Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
De no pasar nada extraordinario
en el Proceso de negociación de La Habana y a la espera de que se dé inicio al
Proceso de Paz entre el Gobierno de Santos y el ELN, en las elecciones de 2018
los colombianos iremos a las urnas en medio de unas nuevas y particulares
circunstancias políticas.
Miremos quiénes podrían hacer
parte de la contienda política en ese ya próximo escenario electoral. Aunque
Vargas Lleras esté en proceso de recuperación por la delicada operación a la
que fue sometido, ese evento en su salud bien podría dificultar su llegada a la
Casa de Nariño, tal y como lo ha soñado y lo sueña la Derecha y los sectores
que aún mantienen reservas alrededor del sentido de las negociaciones entre el Gobierno y las Farc y que se extienden a las
transformaciones institucionales que habrá que emprender para implementar los
acuerdos de paz.
Descartemos por un momento a
Vargas Lleras y pensemos cuáles serían los candidatos con los que la Derecha
podría contar para las elecciones de 2018. Martha Lucía Ramírez podría ser una
alternativa, a pesar de su bajo carisma. Su condición de mujer, en un país
profundamente machista le haría aún más difícil concretar un nueva aspiración presidencial.
Carlos Holmes Trujillo, hasta el
momento figura del Centro Democrático (CD), puede erigirse como una posibilidad
tanto para su colectividad, como para otros sectores políticos que reconocen al
político vallecaucano como una alternativa de poder. Y es que Holmes Trujillo
puede ser la opción para aquel sector de la Derecha que sabe que la figura de Óscar
Iván Zuluaga, del CD, no convoca por su bajo carisma y porque su inmediato
pasado lo circunscribe a Uribe Vélez, quien poco a poco se ha venido quedando
solo, lo que podría jugar en contra de los intereses de una Derecha que sabe
que debe morigerar su discurso, ante la eventual “pacificación” del país. Especialmente,
porque el respaldo de la ONU, de los Estados Unidos y de la Unión Europea al Proceso
de La Habana, no solo hace irreversible el fin del conflicto armado con las
Farc, sino que “impone” un perfil distinto para aquel Presidente que aspire
conducir a un país que hizo el enorme esfuerzo por ponerle fin a la guerra y
que busca consolidar la paz y la convivencia en un lapso de 20 años.
Sergio Fajardo, cercano al
uribismo, también se erige como una posibilidad para que la Derecha presente un
candidato presidencial en 2018. Tiene carisma y cuenta a su favor que su figura
no polariza tanto como si logra hacerlo Zuluaga, Vargas Lleras y Ramírez.
Eso sí, dudo mucho que Fajardo, Zuluaga,
Holmes Trujillo, Ramírez o Vargas Lleras sean capaces de convocar a las amplias
mayorías de colombianos para hacer el tránsito de la guerra a la paz. Quizás quien
mejor pueda entender ese escenario complejo sea Humberto De la Calle Lombana,
jefe negociador y representante del Gobierno de Santos en La Habana. Conocedor
de la Carta Política de 1991, De la Calle puede ser el gran artífice, incluso
por encima de Santos, de la firma de un nuevo pacto de paz. Lo que significará la urgente y necesaria convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente[1], a pesar de la negativa del Gobierno de Santos. Las Farc insisten en una ANC para refrendar los acuerdos de La Habana. No aceptan el plebiscito por cuanto no fue concertado en la Mesa y por su carácter político no vinculante jurídicamente. Así las cosas, y ante la reciente carta de las Farc insistiendo en una Asamblea Nacional, el país debe prepararse para votar a favor del plebiscito y de esa manera, ambientar lo que sería una nueva convocatoria electoral esta vez para escoger a los Delegatarios. Complejo asunto.
A pesar del ambiente de
polarización que aún soporta el proceso de paz de La Habana, De la Calle es
una figura pública que no divide y
polariza a los sectores de opinión y de poder que siguen de cerca las
negociaciones que se adelantan en territorio cubano.
En cuanto a los posibles
candidatos de la Izquierda, hay que decir que Jorge Robledo bien podría
convertirse en una opción de poder para el 2018, pero su imagen polariza y
divide incluso dentro de la propia izquierda. Lo mismo pasa con Gustavo Petro, quien
no solo polariza a la opinión, sino que deberá sacudirse de la mala imagen que le dejaron los ejercicios representacionales
que hicieron los noticieros de televisión RCN y Caracol, que sobre consolidaron
sobre él una idea de “gobernante incapaz e improvisador”, por su conflictivo
paso por la Alcaldía de Bogotá.
Navarro Wolff es la otra figura
de la izquierda que podría convertirse en alternativa de poder. Tiene carisma,
pero al igual que Petro, el haber sido guerrillero lo pone en desventaja ante
unos medios masivos de comunicación que usarán ese pasado para estigmatizarlo y
de esta manera, aumentar los miedos de los sectores sociales que creen que el
país, con figuras como ellos, transitará rápida y efectivamente hacia el
socialismo (castrochavismo).
De esta manera, el escenario
político y electoral de 2018 estará signado por la transición de la guerra a la
paz. No serán los tiempos aquellos en los que los colombianos votaban a favor o
en contra de la paz o de la guerra, con engañosas banderas de la seguridad
democrática y la lucha contra el terrorismo. Echa a un lado esa dicotomía, los
colombianos nos aprestaremos a votar por la consolidación de un escenario de
transición que necesita ser guiado por un Presidente afecto al Establecimiento,
pero conocedor de las implicaciones, exigencias y cambios que demandará la
consolidación del posconflicto y por esa vía la consecución de una paz estable
duradera. Y quien puede ofrecer y dar un parte de tranquilidad a
todos los sectores de poder es Humberto De la Calle Lombana. Ojalá que el país
entienda que la mejor opción política para guiar al país hacia la transición[2] de la
guerra a la paz es el ex vice presidente del Gobierno de Samper. Amanecerá y veremos.
Imagen tomada de www.elespectador.com
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