YO DIGO SÍ A LA PAZ

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jueves, 14 de abril de 2011

URIBE ATACA Y EL TIEMPO, RESPONDE

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo





En el ya evidente enfrentamiento entre Uribe Vélez y el Presidente Juan Manuel Santos, las pullas y respuestas van y vienen a través de medios, con intenciones distintas, que demuestran claramente que la luna miel entre los dos, terminó.









Fiel a su carácter camorrero, temerario y frentero, Uribe usa las redes sociales (Twitter) y sus Talleres Democráticos (se trata de los mismos Consejos Comunales, pero sin Gobierno y sin plata para repartir) para criticar las actuaciones de Santos, que de manera evidente buscan deshacer las redes clientelares muy bien tejidas por Uribe en sus ocho años, así como devolverle en algo la decencia a la Casa de Nariño y a la figura presidencial, mancilladas por quien fungió durante dos periodos como un capataz y no como un verdadero Presidente.


Santos, más aplomado y decente, hijo de la rancia oligarquía bogotana, sabe que al advenedizo líder político antioqueño conserva aún apoyos en distintas esferas de la sociedad civil colombiana, y que además tiene información que le puede hacer daño en cualquier momento, si decide enfrentarlo en el mismo tono en el que lo viene haciendo el ex presidente.


Quizás, y muy posiblemente, Santos se esté midiendo en las respuestas que está dando a Uribe y prefiere usar uno de los mejores mecanismos para la construcción de opinión y posturas a su favor: el periódico de su familia, para que a través de titulares y notas periodísticas ubicadas en primeras páginas, dar no sólo respuesta a las fuertes arremetidas, sino, y por esa vía, influir en la opinión pública que aún recuerda los ‘buenos oficios y servicios prestados’ por Uribe en sus dos administraciones.


Con titulares como Hijos de Uribe aclaran reunión con Héctor Ignacio Rodríguez, alias ‘Nacho’ (sic), EL TIEMPO.COM golpea al ex presidente Uribe y a su familia. Lo cierto es que no se necesita una prueba fotográfica como la tan anhelada en el caso de la relación entre el deportista Piqué y la cantante Shakira, para evidenciar que el rompimiento entre Uribe y Santos ya se dio, aunque no se ha dado en la forma como lo esperan aún sectores mediáticos y políticos, necesitados de un espectáculo y de la dramatización de este hecho para sacarle toda la ganancia posible.


A la explosividad de Uribe, Santos responde con decencia y diplomacia. Pero más allá del choque entre Uribe y Santos, lo cierto es que el primero llevó al país a los límites de un régimen de terror, aupado por empresarios, clase dirigente, autoridades militares y eclesiásticas y también por la rancia élite bogotana, que vieron en Uribe el capataz que ellos estaban buscando para golpear no sólo a las Farc, sino a los líderes de izquierda, a los sindicatos y para afianzar el modelo neoliberal, a través de la ampliación de garantías al capital nacional y transnacional.

De igual manera, llevaron a Uribe a la presidencia para aprovecharse y beneficiarse del crecimiento de las fuerzas paramilitares y por supuesto, de su penetración en la vida política, económica, social y cultural del país, de la cual se beneficiaron, especialmente, grandes y medianos empresarios. Después de ocho años de recibir beneficios directos e indirectos, esos mismos agentes y actores que mantuvieron a Uribe durante ocho años en el gobierno, la oligarquía bogotana, cansada de la grosería y la descortesía del antioqueño y ante el freno puesto por la Corte Constitucional ante la segunda reelección, enfilaron baterías para llevar a la Presidencia a Juan Manuel Santos, para asegurar no sólo la continuidad de la política económica y de sus privilegios, sino para lograr desmontar la chabacanería con la que Uribe manejó las relaciones con sus mecenas, en especial, con la oligarquía de la capital de la República.


Es decir, Uribe fue usado y desechado. Y deberá esa misma oligarquía y esos mismos mecenas, llamarlo al orden para que no siga con la andanada de críticas a un gobierno que está trabajando para mantener los privilegios a los mismos de siempre. Sin duda, Uribe ve y siente que Santos, al recomponer las relaciones con Venezuela y las propias con la Corte Suprema de Justicia, está dando muestras de debilidad. No se trata sólo de un asunto de estilos y de tacto, pues Santos quiere ser recordado como Presidente, y no como un simple capataz.



Mientras ello sucede, Santos seguirá manteniendo la compostura y la decencia, esperando quizás que suceda un milagro en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes que investiga al ex presidente o que aparezcan pruebas y señalamientos que indiquen la participación de Uribe en los seguimientos ilegales (chuzadas) a periodistas y magistrados, así como sus relaciones con los paramilitares y su responsabilidad en el actuar criminal de éstos grupos armados ilegales.






Nota: esta columna fue publicada en el portal www.nasaacin.org, http://nasaacin.org/attachments/article/1929/Uribe%20ataca%20y%20EL%20TIEMPO%20responde.pdf

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Larga vida al Pro Hombre Álvaro Uribe Vélez que re fundó la Patria!



¡Cárcel y señalamiento social a los Mamertos de acción y omisión!

MG

Anónimo dijo...

Muy ameno tu artículo, me gustó.



Saludos.



Catalina B.