YO DIGO SÍ A LA PAZ

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jueves, 15 de enero de 2015

SE VIENE EL CESE BILATERAL DEL FUEGO

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

La alocución presidencial del 14 de enero de 2015 deberá ser recordada por historiadores, periodistas y ciudadanos en general, como un hito político de especial significado. Lo anunciado por el Presidente da cuenta no sólo de la seriedad del proceso de paz de La Habana, sino que se constituye en  la  respuesta que tanto las Farc y otros sectores de la sociedad colombiana estaban esperando ante la decisión de la dirigencia del grupo armado ilegal de cesar hostilidades de manera unilateral.

La instrucción del Presidente a los miembros de la Comisión de Negociación que dialoga y negocia con las Farc en La Habana, de empezar cuanto antes la discusión del cese bilateral del fuego, debe entenderse como un gesto previo a la orden que deberá dar en su calidad de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, de cesar toda operación militar que propenda por capturar y/o asesinar a miembros de la guerrilla de las Farc.

Si bien el anuncio presidencial constituye un paso definitivo hacia el objetivo final de poner fin al conflicto armado interno, existen muchos detalles, asuntos y circunstancias que deberán tenerse en cuenta para que dicha instrucción se cumpla y se logre concretar el cese bilateral del fuego.

Entre esos detalles, circunstancias o asuntos, sobresalen aquellos asociados a la puesta en marcha del cese al fuego por parte de las Fuerzas Armadas. Si bien se presume que detrás de la instrucción hay o debe haber una postura monolítica que aglutine a las distintas fuerzas estatales y una clara disposición de sus comandantes de obedecer al Presidente, no hay que descartar y mucho menos desoír a aquellas voces de oficiales, suboficiales y soldados que claramente desean mantener la ofensiva, apegadas esas voces al “viejo” argumento que señala que un cese bilateral al fuego será aprovechado por las Farc para fortalecerse militarmente. Posturas estas respaldadas por la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares (Acore)[1], organización que de tiempo atrás se opone al proceso de paz y a la posibilidad de poner fin al conflicto. No hay que minimizar los posibles sentimientos de venganza que puedan alentar a unidades contraguerrilleras a desobedecer la orden de cesar operaciones militares.

En este punto, Santos deberá mantenerse firme[2] ante cualquier asomo de rebeldía por parte de unidades militares que se nieguen a cumplir la orden de cese de hostilidades, una vez se pacte y se formalicen los protocolos que asegurarán el cumplimiento y la verificación del cese bilateral de hostilidades y el consecuente desescalamiento del conflicto.

Del lado de las Farc, su dirigencia deberá asegurarle al país que no hay fracturas en la unidad de mando y que habrá una efectiva concentración de sus unidades operacionales y sus redes de apoyo (milicianos) en las zonas que se acuerden en la mesa de La Habana. En sus frentes también pueden presentarse sentimientos de venganza ante recientes golpes recibidos por parte de la fuerza pública.

De igual manera, la puesta en marcha de un cese bilateral del fuego requerirá tomar decisiones en torno a la concentración de las unidades de las Farc en un solo territorio o por el contrario, en varios lugares de la geografía nacional en donde históricamente han hecho presencia los frentes guerrilleros. Esa decisión, por ejemplo, tiene fuertes anclajes políticos, militares y económicos, en la medida en que hay frentes farianos claramente asociados a actividades de narcotráfico y minería ilegal. La concentración de esas unidades farianas dejará vacíos de poder que bien podrían ser copados por otros grupos al margen de la ley.

El tipo de verificación, nacional y/o internacional, del cese bilateral del fuego, será clave para consolidar el fin del conflicto. Las partes deben confiar plenamente en las organizaciones que verificarán que efectivamente el cese de hostilidades se cumpla cabalmente.  No se trata de que una de las partes imponga a la otra un tipo de organización. Ojalá los negociadores de las Farc y del Gobierno piensen en organizaciones nacionales que coadyuven a verificar el cumplimiento del cese bilateral del fuego.

Sin duda, el anuncio del presidente Santos resulta altamente positivo, pero no debemos perder de vista que es un paso más hacia el objetivo final de ponerle fin al conflicto y que quizás sea el más delicado de los hasta ahora dados en el contexto del proceso de paz que se desarrolla en La Habana. Los enemigos del proceso de paz harán todo lo posible para evitar que el cese bilateral del fuego sea una realidad y logre consolidarse en el tiempo. Todos debemos estar atentos al desarrollo de esta nueva etapa de los diálogos de paz de La Habana.



[1] En su página se lee lo siguiente: “…respecto al proceso de negociación que se adelanta con las Farc, son muchas las críticas que se han venido formulando, no solamente por parte de la opinión nacional, sino también por quienes constituyen las Reservas Activas de la Fuerza Pública .Sobre este tema ya se han dado a conocer algunas dudas y preocupaciones en cuanto a este proceso, en especial con lo que hasta este momento se conoce de acuerdos parciales ya pactados y sobre todo en lo que tiene que ver con los puntos pendientes por resolver en la agenda de negociaciones. Estos son los más importantes: Sobre preacuerdos hechos públicos recientemente: algunos derechos legítimos de propiedad agraria quedarían sin suficiente sustentación jurídica. Aplicación de un modelo  colectivista de explotación del campo que ha fracasado en otros países. Financiación de un  fondo especial de tierras a un costo excesivamente oneroso para el Estado (40 billones de pesos aproximadamente).Salvedades existentes dentro del proceso de difícil aceptación por parte del Estado. La refundación del Estado dentro de algunos conceptos que ni se deben, ni se pueden admitir. El estatus otorgado a la contraparte en condiciones de igualdad con el Estado. Cambio de valores liberales y democráticos tradicionales por conceptos retóricos que sin duda alguna, propiciarían la consabida lucha de clases…” Tomado de http://www.acore.org.co/index.php/boletin/item/1290-despues-de-un-inesperado-regano-presidencial-nueva-advertencia-publica

[2] Recientemente, Santos señaló que no toleraría actos de deslealtad de  miembros de las Fuerzas Militares y de Policía. “El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, advirtió el martes que no permitirá actos de indisciplina ni deslealtad al interior de las Fuerzas Militares contra el proceso de paz con la guerrilla, y dijo que retirará del servicio activo a los efectivos que incurran en esas faltas .La advertencia se produce después de que han quedado en evidencia filtraciones, al parecer desde el interior de las Fuerzas Militares, a través del ex presidente Álvaro Uribe, el principal crítico del diálogo de paz con las FARC, y que han puesto en riesgo el proceso."Están saliendo personas que no están actuando con lealtad", dijo Santos en declaraciones al Canal Capital sin entrar en mayores detalles. "Cualquier oficial por más importante que sea, que dé la más mínima expresión de deslealtad o de falta de disciplina, sale de las Fuerzas Militares". Tomado de http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2014/12/02/santos-amaga-con-retirar-de-servicio-a-militares-contrarios-al-proceso-de-paz-3689.html


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