YO DIGO SÍ A LA PAZ

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martes, 23 de agosto de 2011

OBSTÁCULOS Y PASOS PARA AVANZAR HACIA LA PAZ EN COLOMBIA (II)

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

En la anterior reflexión propuse ocho acciones, pasos o caminos para avanzar en la construcción de un clima de confianza entre los actores armados ilegales y el actual gobierno de Juan Manuel Santos Calderón, pensando que en el mediano plazo se instale una mesa de diálogo.

En esta segunda entrega propongo otros tantos caminos que pueden servir para que como audiencias, pero especialmente como ciudadanos responsables, pensemos en lo que compromete pensar en la paz, en alcanzarla por la vía del diálogo y no a través de la pretendida y esperada eliminación física de los contrarios, en este caso, de las guerrillas.

Propongo, entonces, estas otras ocho acciones:

1. Ante una sociedad civil fragmentada, es urgente avanzar en la construcción de un diálogo serio y abierto entre sectores de la sociedad civil que históricamente han legitimado al Estado colombiano y han respaldado, denodadamente, gobiernos violadores de los derechos humanos y de la Constitución. Eso no puede volver a ocurrir. Por ello, se requiere de una sociedad civil consciente de su papel político capaz de convertirse en un factor de poder en aras de señalar caminos viables y dignos para todos y no exclusivamente para los intereses particulares que en esa esfera suelen defenderse. Una sociedad civil que reclame, demande y exija procesos claros, dignos y honestos.

2. Las empresas mediáticas, como actores políticos de la sociedad civil, deben colaborar modificando sustancialmente las rutinas de producción noticiosa, en un ejercicio de autocrítica, que los lleve realmente a ser voceros y defensores de los más débiles y no como sucede hoy, que son voceros, defensores y áulicos de sectores poderosos y de un Establecimiento que se resiste al cambio. Los medios masivos tuvieron una negativa incidencia en los diálogos dados entre las Farc y el gobierno de Pastrana Arango. Baste con recordar los efectos mediáticos de un hecho que elevado al estatus de noticia, terminó por afectar una audiencia internacional sobre la erradicación de cultivos de uso ilícito. Ese hecho fue la muerte de Elvia Cortés (por la activación de un collar bomba), atribuida inicialmente a las Farc, pero luego se demostró fue un grupo de delincuencia común.

3. Es necesario que la Academia de manera decidida lidere la discusión del modelo económico neoliberal y del sistema capitalista, con miras a encontrar salidas y soluciones a los desbalances, desajustes y problemas que ha generado la articulación de Colombia a las lógicas de una economía mundo, que no sólo pone en riesgo las prácticas culturales de pueblos y comunidades, especialmente las minorías negras e indígenas, sino factores y elementos claves como la seguridad alimentaria, la soberanía estatal y con ella la seguridad alimentaria, así como la satisfacción de las expectativas de los jóvenes que ven desesperanza las precarias condiciones laborales que hoy ofrece el mercado. En Colombia un claro ejemplo de ello, es el aporte de la Universidad Nacional hace a través de sus investigaciones y difusión de pensamiento crítico y prospectivo.

4. Es importante que el Estado y la sociedad civil ofrezcan reales y efectivas alternativas de inclusión social, económica y política a quienes de tiempo atrás han puesto en jaque el orden establecido. Y por esa vía, garantizar que el genocidio perpetrado contra la UP no va a repetirse, de darse la desmovilización de las Farc y la incorporación a la vida política a través del ya creado partido político Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia. Igualmente, hay que contemplar alternativas audaces de inclusión de los combatientes de las Farc, que no impliquen necesariamente la dejación de armas (1). Pensar, por ejemplo, en convertirlos en una fuerza nacional e incluso, en una fuerza que cuide, por ejemplo, las zonas de parques nacionales naturales.

5. Fijar muy bien si se va a buscar acompañamiento internacional y en qué condiciones. Es claro que a los Estados Unidos, en especial a las empresas que fabrican los helicópteros huey y los blackhawk, así como pertrechos militares, les conviene que el conflicto armado colombiano se mantenga.

6. La corrupción política en Colombia no sólo es evidente y alta, sino que es un factor negativo que le resta legitimidad a la clase política, a los partidos políticos y a la misma democracia. Por ello, el camino indicado es fortalecer los órganos de control, desmontando las mafias clientelares que congresistas, ministros y líderes políticos regionales han construido de tiempo atrás en la Contraloría y la Procuraduría.

7. Es importante descentrar la discusión de la paz, exigiendo que su agenciamiento se extienda a todos los rincones del país. Esto no puede seguir siendo un asunto de un Gobierno y un sector político, pues lo que negocie en una mesa de diálogo tendrá efectos claros en la vida de los colombianos y en el propio devenir del Estado-nación.

8. Y por último, hay que comprometer al sistema financiero, a los banqueros y a las familias poderosas de este país en un proceso de mejoramiento de las condiciones de vida de millones de colombianos. Y ello implica ceder poder político y económico, socializando ganancias entre millones de colombianos excluidos y marginados, obligados a sobrevivir en cambuches y en las calles. Es inaceptable continuar con el proceso de socialización de las pérdidas del sistema financiero, a través de la imposición de medidas como la del 2 y el 4 por mil, sin exigirle a los bancos que socialicen sus enormes ganancias.




(1). Dejación de armas de largo alcance y de todo aquel material de guerra que por seguridad nacional debe estar en manos del Estado. Se trataría de una fuerza policiva, con armas cortas, que cuide zonas estratégicas, en especial desde la perspectiva ambiental. Esto claro está, con previa evaluación psicológica, a partir de la estructuración de un programa de resocialización.



Nota: esta columna fue publicada en el portal Aulhttp://www.aulayasfalto.e-pol.com.ar/a & Asfalto, de la Facultad de Periodismo de la Universidad Central de Bogotá, 26/08/2011, edición 235.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Germanini a la presidencia si, si, Colombia.

JM

Anónimo dijo...

Hola, Gayala. En tu reflexión planteas ocho pasos para crear un clima de diálogo.Pero, es prioridad para el gobierno y la clase política que maneja al país ? Una sociedad civil fragmentada y pusilánime está capacitada para romper con el monopolio de la guerra ?. La dialéctica Uribista será que no tiene aliados poderosos ?.Allí te dejo algunos interrogantes.Un abrazo.


Rodrigo Ramos S

Anónimo dijo...

Germán encuentro bien argumentados los ocho pasos pero muy compleja su viabilidad porque implica cambios de estructura de diverso orden, sin embargo tiene sentido con relación al compromiso que desde varios actores se debe generar para gestar un proceso de "paz" (sin entrar a discutir), apesar de la desconfianza que este tipo de procesos implica para muchos, inclusive teniendo como referente el genocidio a la UP.

Y bueno dónde queda la reforma agraria que se pide desde los años 30, porque no se resuelve así se aborde el punto 8..

Adriana