Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
Otra
vez Ordóñez Maldonado arremete contra el Gobierno de Santos. Hace pocas horas
el ladino Procurador General de la Nación señaló que “el acto legislativo por la paz está propiciando un rompimiento del
orden constitucional más grave que un golpe de Estado, y señaló al presidente y
a los negociadores como “defraudadores” de la Constitución”[1].
No es la primera vez que lo hace. Recientemente envió una misiva[2]
al Presidente, en un tono altisonante y desobligante.
Como precandidato[3]
presidencial[4] del
Centro Democrático y del insepulto partido Conservador, Ordóñez Maldonado ataca
de nuevo el Proceso de Paz y en particular al acto legislativo que cursa en el
Congreso y que recogerá el sentido de lo acordado en La Habana recientemente y que
está expuesto en el Comunicado Conjunto Nro 69[5].
Con enorme cinismo Ordóñez habla de rompimiento
constitucional, cuando él mismo violó la Carta Política al hacerse reelegir
como Jefe del Ministerio Público, desconociendo e interpretando a su amaño el
artículo 276, que señala lo siguiente: “El
Procurador General de la Nación será elegido por el Senado, para un período de
cuatro años, de terna integrada por candidatos del Presidente de la República,
la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado”[6].
Así entonces, el impúdico[7]
Procurador General de la Nación se atreve a descalificar el proceso de paz de
La Habana y las iniciativas legislativas que darán vida constitucional al
acuerdo que saldrá una vez finalice la negociación política entre las
Delegaciones de Paz de las Farc y del Gobierno de Santos, que actúa, este
último, en representación del Estado. Claramente, estamos ante un abierto
enemigo del proceso de paz de La Habana y de todo esfuerzo político y jurídico
que permita o coadyuve a poner fin a la guerra interna. No se trata de un
simple detractor. No. Estamos ante una figura política que desde ya lidera al
grupo de ganaderos, empresarios y políticos que se preparan para torpedear la
implementación de lo acordado en Cuba. Y lo harán, apelando a acciones legales
y muy seguramente, con el respaldo de grupos y fuerzas ilegales.
De otra parte, resulta curioso que en las
respuestas dadas tanto por el Presidente, como por Sergio Jaramillo, no se haga
referencia a la espuria reelección de Ordóñez. No se entiende cómo el Gobierno
no fustiga de manera directa y enfática a quien se hizo reelegir violando
abiertamente la Constitución.
Si bien hay un cambio de tono[8]
en el Presidente, sus colaboradores, tímidamente, responden a la andanada de
cuestionamientos de este malicioso y sagaz funcionario. Jaramillo dijo lo
siguiente: “El insulto y la
tergiversación como su vehículo favorito de comunicación (…) Me preocupa mucho
que lo haga quien es el jefe del Ministerio Público. Le recomiendo que se
serene y entre en esta onda que estuvimos promoviendo esta mañana en la Corte
Constitucional, que es la onda del debate racional, de la deliberación
tranquila, del uso de argumentos y de intentar estar siempre pegados a lo que
es veraz… otra vez está peleando con espantapájaros”[9].
Al final, las actuaciones de Ordóñez logran
debilitar la institucionalidad[10]
y poner en entredicho el ordenamiento jurídico. Este pérfido funcionario convirtió
el edificio de la Procuraduría y la entidad misma en una trinchera ideológica-
en una abadía[11]- desde
donde ha buscado regresarnos a los tiempos de la Carta Política de 1886.
Como Jefe del Ministerio Público, Ordóñez sostiene en
la mano derecha la Biblia, con la que busca castigar a impíos que se atrevieron
y se atreven a cuestionar sus creencias religiosas. Y en la otra, sostiene su
versión amañada de la Carta Política, la misma que adaptó a sus necesidades y a
su afán de erigirse como el nuevo Regenerador[12]
que este país necesita.
Adenda: la gran prensa es cómplice del debilitamiento institucional que Ordóñez produce de tiempo atrás. Es obligación ética y política de los periodistas fustigar a Ordóñez cada vez que este funcionario los "convoca" para que lo conviertan en noticia.
Imagen tomada de internet: pulzo.com
[1]
Véase: http://www.semana.com/nacion/articulo/ordonez-a-santos-y-jaramillo-perdieron-la-verguenza/475290
[3] En estricto sentido no funge aún
como precandidato presidencial, pero con su discurso pendenciero y guerrerista
es posible que el Centro Democrático y el Partido Conservador, lo acojan como
su candidato para las elecciones de 2018. Ambas colectividades no tienen, a la
vista, un precandidato que atraiga. Aunque es temprano para hacer vaticinios,
no se puede descartar que Ordóñez Maldonado busque llegar a la Presidencia con
el firme propósito de echar para atrás los avances en materias de derechos y
garantías constitucionales.
[6] Constitución Política de Colombia.
[7] A
pesar de que su reelección fue demanda ante el Consejo de Estado, los
magistrados de dicha Corporación no han podido fallar por una serie de
impedimentos de varios de ellos, que de tiempo atrás establecieron relaciones
clientelares con Ordóñez Maldonado. Le queda poco tiempo para salir del cargo,
lo que supone que el pronunciamiento del Consejo de Estado será tardío y muy
seguramente a favor del Jefe del Ministerio Público.
[9] Véase: http://www.semana.com/nacion/articulo/ordonez-a-santos-y-jaramillo-perdieron-la-verguenza/475290
1 comentario:
El Viejo es Loco y Reloco, muy descarado, demasiado Fanático de los Grupos Retrógrados
Como Jefe del Ministerio Público, Ordóñez sostiene en la mano derecha la Biblia, con la que busca castigar a impíos que se atrevieron y se atreven a cuestionar sus creencias religiosas. Y en la otra, sostiene su versión amañada de la Carta Política, la misma que adaptó a sus necesidades y a su afán de erigirse como el nuevo Regenerador[12] que este país necesita.
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