YO DIGO SÍ A LA PAZ

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martes, 28 de octubre de 2008

Minga indígena: cosmovisiones en conflicto

Por Germán Ayala Osorio, politólogo y profesor Asociado de la Universidad Autónoma de Occidente


En el complejo asunto indígena puesto en evidencia con la minga que se asentó brevemente en Cali y que recién regresó al Cauca sobresalen varios factores y elementos que exigen un ejercicio comprensivo no sólo del Gobierno, de los propios indígenas, sino del resto de la sociedad colombiana. Un paso firme en la solución definitiva a los problemas planteados, podría estar en aceptar que efectivamente hay un conflicto de marras entre dos cosmovisiones aparentemente irreconciliables.

En el evidente choque de cosmovisiones y de lógicas aparecen luces que guían, de un lado, la vida de los indígenas y del otro, enceguecen aún más a quienes con torpeza se rehúsan a aceptarlos en la diferencia. Esas luminarias son: el valor de la palabra, el sentido del tiempo y el significado del territorio, entre otros. De ahí que los desencuentros con el Gobierno de Uribe exigen aceptar, de parte y parte, que efectivamente subsiste una colisión de lógicas, de maneras de entender la vida humana.

Para los indígenas la palabra guarda un valor que difícilmente se puede comprender por quienes inmersos en las lógicas de un mundo occidental enfermo, solo valoramos su existencia bajo condiciones comerciales, clientelares y contractuales de las cuales damos fe bajo el miedo de enfrentar un pleito jurídico. Para los indígenas la palabra se cumple porque en ella se expone la transparencia del espíritu y el talante de quien la empeña, sin que medie un contrato, una letra de cambio o la firma de un desconocido notario.

El sentido del tiempo es para ellos, curiosamente, su mayor condena y error cuando el hombre blanco occidental juzga a priori sus reuniones, asambleas y mingas. Pueden, ellos, demorarse ocho horas, días enteros y hasta semanas para adoptar una postura o tomar una decisión colectiva frente a un hecho que merece su total atención.

Mientras los indígenas hablan de territorio, el Presidente ordena la compra de tierras desde la perspectiva del terrateniente que desea acumular hectáreas muy seguramente para potrerizar. Mientras que la lógica agroindustrial eleva al monocultivo como máxima económica, los indígenas piensan en la rotación de cultivos, en la contemplación y respeto a la Madre tierra, en el cuidado de las aguas y en la no acumulación.

Consolidación y aculturación

Después del violento choque cultural desencadenado en y desde 1492, los pueblos indígenas han venido tratando de consolidar procesos reivindicativos en lo cultural, lo económico, en lo social y en lo político. Dentro de los enemigos naturales de dichos procesos de consolidación cultural sobresalen la debilidad del Estado colombiano, los terratenientes de marras, organizaciones de la sociedad civil, los industriales y hoy, con mayor fuerza, multinacionales interesadas en los recursos de la biodiversidad, especialmente en el agua.

También hay que señalar a los actores del conflicto armado (fuerzas militares, FARC y AUC y al narcotráfico) como fuertes enemigos que se incrustaron en los territorios indígenas, afectando sus procesos culturales, individualizando las grietas de un proceso de consolidación política y socio-cultural que se presenta sólido, pero que se reciente ante los embates de dichos enemigos.

Se suman a éstos la publicidad y en general la injerencia de una industria cultural que desconoce, a propósito, las identidades indígenas y negras. No existen como referentes de belleza, de orgullo nacional, de convivencia, de ejemplo de una respetuosa relación hombre-naturaleza; por el contrario, su existencia se reduce a los típicos señalamientos despectivos alrededor de sus costumbres o a partir de las prácticas individuales de quienes han abandonado los procesos de consolidación cultural agenciados por sus Mayores, cayendo en conductas nocivas tan comunes en otros colombianos.

Se va a necesitar de una inteligencia superior en el Gobierno para lograr conciliar dos cosmovisiones distintas. De no aparecer dicha inteligencia superior, al lado de Uribe se perpetuará el conflicto con los indígenas.


Adenda

¿Qué programas o propuestas de seguridad alimentaria ofrece el Estado colombiano a los indígenas?; ¿Se ha ofrecido asistencia técnica a los pueblos indígenas para asegurar, en condiciones aceptables para todos, seguridad alimentaria? ¿Qué ha hecho el Gobierno de Uribe para evitar la muerte de más de 1.200 indígenas desde el 2002? ¿En qué van los proyectos de etno educación? ¿Cuántos indígenas han abandonado los resguardos y en general sus propios procesos culturales? ¿Cuáles son las razones que los llevaron a tomar dicha decisión?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Germàn
felicitaciones, gracias por compartir tus inquietudes que son las mismas de muchìsimos Colombianos con respecto a este tema

Danilo