YO DIGO SÍ A LA PAZ

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martes, 4 de octubre de 2016

PERIODISMO Y EL TRIUNFO DEL NO

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


Después de la jornada electoral y política vivida el domingo 02 de octubre, los análisis se enfocan en los posibles errores en los que incurrió la campaña por el SI, e incluso, se señala al Presidente como responsable de habernos metido, sin necesidad, en un plebiscito que hoy nos parece innecesario, dado el resultado adverso.

Pero pocos han señalado la responsabilidad que les cabe a los noticieros privados de televisión, RCN y Caracol, y a varios informativos radiales como La FM y La W, por no haber confrontado las mentiras, medidas verdades y las equívocas lecturas que agentes del Centro Democrático, incluyendo por supuesto, las que libremente hizo y emitió su propietario, el latifundista y senador, Álvaro Uribe Vélez.

El haber servido de caja de resonancia a las tergiversaciones de los opositores convirtió a los periodistas de los señalados medios, en estafetas y amanuenses de ese sector de poder que tiene aún mucho que explicarle al país por la comisión de delitos ambientales por cuenta de la entrega sin control de licencias ambientales y los crímenes de Estado como los “falsos positivos”, las ‘chuzadas’ del DAS, sus vínculos o relaciones con el paramilitarismo, entre otros episodios y hechos.

Así entonces, les cabe una enorme responsabilidad a los directores, editores y periodistas de los noticieros privados de televisión por permitir que el contenido del Acuerdo Final fuera mal interpretado por miembros del Centro Democrático y por el ex Procurador, Alejandro Ordóñez Maldonado. 

El tipo de periodismo practicado por estas empresas mediáticas concita a una urgente reflexión sobre el oficio del periodismo. Discusión y evaluación que debe extenderse a las Facultades de Comunicación Social- Periodismo y escuelas de periodismo, dado que la ética, la pluralidad informativa y el oficio mismo, quedaron a merced de los intereses políticos de los Opositores, gracias a unos periodistas timoratos, irresponsables y poco preparados para confrontar a quienes hicieron una lectura amañada del sentido de lo acordado en La Habana.

Al limbo jurídico y político en el que nos metieron los seis millones de colombianos que votaron por el NO, hay que sumarle la declaratoria de crisis del periodismo, por cuenta de los periodistas que coadyuvaron a la generación de estados de opinión adversos, soportados en mentiras y en el carácter vindicativo de un sector político y social guiado por  Ordóñez y Uribe, líderes que a pesar de su baja autoridad moral, siguen orientando a una opinión pública poco preparada para discutir, con argumentos, asuntos públicos de especial importancia como el que nos convocó ese inolvidable 02 de octubre de 2016.

Nos corresponde a las audiencias formadas y capaces de evaluar el acomodado y dañino periodismo practicado por RCN y Caracol, especialmente, confrontar a estas empresas y a sus periodistas por haber coadyuvado a la desinformación y a la generación de miedo en la llamada opinión pública. Sentencias como “le vamos a entregar a las Farc”, “Colombia será otra Venezuela”,  “queremos Paz sin impunidad, o la famosa “ideología de género”, entre otras, jamás fueron confrontadas por los periodistas de estas empresas mediáticas.

Pobre favor hacen, le hicieron y le seguirán haciendo los noticieros RCN y Caracol a la democracia y al país, al continuar informando desde los criterios periodísticos y editoriales con los que cubrieron las campañas por el SÍ y por el NO. En parte son responsables de que el No hubiese ganado. Contaron, eso sí, con la ignorancia, la pereza de pensar y de leer de millones de colombianos que no fueron capaces de leer y discutir el contenido del Acuerdo Final. RCN y Caracol se aprovecharon de una débil ciudadanía y de unas audiencias incapaces de discutir asuntos públicos.

Dichas empresas mediáticas fungen cada vez más como actores políticos, que usan el periodismo y apelan a las herramientas que les da el oficio para conseguir los objetivos políticos que buscan los propietarios de los conglomerados económicos que los respaldan. Se trata, sin duda, de un periodismo sujeto a los intereses de quienes han hecho todo para debilitar el Estado y la institucionalidad estatal para imponer sus mezquinos proyectos económicos y políticos. 

Es hora de que nos movilicemos para exigirle a estas empresas y periodistas, mayor rigor y responsabilidad social y política y, sobre todo, respeto a las audiencias, a la sociedad en general y en particular a las víctimas de este degradado conflicto armado interno.


 Imagen tomada de evaluamos.com

1 comentario:

natural mente dijo...

El Periodismo en Colombia, no Existe solo hay un grupito de lambones con buena voz que dicen lo que quiere el Patrón o los patroncitos que manejan esta tienda llamada Colombia, todo fiado