Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
Comparto la idea, principio y
“sentencia” de que el periodismo debe estar con los más débiles y vulnerables. Pero
ello no puede ser óbice para lograr tratamientos periodístico-noticiosos
responsables, tendientes al establecimiento de la verdad de los hechos
acaecidos.
Los noticieros de televisión
Noticias RCN y Caracol Noticias mandaron periodistas y camarógrafos a cubrir la
masiva deportación de colombianos desde Venezuela, por orden expresa del
Gobierno de Nicolás Maduro. El cubrimiento lastimero y espectacular logrado por
los equipos periodísticos de estos dos noticieros, deja por fuera preguntas y
circunstancias contextuales que bien pudieron recoger los periodistas antes de
abordar los hechos.
En primer lugar, la decisión de
deportar ciudadanos que permanezcan ilegalmente es una potestad que no se puede
desconocer a ningún país. Si los colombianos deportados permanecían en
territorio venezolano sin los permisos de trabajo o de estadía temporal o
definitiva, está en todo su derecho el Gobierno de Maduro de proceder con su
expulsión. Otro asunto es la forma de hacerlo, la humillación y la violación de
los derechos humanos que las imágenes de televisión y los testimonios logrados
de los colombianos expulsados, dejan entrever. Por ejemplo, si es cierto que
con las expulsiones se han separado familias, porque hay hijos nacidos en
Venezuela, cuyas madres son colombianas que estaban de manera irregular en
territorio venezolano, ello claramente viola los derechos humanos. Sobre este
asunto, debe tomar atenta nota la Cancillería y resolverlo cuanto antes.
En segundo lugar, hay que
examinar si las familias expulsadas por el régimen de Maduro recibían subsidios
o algún tipo de ayuda del Estado venezolano, a pesar de la condición de
ilegalidad o de irregularidad migratoria. Si ello es así, se podría inferir que
detrás de la lucha contra bandas de paramilitares y narcotraficantes que
delinquen en esos territorios fronterizos, hay razones económicas de un régimen
que ha visto afectadas sus finanzas por los bajos precios del petróleo,
principal fuente de ingreso del régimen bolivariano.
Lo cierto es que la medida
adoptada por el Gobierno de Nicolás Maduro tiene un trasfondo político,
electoral, económico y social en el que claramente está comprometida la gestión
del actual presidente de Venezuela. Más allá de su “lucha contra la
delincuencia y los grupos paramilitares que buscan desestabilizar su Gobierno,
con el apoyo de Uribe Vélez”, el régimen venezolano no puede ocultar, detrás de
la evidente paranoia socialista de que hay un enemigo externo, una situación
fiscal que amerita la búsqueda de distractores y con ellos, lanzar efectivas
cortinas de humo.
De otra parte, el periodismo debe
precisar el origen de los colombianos deportados de Venezuela. Por qué, cuándo
y desde dónde llegaron a territorio venezolano los compatriotas que hoy sufren
la medida adoptada por el vecino país. Estos elementos ayudarían a establecer
responsabilidades del Estado colombiano en su conjunto y de específicos
gobiernos, como el de Uribe y Santos, en lo que corresponde a la generación de
desplazados por razones del conflicto armado interno, o migraciones por razones
económicas. Y en este asunto es claro que el Estado colombiano poco control
ejerce sobre sus fronteras, lo que claramente muestra la inexistencia de una
política de fronteras que asegure condiciones dignas de vida para sus
nacionales, que desestimule la migración al vecino país. El tránsito de Venezuela
hacia un Estado socialista debió obligar al Estado colombiano a tomar medidas
económicas y sociales encaminadas a proteger económicamente a las regiones
fronterizas, así como desestimular las masivas migraciones de sus nacionales
hacia territorio bolivariano.
Entre tanto, frente a la
presencia del senador y ex presidente Álvaro Uribe Vélez en el punto fronterizo,
lugar de las expulsiones para “solidarizarse” con sus “compatriotas”, no pudo
resultar más desafortunado. Pero lo fue más, que varios medios, entre ellos
Noticias RCN, hayan hecho eco de la acción política del controvertido ex
mandatario, con la que claramente buscaba caldear los ánimos entre Maduro y
Santos, afectando aún más la situación de los deportados y en general, de las
ciudades y pueblos fronterizos que dependen en gran medida de la actividades
económicas de frontera.
Los medios y periodistas,
siguiendo los moralizantes criterios de noticia, cubrieron la improvisada
intervención de Uribe para confrontar al Gobierno de Santos, por la “débil
postura” asumida frente a las determinaciones de Venezuela de cerrar la
frontera y de expulsar colombianos.
Las relaciones con Venezuela,
complejas históricamente, no pueden manejarse con el talante camorrero y belicista
que expuso Uribe cuando fungió como Presidente y ahora en su magro papel de
Senador de la República. Hay que dejar
que la diplomacia actúe y por los canales dispuestos, se logre mitigar los
impactos de las medidas adoptadas por el régimen de Maduro.
Así entonces, hay que pedir
prudencia a los medios y al periodismo en general, en los tratamientos
noticiosos dados a los hechos acaecidos y a los que muy seguramente se seguirán
presentando en la extensa frontera con Venezuela. Y en lo que corresponde al
manejo de las relaciones con el vecino país, el Gobierno de Santos no puede
caer en provocaciones internas y mucho menos, en las bravuconadas del indocto
presidente venezolano.
Nota: dada la arrogancia del Gobierno venezolano, las presiones internas que recibe Maduro y el afán de la Guardia venezolana por mostrar resultados y ocultar su contubernio con el contrabando, la orden dada por el Presidente Maduro, es posible que haya terminado por afectar las vidas de cientos de colombianos con distintos estatus migratorios. En cualquier sentido, podemos hablar de deportaciones y expulsiones por parte del Gobierno del vecino país.
Imagen tomada de www.nacion.com
Nota: dada la arrogancia del Gobierno venezolano, las presiones internas que recibe Maduro y el afán de la Guardia venezolana por mostrar resultados y ocultar su contubernio con el contrabando, la orden dada por el Presidente Maduro, es posible que haya terminado por afectar las vidas de cientos de colombianos con distintos estatus migratorios. En cualquier sentido, podemos hablar de deportaciones y expulsiones por parte del Gobierno del vecino país.
Imagen tomada de www.nacion.com
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