Por Germán Ayala
Osorio, comunicador social y politólogo
El melodrama mediático y el aparente drama colectivo por la
lesión del jugador de fútbol y figura de la selección de fútbol de mayores,
Radamel Falcao, deja entrever que la sociedad colombiana aún no sabe reconocer
qué es un problema de interés nacional, una catástrofe, o qué es un verdadero
drama o una fatalidad.
Las empresas mediáticas y el periodismo sensacionalista
llenan espacios de la prensa escrita y
del espectro electromagnético, tratando de recoger - diría de armar- el drama nacional que nace de la
imposibilidad de que el talentoso goleador no pueda jugar el Mundial de Fútbol
a celebrarse en Brasil entre junio y julio de 2014.
Los epítetos en varios titulares de la prensa colombiana dan
cuenta de la exageración social y de la espectacularización que el periodismo
deportivo aupó y que es hábilmente explotada por las empresas mediáticas, con
el firme propósito de aumentar el consumo de sus emisiones y de sus
publicaciones: drama, conmoción y consternación, son algunos de los adjetivos utilizados no para
explicar en qué consiste la lesión y lo que significa para el jugador mismo
este tipo de problemas, sino lo que cree el colectivo -y los periodistas
deportivos- en términos de las implicaciones deportivas que conlleva que el
delantero no haga parte de la selección que enfrentará en unos meses el
certamen mundial. Es más, no se miden los efectos psicológicos que este ‘drama’
mediático pueda generar en los delanteros que pueden ‘remplazar’ a Falcao
García y en el resto de los jugadores. Se olvida, de hecho, que es un juego
colectivo en el que todos los que juegan aportan al objetivo de buscar un
triunfo.
Incluso, hoy ya aparecen algunas voces ‘autorizadas’ que piden
que no se arme un drama en donde no lo hay. “No se
puede armar un drama por la lesión de Falcao”[1],
dice el técnico y comentarista, Juan José Peláez. Pero el drama lo armaron los
medios y se reprodujo rápidamente por las tribunas de opinión de las redes
sociales, que apoyaron la interpretación noticiosa de unas empresas mediáticas
interesadas mas en ser actores protagónicos de la histeria colectiva por un
hecho perfectamente normal dentro de un juego de contacto como lo es el fútbol,
que en hacerse co responsables del manejo informativo de los hechos que rodean
la realización de un Mundial, para un deporte espectáculo que como el fútbol,
es capaz de paralizar literalmente el mundo, y en especial a una sociedad
consumidora del deporte espectáculo como la colombiana, que pareciera que
espera con ansias este tipo de eventos mundiales, para depositar en él sus
frustraciones y anhelos, sus tristezas, pero sobre todo, para olvidar las
complejas y difíciles condiciones en las que operan el Estado y la sociedad dentro
del territorio colombiano.
Es más, el perverso melodrama mediático legitima que el
jugador mismo sea mirado y usado como un simple instrumento generador de
alegrías colectivas y de incontables ganancias económicas (incluye, a las
instituciones del fútbol nacional e internacional), circunstancia que por
momentos hace olvidar que Falcao es un simple ser humano, un mortal, capaz de
sentir dolor y que en las circunstancias que hoy vive, más que escuchar los
lamentos de fanáticos y de periodistas irresponsables, lo que necesita es del
apoyo de su núcleo familiar y del concurso de la ciencia médica que le
garantice poder jugar (ese es su trabajo y ese mismo trabajo tiene riesgos) y
llevar la vida que escogió vivir.
Una sociedad mediatizada, pero sobre todo, guiada por unas
empresas mediáticas y un periodismo deportivo que de manera irresponsables
juegan con la vida y el drama de los jugadores de fútbol y de millones de fanáticos,
que depositan su felicidad en un equipo o en un jugador como Falcao, corre el
riesgo de no saber reconocer qué es realmente una catástrofe, una calamidad, un
desastre y un verdadero drama. No hay necesidad de nombrar los problemas que
este país enfrenta, que merecerían llamar la atención de las audiencias que hoy
lamentan que Falcao no sea quien les dé las alegrías, que por años llevan
contenidas en sus apasionados corazones.
Imagen tomada de minuto30.com
4 comentarios:
Profesor, estamos conectados, que porquería este país, los verdaderos problemas estructurales del país, quedan absorbidos por un incidente que ocurre cada segundo del tiempo a cualquier ser humano. Cuando aprender a crecer, a ver lo realmente importante, en un país de reinados, de ferias? Pan y circo hasta cuando?. Es una desgracia que Colombia vaya al mundial, un espacio para acabar de embrutecer a este país y para que se lo acaben de tirar los que manejan la sartén por el mango. Mientras los idiotas útiles se anestesian con un equipo y su sensacionalismo (caso falcao) los otros, el gran capital internacional con la anuencia de la burguesía nacional aprovechan para meternos goles desde todos los ángulos sin que los vean el grueso de la población nacional.
Un cordial saludo
Luis
Debido a todo lo que ha generado a nivel mediático la penosa lesión del jugador de fútbol. Creo que va a ser necesario hacer circular de manera masiva el texto de : Émile Durkheim. "Las reglas del método sociológico". Para que nuestro hermoso pueblo colombiano aprenda a distinguir lo que es y lo que no es un hecho social.
En principio según el autor en mención el hecho social no se puede definir por su generalidad en el interior de la sociedad. Y el carácter distintivo del mismo estriba en su exterioridad en relación con las conciencias individuales. Y, la acción correctiva que ejerce, o es susceptible de ejercer, sobre estas mismas conciencias.
También indica el autor que otra manera de caracterizar el hecho social es el estado de independencia en que se encuentra con relación a sus manifestaciones individuales.
Creo que se debe revisar a la luz de estos principios y en virtud del capítulo III del texto de Durkheim, si lo normal es la lesión del jugador y lo patológico la exacerbación generada por unos medios amarillistas.
Un abrazo respetuoso.
Liliana
Gracias profe por la reflexión, muy acertada.
Además, como usted mismo dijo profe, cuál es el drama si Falcao no se va a perder el mundial porque ya compró DirecTV!
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