Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo
Exagerada e inconveniente la
reacción de la Gran Prensa colombiana por el baile que protagonizaron
funcionarios de la ONU y algunas
guerrilleras(os) de las Farc, en una zona destinada para la concentración de
los subversivos.
La reacción mediática se explica
porque el periodismo colombiano, en especial la prensa bogotana y en particular
el noticiero privado RCN, han deshumanizado a los guerrilleros hasta tal punto,
que actos, actividades y acciones como comer, dialogar, llorar, reír o bailar,
se asumen como extrañas, raras, inconcebibles, inapropiadas y por lo tanto,
inaceptables. De allí que la celebración de fin de año entre unos y otros, haya
sido expuesta como una burla al país, al Proceso mismo, cuando simplemente se
trató de un acto humano de compartir no solo el fin del conflicto armado, sino
la terminación del 2016.
Calificada la conducta de los
funcionarios como inapropiada, su retiro se explica porque desconocieron las
normas y desatendieron los protocolos concebidos por este organismo, en especial
por la misión de verificación que cumplían de lo acordado entre el Gobierno de
Santos y la cúpula de las Farc. Pero la gritería mediática solo se puede
explicar por la aplicación de unos criterios de noticiabilidad que devienen
acomodaticios y que suelen servir a los propósitos de algunos periodistas y
medios que buscan, de tiempo atrás, desestabilizar y deslegitimar el proceso de
paz y la implementación del Acuerdo Final (II) alcanzado por el Gobierno y las
Farc.
Así entonces, lo que se acaba de
activar es una “hipersensibilidad mediática” asociada a la implementación del
Acuerdo de Colón. En adelante, el país deberá estar atento a otros cubrimientos
noticiosos espectaculares y bulliciosos, que darán cuenta no solo de aquella “hipersensibilidad
mediática”, sino de la apuesta periodística de torpedear y de enrarecer el
ambiente de reconciliación que se respira por cuenta del fin del conflicto
armado acordado entre las Farc y el Gobierno de Juan Manuel Santos Calderón.
El acto humano de bailar y de
festejar no puede desestimar la seriedad de un proceso de paz con el que se
busca poner fin a un degradado conflicto armado. Y mucho menos, ser presentado
como una afrenta al país. Que a los funcionarios de la ONU se les prohíba
este tipo de acercamientos y de actividades, vaya y venga, pero intentar
politizar negativamente una celebración anclada en nuestra cultura, solo puede
obedecer al interés de unas empresas mediáticas que de tiempo atrás juegan el
doble rol de actores mediáticos y políticos.
Adenda: los efectos del escándalo que armaron los Medios no se hicieron esperar: Farc se retiran del mecanismo de verificación, por el retiro de los funcionarios de la ONU, ordenado por el propio organismo multilateral. No se pudo dar un simple llamado de atención, por qué el retiro? Creo que tanto la ONU, Farc y el Gobierno no pueden dejarse arrastrar por los tratamientos espectaculares de una prensa que aún no comprende la dimensión de lo que significa poner fin a la guerra interna.
Imagen tomada de ELTIEMPO.com
2 comentarios:
Cuando el pueblo colombiano comprenda la falta de independencia de los medios de comunicación.Entonces dejaran de ser proclives a sus sesgos y juegos de manipulación.
El propósito de algunos medios de comunicación especialmente RCN y el Centro Democrático es sabotear al máximo el proceso de Paz solo con fines netamente electoreros.
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