembros del secretariado de las Farc. De la salida de Colombia de Jaramillo, cuyo verdadero nombre es Jaime Alberto Parra Rodríguez, según Enrique Santos, no se enteraron "ni siquiera las Fuerzas Armadas". "Hubo aplazamientos, dudas, desconfianza. Fue muy difícil convencer a las Farc para que, después de la `Operación Jaque´, aceptara montar al jefe del bloque Oriental y miembro del secretariado, en un helicóptero suministrado por el Estado. En el momento de recogerlo se apareció con una guardia de más de 50 hombres armados hasta los dientes, al final hubo llanto de las guerrilleras y ceremonia de despedida. Ese fue el primer gran logro: poner a Jaramillo en La Habana. Ese proceso duró cerca de un año", relató Enrique Santos. "Al fin, el 23 de febrero (de 2011), llegamos a La Habana, un día antes de la primera sesión formal. Esa noche noruegos y cubanos organizaron el primer contacto personal... El encuentro fue una mezcla de nervios, emoción, tensión y expectativa. Fue cordial, pero con distancias, queríamos evitar similitudes con la francachela del Caguán", la sede de los fallidos diálogos de paz entre el gobierno del ex presidente Andrés Pastrana y las Farc entre 1999 y 2002. En total, y antes de la firma del preacuerdo para el proceso de paz, "tuvimos diez encuentros y unas 70 sentadas a la mesa", dijo el periodista. Incluso en una oportunidad le dijeron que en Cuba estaba Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", el máximo jefe de las Farc desde hace más de un año. "En alguna ocasión, por allá en marzo, nos enteramos de que Timochenko estuvo en La Habana. Nunca lo vimos. Varias veces estuvimos al borde de la ruptura, una de ellas por el tema de la dejación de armas. El asunto fue tan tenso que El Médico, quien había dejado de fumar años atrás, recayó en el vicio. Yo ya había recaído". Después de meses de acercamientos, añadió, finalmente "el 27 de agosto firmamos (el preacuerdo)... Se puso una mesa con mantel y en medio del ajetreo de las fotos y filmaciones estábamos corrigiendo comas, sacando las últimas copias. Fue un momento de gran distensión, mucha alegría y algo de protocolo". El 18 de octubre en Oslo, la capital noruega, el gobierno de Santos y las Farc instalaron formalmente la mesa de negociación. Después el proceso volvió a La Habana entre delegados de ambas partes.  Ni Enrique Santos ni "El Médico" forman parte de los equipos negociadores. "Cuando me despedí de los guerrilleros les expliqué que había terminado mi misión y que había decidido no seguir en la siguiente fase. El Médico también me contó que no seguiría. No es un hombre de echar discursos, se nota que le hace falta el monte. Creo que para Semana Santa (de 2013) debe haber salido siquiera el primer punto (de la negociación). Conozco a mi hermano, él está jugado con esto, pero su paciencia no es infinita. Tampoco la del país", sentenció Enrique Santos”.
[5] EL TIEMPO, p. 1- 4.
[6] EL TIEMPO, p. 1- 4.
[7] EL TIEMPO, p. 1-4.
[8] EL TIEMPO, P. 1- 4.
[9] EL TIEMPO, p. 1- 4.

[10] Cilindros de gas cargados de explosivos y metralla contaminada de materia fecal, que son expulsados de forma artesanal, lo que los convierte en ‘misiles’ sobre los cuales no hay control efectivo del lugar en donde caerá.

[11] Incursión militar en territorio ecuatoriano que no sólo violó normas internacionales, sino que generó una crisis diplomática con el Ecuador y con Venezuela.

[12] La participación del reconocido periodista,  Enrique Santos Calderón, en los primeros acercamientos con las Farc, pudo facilitar a los periodistas de EL TIEMPO, la confirmación de lo que ya se rumoraba en torno a la posibilidad de que Gobierno y Farc se sentarán a conversar. Aunque Santos Calderón, hermano del Presidente, ya no fuera accionista de EL TIEMPO, es posible que por cercanía al medio y a los periodistas, el reconocido columnista haya entregado información privilegiada.
[13] Finalmente, ante la mentira publicada por el polémico columnista, ex asesor de Uribe Vélez e ideólogo del llamado uribismo, EL TIEMPO no mantuvo el espacio editorial a José Obdulio Gaviria. Así registro EL TIEMPO.COM, en su momento, el grave episodio:  En una carta al director de EL TIEMPO, Roberto Pombo, el comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, desmintió a José Obdulio Gaviria, que en una columna publicada este miércoles por este diario sostiene que en los encuentros del Gobierno con las Farc en La Habana se acordó la liberación del pariente de un importante empresario cercano al presidente Juan Manuel Santos. Tras pedir una rectificación del columnista, Jaramillo se refiere a lo dicho por Gaviria como “una absoluta invención”. Y añade: “El supuesto diálogo que según el señor Gaviria sostuve en La Habana con ‘Mauricio Jaramillo’ sobre un secuestrado con “fuertes vínculos con cierto grupo empresarial” nunca ocurrió. Jamás tuve esa conversación y jamás la tendría”. El caso al que se refiere Gaviria, un fuerte crítico del gobierno Santos y del proceso de paz con las Farc, es el de un joven secuestrado hace un mes en cercanías de Agua de Dios (Cundinamarca), y por el cual los captores pedían 10 millones de dólares. Según el columnista, el asunto fue tratado en Cuba por Jaramillo y por el delegado de las Farc para los acercamientos con el Gobienrno alias ‘El Médico’ o ‘Mauricio Jaramillo’. Y dijo: “Al Jaramillo del Gobierno, entonces, le tocó ponerse digno. Buscó al ‘Jaramillo’ de las Farc y lo conminó a liberar al ‘retenido’, so pena de tener que levantarse (¡con dolor en el alma!) de la rumbosa Mesa habanera”. Gaviria sostuvo que, antes, el guerrillero había negado el secuestro”.(Tomado de  http://www.eltiempo.com/politica/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12237609.html).

[14] Las negrillas son del autor.
[15] En el original aparece resaltada la frase.
[16] Corte Interamericana de Derechos Humanos.
[17] La edición del 25 de diciembre no se revisó porque en el archivo del Centro Interdisciplinario de Estudios de la Región Pacífica, no se encontró el ejemplar correspondiente a esa fecha.

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