YO DIGO SÍ A LA PAZ

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miércoles, 28 de noviembre de 2012

¡HABEMUS PROCURADOR!

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


La noche del 27 de noviembre de 2012 el senado de la República de Colombia reeligió como Procurador General de la Nación al ultraconservador Alejandro Ordóñez Maldonado. Casi como en el cónclave en donde se escoge cada cierto tiempo al Papa de millones de católicos en el mundo, 80 senadores colombianos dieron su voto por quien se opone a las relaciones homosexuales, al aborto, a la eutanasia y a todas aquellas prácticas que vayan en contra de su anacrónica ideología.

Sin la exclamación ¡habemus Procurador!, los siervos de esta nueva deidad procedieron en consecuencia y sin la esperada venia, trazaron un espinoso y escabroso camino para las mujeres, la comunidad LGTBI y en general, para todos aquellos ciudadanos que creen a pie juntillas en los preceptos de la Constitución de 1991.  

Pero en ese bochornoso acto político de reelección del Procurador Ordóñez no sólo se dio continuidad a su moralizante ejercicio como jefe del Ministerio Público, sino que el país presenció por televisión, una vez más, la institucionalización del clientelismo. Como institución social, cultural y política, el clientelismo alcanzó su mayoría de edad en Colombia, pues contó con el apoyo de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, quienes ternaron a Ordóñez, el gran empleador, el senado de la República y muy seguramente, con el de millones de colombianos, incluyendo, por supuesto, a sus pares de la Iglesia Católica. Ordóñez es, hoy, la gran deidad del clientelismo en Colombia.

El proceso de reelección del Procurador General de la Nación fue una verdadera obra de teatro en la que Ordóñez, en el papel principal, logró cooptar y seducir a 80 senadores, que entregaron sus interesados votos a quien desde tiempo atrás lidera una cruzada moral para someter la Carta Política a la retardataria ideología conservadora.

Anoche el país retrocedió y dio el primer paso para el regreso a la Constitución de 1886, conservadora y violenta. Con el gran poder clientelar que hoy tiene Ordóñez Maldonado, y con el apoyo de los insepultos partidos políticos tradicionales, lo más probable es que para el 2018 sea el candidato presidencial de la godarria evangelizadora que aún subsiste en Colombia.

En esas condiciones, desde el propio Estado se obstaculiza el urgente y necesario proceso de generación de un pensamiento democrático, abierto y respetuoso de las diferencias. Lo que el país perdió la noche del 27 de noviembre de 2012 fue la oportunidad de generar espacios políticos en donde podamos vivir juntos en la diferencia y de buscar la felicidad sin que ello implique someter y conculcar los derechos de los demás.

La violencia simbólica que encarna Ordóñez y su feudo llamado Procuraduría, es la expresión de una sociedad premoderna, anclada en un pasado en el que la Iglesia Católica es responsable por haber evitado la construcción de un pensamiento liberal, democrático y profundamente respetuoso de las diferencias.

La escuela también es responsable pues en sus aulas el pensamiento libertario ha estado sujeto a la moralizante mirada de comunidades religiosas y de grupos laicos, temerosos de actuar en libertad y de permitir que el grueso de la sociedad colombiana transite los ya trazados caminos de la modernidad.

Anoche ganó el país parroquial, extremadamente violento, misógino y machista; triunfó el país y la sociedad de la doble moral, esa que es propia de monasterios, de escurridizos curas pederastas, y de una élite conservadora que en lo privado se flagela y da rienda suelta a sus más bajos instintos. La misma que en el ámbito de lo público defiende las buenas costumbres y la tradición, para desde allí, legitimar sus acciones políticas que desde la ética dejan mucho que desear.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gayala: Una confirmación que en este país no gobiernan las ideas ni las doctrinas políticas y mucho menos la Ley.Una caverna de ultragodos, con mentalidad décimonónica y reaccionaria sigue manejando esta piltrafa de democracia.Que viva el Patrón del Ubérrimo.


Rodrigo