YO DIGO SÍ A LA PAZ

YO DIGO SÍ A LA PAZ

viernes, 6 de diciembre de 2013

LOS QUE SUEÑAN CON BUENAVENTURA

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

Desde las lógicas e intereses de actores económicos locales y regionales, se vienen diseñando planes para Buenaventura. Se echan al aire globos de crecimiento económico, a espaldas de una realidad social y política inocultable: extrema pobreza, múltiples violencias y Estado local colapsado. En esos globos van propuestas como convertir a Buenaventura  en un puerto que supere los rendimientos de sus ‘similares’ de El Callao y Valparaíso. Singapur aparece como referente para darle a la ciudad costera el giro estético y logístico con el que sueñan la Cámara de Comercio y la Sociedad Portuaria, entre otros. Ahora quieren posicionar a Buenaventura como la capital de la Alianza Pacífico.

Iniciativas todas que se piensan a espaldas de las complejas condiciones de vida que se presentan hoy en Buenaventura. Obras como el Malecón y el bulevar Bahía de la Cruz, la terminación de la doble-calzada y los constantes y costosos dragados del canal de acceso, entre otras, parecen caminar de forma paralela a los problemas de convivencia, de seguridad, de orden público, de pobreza y de incertidumbres sociales que  Buenaventura exhibe de tiempo atrás y que guardan relación con los cambios sociales, políticos y ambientales que se están produciendo a lo largo y ancho de la región Pacífico.

Buenaventura es receptora de una población que internamente migra desde varios puntos de la región Pacífico. Una población sedienta que, mediante protestas sociales, ha llamado la atención sobre sus necesidades como el acceso a agua potable y mejores servicios sociales. Igualmente, el Puerto es escenario de sangrientas disputas entre bandas criminales y narcotraficantes, que actúan con el silencio cómplice de un Estado local que no ha podido erigirse como un orden legítimo capaz de guiar a la sociedad local hacia otras formas de vida y convivencia.

La pequeña y la gran minería deambulan por meandros y selvas en una región biodiversa en la que históricamente el Estado brilla por su ausencia o por su asombrosa incapacidad. Los nocivos efectos ambientales que se vienen produciendo a las cuencas de los numerosos ríos que buscan el océano Pacífico, hacen que el dragado del canal de acceso de la Bahía se convierta en una actividad constante y costosa, dadas las dimensiones que viene adquiriendo la sedimentación, producida por la tierra que se ‘lava’ por la sistemática deforestación.

Antes de echar globos y de diseñar en maquetas la Buenaventura que sueñan los actores económicos, bien valdría la pena primero observar y estudiar muy bien los problemas que afronta Buenaventura, para luego intervenirlos. Para ello, se requiere voluntad política de los gobiernos nacional, regional y local, con miras a convocar a las universidades públicas y privadas asentadas en la región, para que a través de procesos investigativos, interpretativos y de intervención se logre avanzar en la ‘pacificación’ y en la discusión de ideas de ‘progreso y desarrollo’ que tengan en cuenta las cosmovisiones de las comunidades afrodescendientes asentadas en el Puerto. Ahora bien, no se requieren más diagnósticos, sino acciones concretas y permanentes en el tiempo, eso sí, sobre la base de consensos sociales logrados con las comunidades de base.


Dejar que únicamente actores económicos sueñen con una idea de Buenaventura, alejada de su historia, de sus valores ancestrales, de su presente y sobre todo, apartada de los intereses y perspectivas de vida de sus habitantes, es insistir en la construcción de una ciudad-puerto que discrimina y arrincona a quienes han soportado de tiempo atrás la imposición de proyectos de desarrollo que se piensan por fuera de las dinámicas culturales, sociales, económicas y políticas no sólo del Puerto, sino de las zonas que conforman el Chocó Biogeográfico. La deuda histórica que el Estado y la nación tienen con Buenaventura y con la región pacífico no sólo se mantiene, sino que seguirá creciendo, así mañana se decrete que Buenaventura es la capital de la Alianza Pacífico.




No hay comentarios.: