No pensé que tan pronto, volvería a escribir una carta de despedida. Hoy, nuevamente, despido a un lindo animalito que, como Yuca, nos acompañó por pocos meses. Ella nos brindó alegría y nos generó risa en ciertos momentos. Fue una ilusión, que se desvaneció poco a poco.
Yuca partió en su más bella primavera. Víctima de vendedores callejeros que nos engañaron, Yuca luchó contra una penosa enfermedad. Con tesón, con un espíritu combativo que jamás creí ver, esta Golden de cinco meses de nacida se enfrentó a ese enemigo que dos irresponsables dejaron entrar en su cuerpo.
Pusimos lo mejor de nosotros para curarla, con la ayuda de la medicina y la atención oportuna de varios médicos que le conocieron. Nuevamente la tristeza nos embarga. Hay dolor profundo por ambos,por Yuco y por Yuquita, pero toda la atención para quien en casa nos espera: Simón.
Dos experiencias dolorosas que ponen de presente el papel que debemos cumplir los seres humanos, especialmente cuando hay seres vivos que necesitan, por obvias razones, de nuestra consideración y protección.
Creo que se crece como ser humano reconociendo la indefensión de estos preciosos animalitos y dando todo para brindarles una vida mejor, con cariño, afecto y mucho respeto por sus vidas.
Para quienes nos acompañaron esa noche en la clínica, mil gracias. A quienes desde la distancia estuvieron pendientes de la salud de Yuquita, mil y mil gracias. Y para quienes aún consideran insignificante la vida de los animales, unas gracias amargas, con las cuales les digo que estoy seguro que el ser humano puede llegar a ser lo peor que se haya posado sobre esta tierra.
Santiago de Cali, 10 de septiembre de 2010.
Yuca partió en su más bella primavera. Víctima de vendedores callejeros que nos engañaron, Yuca luchó contra una penosa enfermedad. Con tesón, con un espíritu combativo que jamás creí ver, esta Golden de cinco meses de nacida se enfrentó a ese enemigo que dos irresponsables dejaron entrar en su cuerpo.
Pusimos lo mejor de nosotros para curarla, con la ayuda de la medicina y la atención oportuna de varios médicos que le conocieron. Nuevamente la tristeza nos embarga. Hay dolor profundo por ambos,por Yuco y por Yuquita, pero toda la atención para quien en casa nos espera: Simón.
Dos experiencias dolorosas que ponen de presente el papel que debemos cumplir los seres humanos, especialmente cuando hay seres vivos que necesitan, por obvias razones, de nuestra consideración y protección.
Creo que se crece como ser humano reconociendo la indefensión de estos preciosos animalitos y dando todo para brindarles una vida mejor, con cariño, afecto y mucho respeto por sus vidas.
Para quienes nos acompañaron esa noche en la clínica, mil gracias. A quienes desde la distancia estuvieron pendientes de la salud de Yuquita, mil y mil gracias. Y para quienes aún consideran insignificante la vida de los animales, unas gracias amargas, con las cuales les digo que estoy seguro que el ser humano puede llegar a ser lo peor que se haya posado sobre esta tierra.
Santiago de Cali, 10 de septiembre de 2010.
2 comentarios:
Ay Germán, que esa fortaleza que tuvo yuquita con su enfermedad, la tengas tú para que acéptes su partida...
Cuida mucho a Simón, me lo saludas...
Luz Adriana Ossa Valencia
Mancho, un episodio demasiado lamentable. Te mando un abrazo y mis mejores deseos de bienestar.
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